¡Qué sorpresa!

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- No creo que sea tan peligroso. - dijo Carlin.

- Sí puede serlo. Hay que tener cuidado. - dijo Úrsula - sé lo que piensas hacer y no estoy de acuerdo.

A continuación, Úrsula le quitó el libro de hechizos a Carlin.

- Bah, de todos modos me sé el hechizo de memoria. - suspiró Carlin.

- Si te equivocas hay graves consecuencias. A esta altura deberías saberlo ¿no? En el libro lo advierten y nos lo han enseñado en Salamanca.

- ¿Y qué tal si no me equivoco?

- Es poco probable. La pronunciación es complicada.

- Ajá sí.

Sin prestarle atención a las advertencias, Carlin recitó el hechizo.

- Carlin ¿desde cuándo eres tan imprudente?

- Desde hace unos instantes.

De repente, se sacó la cabeza (desde el punto de vista de Úrsula).

Úrsula estaba atónita con lo que veía: nada más y nada menos que... El rostro de Arnold.

<<¿Todo este tiempo estuvo aquí?>> Pensó Úrsula <<Un momento... Si el es Arnold, ¿dónde está Carlin?>>.

- Bueno, quédate quieto ahí - dijo con amabilidad Úrsula, aunque, con poca esperanza de que el chico le haga caso. Luego congeló sus movimientos.

<<Ahora, a buscar a Carlin>> pensó.

Mientras tanto, en la casa de tía Sarah y tío Finn...

- ¡Finn, ha llegado un mensaje! ¿Podrías recogerlo? - dijo tía Sarah.

- ¡Sí! - contestó tío Finn.

A continuación, tío Finn se dirigió a la puerta y tomó la cápsula con el mensaje.

- ¡Oh! ¿SARAH, SABES DE QUIÉN ES ESTE MENSAJE? - exclamó Finn.

- No... De hecho no, Finn, ¿de quién es? - contestó Sarah.

- De... De... Ay no ¡no puedo creerlo!

- ¡DILO YA, FINN, QUE TENGO QUE IRME EN UN MOMENTO!

- Es de... De...

- ¿De quién?

Cómo estaba muy apurada, Sarah le quitó "suavemente" la cápsula a Finn para ver quién envío el mensaje.

Entonces... Quedó atónita... No podía creerlo... Tenía que llamar a Branwen y a Carlin YA MISMO.

Mientras Sarah y Finn estaban como locos con esa sorpresa, Úrsula buscaba desesperadamente a Carlin.

Incluso se fijó debajo del jardín de la academia (cosa que pasó a la historia y le costó por lo menos una semana de castigo, porque el jardín quedó arruinado).

Pero, no, nada. Carlin no aparecía.

En casa de Sarah y Finn, alguien golpeaba la puerta. Sarah abrió.

- ¡Oh! ¡Carlin! ¡Pero qué sorpresa! ¿Qué haces aquí? Pasa. - exclamó Sarah.

- Hola Sarah... Jaja si, la verdad. Es que tenía un montón de boletos de tren en un cajón, y entonces quise aprovecharlos, así que vine aquí a pasar el fin de semana. - dijo Carlin mientras entraba en la cabaña.

- Mira, Carlin, en un momento tengo que irme a casa de mi prima Carol, porque hoy es su cumpleaños, pero tranquila, Finn está aquí y en un momento Branwen regresa de ayudar con el jardín a la abuela. Ahora que tu no estás todos los días, Branwen se encarga de ayudar a la abuela con el jardín, porque está muy débil para hacer esos trabajos. - dijo Sarah moviéndose para todos lados mientras sostenía en una de sus manos una jarra vacía y en la otra un plato sucio. - ¿Dónde están Musta y Valcainen?

- Aquí - dijo Carlin abriendo su bolso y dejando salir a los gatos.

- Uff, qué alivio - dijo Sarah - me hubiera dado un infarto si los gatos no estaban contigo. Son parte de la familia.

- Sí, es verdad... Yo me hubiera puesto igual. - contestó Carlin.

- ¡Qué oportuno que hayas venido, Carlin, porque tengo noticias para ti! Es algo genial. ¿Sabes quién nos ha escrito un mensaje? - dijo Sarah

- ¿Quién? - dijo Carlin con intriga.

- Nada más y nada menos que... - entonces, Sarah le mostró la cápsula y el mensaje a Carlin.

- ¿Quéeeee? - gritó Carlin.

- ¿Sooooo? - gritó Sarah con el mismo tono que Carlin.

- No puedo creerlo ¡no me lo esperaba! - dijo Carlin - Me siento muy feliz... ¡Demasiado feliz!

 ¡Demasiado feliz!

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Carlin, la magia y el tiempo - 𝙹𝚞𝚕𝚒𝚊 𝙻𝚊𝚙𝚒𝚗Where stories live. Discover now