Capitulo 2

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VOLVER A CASA

~ Marcella Lombardi ~

El fin de curso fue hace dos días y al fin tuve tiempo para mí. Aceptar la invitación de Cristian fue la mejor decisión que he tomado en mucho tiempo, hoy sin duda a sido de los mejores días de mi vida y uno de los mas divertidos.

Cristian es un buen hombre, estudiante foráneo y aunque el tenía programado su vuelo a su casa para el día en que el curso terminaba decidió posponerlo para invitarme a salir. Trato de no relacionarme mucho con las personas por qué el temor a que las cosas no duren siempre ha estado ahí pero la bella sonrisa y ojos cálidos de Cristian me han tenido hipnotizada desde que lo conocí en la cafetería.

Cristian sujeta mi mano mientras caminamos por el centro de Roma. Me hace girar varias veces y no puedo evitar sonreír sintiéndome ligera y contenta.

- Me gusta como se te ve ese vestido - alaga - hace resaltar tus ojos

- Gracias, a mí me gusta tu camisa

Me adelantó observando nuestra última parada, el Coliseo Romano, me ha llevado a los mejores lugares turísticos en Roma y aunque llevo viviendo aquí unos años no los había visitado por falta de tiempo.

Me alcanza y sujeta por la cintura e intenta morder el lóbulo de mi oido haciéndome reír a carcajadas, la gente que pasa a nuestro alrededor sonríe ante la escena y algunos otros me miran con desagrado, al ver que hemos llamado la atención de varios decido volver a la compostura.

Toma mi mano y seguimos caminando en silencio. Cenamos en un restaurante cerca del coliseo y me disculpo para ir al tocador antes de salir. El vestido celeste con pequeñas flores rosas sujeto a mi pecho y cintura, es largo con una abertura en el muslo izquierdo y deja a la vista el valle de mis senos.

Es uno de los atuendos más sexys de mi clóset. Arreglo mi cabello y maquillaje. Salgo del cuarto de baño para reunirme con Cristian quien me tiende mi bolso con un "gracias" vuelve a tomar mi mano y salimos del lugar.

Nuestras manos entrelazadas me preocupan, no he visto a alguien que nos siga pero aún así he intentado soltarme pero no lo logro hacer, y si lo hago el vuelve tomarla minutos después. No me incomoda, pero si me preocupa que haya malentendidos con él.

Caminamos a casa cuando decido hablar y agradecer.

- Muchas gracias por invitarme hoy

- Fue un honor, Mar. - se queda pensativo unos minutos y vuelve a hablar - sabes he estado pensando desde hace unos días

- ¿En qué?

- Te gustaría ir a Inglaterra conmigo - se detiene y yo hago lo mismo

Lo observo, sus ojos miel esperanzados y el corazón se me estruja por qué se que no es posible hacer esa clase de viaje. No para mí. El parece verlo en mi rostro por qué sonríe triste.

- Entiendo que quieras ir a ver a tu familia

- Si, tengo que ver a mi familia - miento - lo siento

- Tranquila será en otro momento, talvez puedas visitarme cuando haga una exposición

- Seré una de las presentes - prometo - ¿Sabes? Eres muy bueno en lo que haces

Decido cambiar de tema y continuar caminando con mi brazo enganchado al suyo.

- Deberías dedicarte a ello en lugar de a la abogacía.

- Si, bueno. Mi padre no cree lo mismo

- Bueno, eso no tiene por qué frenarte, deberías de hacerlo. - aconsejó - has un camino en lo que amas demuestra que puedes con la abogacía al mismo tiempo que te levantas en tu pasión.

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