Capítulo 35

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El silencio en el auto no fue muy cómodo. Taehyung sabía que aquel encuentro que había sacado ese tono poco amable de su chico, tenía una explicación. Sintió las ganas de preguntar pero prefirió darle su espacio. Jin continuaba manejando a su casa con la mirada perdida.
Apenas estacionó el auto, Jin giró a su novio para encararlo, sabía que tenía que dar una explicación.

—¿Vas a preguntarme?—dijo Jin en un suspiro.

—Solo si tú quieres contármelo, Hyung.—musitó Tae.

—Vamos adentro.

Se sentaron en la cama de la habitación. Jin tomó las manos del chico para comenzar...

—Seo Joon, maldito infeliz. Debería odiarlo...—Jin respiró.-Pero gracias a él, puedo amarte de la manera que te amo. Eso no lo entendí hasta ahora.

—Hyung...—Tae apretó las manos de Jin conmovido por las palabras.

—Era mi mejor amigo. Básicamente éramos inseparables. Lo conocí en mi primer día de primaria.—Jin sonrió recordando.—Yo estaba llorando cuando entré a ese salón. Odiaba la escuela y bueno, mis padres me llevaron a una escuela llena de niños con dinero y  pretenciosos. Después de todo querían lo mejor para sus hijos.

Todos me miraban como un bicho raro por ser un llorón.—una sonrisa de ternura se dibujó en los labios de Tae.

—Seo Joon fue el único que se acercó a mí para ofrecerme consuelo, a partir de ahí se convirtió en mi mejor amigo. Era un chico bastante sencillo, su familia no era muy adinerada pero eso no le quitaba la seguridad con la que se desenvolvía.

—Cuando nos volvimos adolescentes, ambos éramos bastante populares y atractivos. Era como si toda la maldita escuela nos envidiara, salíamos a fiestas con chicas. Si a él le gustaba una chica yo lo ayudaba con su amiga o él a mi. Eramos unos grandísimos idiotas.—rió Jin.—Pero mientras más pasaba tiempo con él, me di cuenta de que solo lo hacía por convivir y seguir teniendo su atención. A mi no me gustaban las chicas, era él con el que disfrutaba estar. Pronto me di cuenta de que estaba muy enamorado de Seo Joon y jamás iba a poder decírselo. Yo sabía que él jamás se fijaría en mi, por ser hombre.-Jin se encogió de hombros.

—Supongo que después,  Seo Joon notó que cada vez que estaba cerca de mi o me abrazaba, yo me ponía raro. Solo un estúpido no sé daría cuenta de que yo estaba enamorado de él. Pero ambos guardamos silencio y yo estaba bien con eso. Podía vivir con ese amor no correspondido y sonreír genuinamente estando con él, eso me hacía feliz...—Jin se pasó las manos por el cabello.—Pero el idiota tenía que besarme...

—Fue un día que habíamos salido de fiesta y nuestras conquistas de esa noche no pudieron concretarse porque el padre de una de ellas había llegado a casa, tuvimos que huir antes de que nos mataran.

—Estábamos un poco borrachos, bueno Seo Joon solía beber más que yo, pero era bastante tolerante al alcohol. Así que supongo que sabíamos lo que hacíamos. Esa noche el simplemente me besó y bueno la cosas se salieron de control. Con dos adolescentes  borrachos y cachondos, encerrados en una habitación,  esas cosas pueden pasar. Después de haberlo hecho, Seo Joon huyó de mi habitación como loco sin decir nada.

—Las cosas comenzaron a ser incómodas entre nosotros pero pasaron los días y nadie se atrevía a hablar de eso. Fui yo quien tomó la iniciativa, le envié un mensaje diciendo que no quería que las cosas se pusieran raras entre nosotros, que solo había sido un desliz de adolescentes.—Jin arrugó su nariz como si los recuerdos volvieran a dolerle.
—Seo Joon vino a mi y lo primero que hizo al verme fue volver a besarme. Estábamos sobrios esta vez y una vez más lo hicimos. Yo como un idiota enamorado lo permití. Y así fue durante meses hasta que decidí confesarle que estaba perdidamente enamorado de él.—Jin dejo escapar un suspiro pesado antes de continuar.

