Capítulo 8

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Observo por la ventanilla como dejamos Florencia despegando por los aires con un rumbo desconocido no sé dónde viviré ahora y me parece estúpido preguntar en este momento y no haberlo hecho antes cuando salíamos de la finca.

Cuando abandonamos la finca, Giulio era el único despierto a esa hora de la madrugada y después de unas palabras con Damon nos marchamos.

Aún recuerdo todo lo increíble que experimente anoche, todas esas sensaciones que con su simple recuerdo provoca que la piel se me erice y el pulso se me aceleré. Damon me despertó dos veces en la noche para tener sexo y yo gustosa lo acepte. No he recibido ninguna llamada que me altere pero la preocupación de que entre cuando esté con el o cerca me invade.

Se me fue entregado un nuevo teléfono celular con un nuevo número telefónico aún conservo el antiguo pero está apagado y guardado en mi bolso celeste. Observo la falda de mi vestido, es celeste con puntos blancos mi pierna izquierda descubierta dando una gran vista de mi muslo. A Damon parece no importarle la forma en la que me visto y eso lo agradezco ya que soy consciente que otro esposo me obligaría a usar ropa más acordé al cargo que portó ahora.

Ya no soy una simple mujer, ya no soy la princesa perdida de la camorra, ya no soy una estudiante universitaria ahora soy la dama de la mafia más importante, soy la dama de la 'Ndrangheta.

Descargo la aplicación de música dónde creo una nueva cuenta, saco la tarjeta pagando un año de membresía y creo mi nueva lista de reproducción dónde las canciones de Avicii, Adele, Taylor Swift, Harry Styles, Selena sobresalen. Siento la mirada de Damon cuando coloco los audífonos pero no le prestó atención cerrando los ojos dejando que la voz de Harry Styles  inunde mis oídos, me pierdo en la música cayendo minutos después en un profundo sueño.

~~~

Marcella – me llaman – ya llegamos.

Abro los ojos para frotarlos con mis manos, es de noche y dos camionetas nos están esperando al salir del jet privado, puedo sentir la curiosidad de los hombres que nos custodian, a la boda solo fue su hermano quien sube a un Audi negro y desaparece después de despedirse de Damon y su consejero quien aborda la primera camioneta y nosotros la segunda.

Los altos edificios y rascacielos con pantallas e iluminación me dan una idea del lugar donde estamos pero la gran estatua iluminada me lo confirma. New York, ¡Estoy en New York! Me emociono y mi pulso se acelera, deseo bajarme pero me lo tragó. Ya tendré tiempo de recorrer la ciudad.

Salimos de la ciudad, hora y media después el portón negro que no permite ver al interior igual que las columnas de concreto que rodean el lugar se abre mostrando mi nueva casa.

La vista de la enorme casa me asombra, hace mucho que no estaba en este tipo de lugares me había acostumbrado a la vida común donde hacía mi propia comida y preparaba postres para llevarlos al restaurante cerca de mi casa y así poder tener ingresos extra.

La puerta se abre y acepto la mano de Damon quien observa atento mi reacción.

— Es bonita - me sincero - pero muy grande.

— ¿No te gusta?, Podríamos buscar una nueva si te sien...

— Es perfecta

Asiente y me conduce dentro. Agradezco que busque mi comodidad pero eso me hace sentir... Mal, realmente mal.

Cuando entro una mujer mayor sale de un pasillo con una sonrisa en el rostro mientras seca sus manos en el delantal blanco.

— Llegaron - habla animada. - hice la cena, espero tengan hambre.

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