Capítulo 20

151 10 0
                                    

Marcella.

Termino de arreglar mi maquillaje, observo mi móvil vibrar sobre la cómoda al lado del espejo de cuerpo completo donde el reflejo de Aly aparece tras mía.

Sabe que algo no anda bien, llegué al departamento en la madrugada, entre con mis llaves y simplemente comencé a hornear. Me ha estado acechando esperando el momento oportuno en el cual preguntar, parece ser ahora por qué toma asiento en mi cama haciendo que ricitos se renueva molesto pero sin despertar.

Suelto un suspiro sabiendo lo que viene, ya me extrañaba que me haya dejado tranquila desde la madrugada hasta la tarde también que no haya preguntado por el cual mis mejores amigos no fueron invitados a mi boda.

— ¿Qué carajo paso? – comienza – te marchas y no nos avisas, te casas y no nos invitas, llegas llorando en medio de la madrugada, comienzas a hornear como loca y no nos cuentas.

— Son para los niños de Oli.

— Sabes a lo que me refiero, ¿Necesitas ayuda? Tal vez en este momento no tenga mucho dinero pero lo de mi cuenta es tuyo. Incluso podríamos irnos al otro extremo del mundo. No importa nada de esto mientras estemos bien.

Sonrió sin poder evitarlo, las lágrimas pican en mis ojos y suelto un suspiro tembloroso. Siempre hemos Sido muy sobreprotectoras con nosotras, fuimos unidas desde el instante en que nos conocimos. Una conexión extraña, fuerte e instantánea surgió cubriéndonos por completo y volviéndonos familia. Hermanas.

Temo que cuando abra la boca se enfurezca, Aly siempre ha Sido una mujer decidida, fuerte incluso poderosa. Yo también lo soy y creo que eso me avergüenza aún más, tengo buen entrenamiento en mis emociones, trace una línea que borre desde hace tanto tiempo y sin saberlo.

Las consecuencias de desaparecerla me atormentan. La línea me separaba cómo en cualquier trabajo, nunca había fallado. Hasta ahora.

— No es necesario, solo son cosas mías.

— ¿Te casaste por tra…?.

— Me case por mi familia, no quería decepcionarlos.

— ¿Al fin nos contarás sobre tu familia?.

— No puedo. Pero puedo decirles que ellos no me harán daño, no lo hará mi hermano, no mi primo o mi esposo.

O al menos eso esperaba, conozco a los hombres como ellos no solo por qué son mi familia sino por qué he convivido con hombres de su tipo. Los hombres como ellos no perdonan, no les importa quien seas; su padre, madre, esposa, hermano… La traición no la perdonan por nada del mundo y mi traición es tan fuerte que terminé traicionándome a mi misma. Me abandone en el camino. Me perdí con cada paso y siquiera me arrepiento, lo disfrutó, me gusta al lugar al que me dirige aún con su posible desastroso final.

Su escrutinio se enfoca en mi rostro, soy consiente que aunque el dolor solo sea un pinchazo de vez en cuando mi mejilla está inflamada y mi ojo parece que hubiese explotado por el color rojo que reluce el azul de mi pupila.

Apunta con un dedo furioso mi pómulo y una marca en mi brazo.

— Realmente espero que no te golpeé, se que no debemos hacerlo pero… podemos deshacernos de ellos, del bastardo de Jack y tu esposo.

Por más furiosa que estuviera con Damon no podía permitir que Aly creyera que me golpeara, que aunque sea un hombre “malo” para el mundo era un hombre bueno conmigo.

Sonreí de forma radiante y me senté a su lado sujetando su mano sobre mi muslo.

— El no me golpeó – bufa incrédula – el no pero alguien si me golpeó. Damon es un hombre poderoso, un hombre rico e intentaron secuestrarme para llegar a el, pero me las arreglé.

Voto De Traición Where stories live. Discover now