Capitulo 7 "Move This Mountain"

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Jaziel llegó a su casa muy entrada la noche. Había tenido que recorrer casi toda la ciudad y eso le había llevado algunas horas, realmente se sentía agotado por la larga caminata.

—Dios, creo que voy a morir.— Suspiró mientras se tiraba el sofá.

De pronto, alguien llamó a la puerta, provocando el fastidio en Jaziel.

Y si, al abrir estaba ahí, su loca casera. Al parecer a Jaziel se le había pasado pagar la renta. Y ahora que Satán no estaba, no tenía ni dinero para pagarla.

—Ho... Hola doña Roberta... Qué... Que gusto verla por aquí.— Susurró Jaziel.

—¡No te hagas el tonto, que sabes bien a lo que vengo! La renta se te venció desde el lunes y no has pasado a pagarla ¡¿Crees que vas a vivir gratis aquí?! Pues déjame decirte que no.— La mujer estaba sumamente molesta, pero Jaziel ya sabía que está misma mujer lo amaba en secreto.

—Le puedo pagar con mis boxers usados.— Respondió el chico.

—¡¿Que has dicho?!.— La cólera de la mujer pareció hacerse más grande.

—Disculpe... Estoy bastante cansado y ya no sé ni lo que digo.— Se excusó Jaziel.

—¡Eres un insolente! Debería echarte de aquí ahora mismo, pero yo soy una mujer muy misericordiosa, así que no haré tal cosa. Pero no te voy a permitir una falta de respeto hacía mi persona, porque ante todo, soy una dama ¿Y sabes que más?.— Preguntó la mujer.

—No lo sé, usted dirá.— Dijo Jaziel sin muchos ánimos.

—¡Soy una señorita! Y como tal, merezco respeto ¿Escuchó?.

—Fuerte y claro "señorita".

—Bien, espero que para mañana tenga listo el pago de la renta o me veré en la penosa necesidad de echarlo de aquí. Y por cierto, espero que no traiga a sus amigos aquí, no me dan confianza y sabe que están prohibidas esas visitas o cualquier reunión. Somos un sitio de gente decente y ...

Jaziel le cerró la puerta en la cara a aquella mujer, verdaderamente se sentía cansado como para estar escuchando el parloteo de esa señorita.

—¡Jaziel, hombrecito mal educado, grosero, pelado, eso no se le hace a una señorita como yo. Pero sepa que esto lo va a pagar muy caro, se lo juro!.— Se escuchaba desde el otro lado de la puerta.

Jaziel no le dio más importancia y decidió irse a acostar. Al final, no sabía si Satán volvería y por sí las dudas, necesitaba descansar para salir a buscar trabajo en la mañana.

Sin embargo, comenzó a sentirse algo caliente así sin más. Sentía la necesidad de tocarse, así que por encima de su pantalón, comenzó a frotar suavemente su pene hasta lograr ponerlo duro y erecto.

—Oh... Si... Si.— Murmuraba Jaziel al sentir sus manos acariciando su entrepierna.

Así que no perdió más tiempo y desabrochó su pantalón, para luego seguirse tocando por encima del boxer.
Pasó sus dedos a lo largo de su miembro sintiendo esos pulsos de excitación y viendo como su pene se ponía más duro, parecía que un chorro de leche saldría en cualquier momento .

Jaziel se levantó y se despojó de su camisa y luego prosiguió a deshacerse de su ropa interior, la culpa bajó lentamente hasta que aquel miembro duro y largo salió libre y por fin puso ver todo tamaño y grosor. Desde que cambió de cuerpo, no había tenido oportunidad de masturbarse, aunque naturalmente había visto su pene cuando iba al baño, jamás lo había visto erecto .

El chico se volvió a acostar y pasó sus manos por su pecho, para luego pellizcar un poco sus pezones, eso lo ponía aún más duro. Era como si esa zona fuese la más sensible de su cuerpo.

Devil Where stories live. Discover now