—Seo Joon enloqueció, me dijo que él no era homosexual y que lo sentía pero que eso jamás iba a suceder entre nosotros. Después de eso comenzó a alejarse. Por supuesto que yo era un desastre. En ese lapso de tiempo cada quien se fue a la universidad por lo que fue más fácil alejarnos. Mi familia comenzó a notar mi cambio de humor, mi desinterés por todo y por supuesto tuve que confesarles que era gay. Fue aún peor cuando mi padre se enteró, no es que estuviera en contra de los gays, es que él no quería que su hijo fuera uno. Pero bueno, con el tiempo lo ha aceptado.

—Seo Joon hizo en ese tiempo todo para lastimarme. Salía  con chicas y si nos veíamos no se cansaba de decir enfrente de los amigos que él jamás sería gay, que eso le desagradaba y no podía entender que dos hombres se enamoraran. Lo hacía para joderme y yo lo permití hasta que un día simplemente corte toda relación con él. Estaba harto. Él me buscó, digamos que se convirtió en una relación bastante tóxica donde él me decía que no era gay y aunque ya no teníamos sexo seguía buscándome como si nada hubiera pasado, pero cuando podía, me lastimaba con comentarios absurdos. Me harte tanto, estaba lastimado. Así que un día, cuando volvió a mi, le dije cosas horribles y el también a mi.—Jin suspiró.—Ni siquiera vale la pena repetirlas...esa noche nos golpeamos y después de eso ninguno volvió a intentar contactarse.—Una lágrima escurrió por la mejilla del chico, haciendo a Tae levantar su mano para limpiarla.
Jin hizo una pausa para contener el llanto.
—Esa noche el muy hijo de puta me dijo que siempre lo supo. Que sabía que yo estaba enamorado de él y que todo lo había hecho por salvar nuestra amistad pero que jamás seríamos nada. Básicamente me dijo que me había dado sobras de amor por lástima.
—Hace unos meses volvió a buscarme para pedirme perdón y pero yo no puedo hacerlo. No puedo  perdonarlo, jamás volvería a él. No después de todo lo que me hizo.—Jin sorbió su nariz.
—Siento mucho lo que te hicieron Hyung.—murmuró Tae con una expresión de dolor.—No te lo mereces, eres demasiado bueno.

—Ahora tengo lo que me merezco, a mi precioso Tae.—dijo Jin sonriendo.—Gracias a eso finalmente pude encontrar a una persona maravillosa para amar. Él me enseñó que debo amarme a mi mismo y no volver a permitir algo así en mi vida.

Tae unió sus labios con los de Jin para besarlo tiernamente. Ninguno intentó separarse, el beso fue haciéndose más intenso cuando comenzaron a invadirse con sus lenguas y mordisquear sus suaves labios.

Taehyung se tumbó encima de Jin para comenzar a besar su cuello y mordisquear su piel. Sus respiraciones anunciaban que la situación se podía salir de control pero a ninguno le importó.
Taehyung solo quería darle todo el amor que podía para hacerlo sentir mejor.

Jin pasó su mano por debajo de la tela que cubría la espalda de Tae haciéndolo removerse. Un calor intenso recorrió su espina dorsal al sentir la erección de Jin chocar contra su trasero. Tae, ahogó un gemido en la boca del mayor, tenía a su chico caliente y vulnerable debajo de él. Así que comenzó a restregar sus caderas en la dureza de Jin para provocarlo.

—Taehyung, es suficiente.—jadeó Jin.—Está vez no sé si pueda aguantarlo.

—No hyung, lo quiero ahora.—murmuró Tae con la respiración agitada haciendo que las pupilas de Jin brillaran.

Jin giró sus cuerpos para quedar sobre el chico.

—Voy a darte la mejor primera vez del mundo, bonito.—susurró antes de comenzar a mordisquear sus labios.

Jin empujaba su polla lentamente contra la entrada del chico. Posando su mirada en las expresiones de placer que le daba, grabando en su mente cada gemido que salía de su boca.

—Hy-hyung yo...—Tae gimió anunciando su orgasmo.

Jin intensificó las estocadas y el movimiento de su mano apretando la polla del menor.

—Te amo Taehyung.—dijo cuando lo tuvo retorciéndose en los estragos del clímax y se corrio inmediatamente después dentro de él.

Hagamos un trato, eres mío. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora