Un mínimo rayito de sol se coló a través de las cortinas transparentes que estaban a medio cerrar y daban justamente en el adorable y angelical rostro de un jovencito que dormía plácidamente entre sueves y esponjosos cobertores blancos.
Porque si, entre la madrugada se levantó por más de estos a causa del frío que se colaba por la misma ventana que no había sido completamente cerrada.
Todo se sentía tan suave, tan cómodo.
Tan diferente.
El sueño es algo que suele envolverlo de una manera tal que en vez de dormir, parecía haber pasado al otro mundo. Algo que siempre le causaba problemas.
Su comodidad era tan exquisita que consideró no levantarse temprano, a pesar de estar acostumbrado a madrugar, de igual manera siempre lo castigaban por cualquier cosa, y aún más por quedarse dormido, un castigo demás no hacía la diferencia.
Porque ¿Qué podría pasar si no le laban la primera comida? Tal vez un molesto dolor de estómago o sentir fatiga por sobreesfuerzo al no tener nada en el estómago más que agua, no es algo que no supiera sobrellevar a estas alturas. Estaba acostumbrado a esa situación casi diaria y aún así trabajada mucho en ello para que no le sucediera muy a menudo.
Iba hacerlo, dormiría un poco más sin importar el castigo, hasta que cayó en cuenta y su subconsciente le recordó que no estaba en condiciones de hacer tal cosa.
Se descubrió un poco el rostro y miro aún medio dormido a su alrededor, e inmediatamente llegó a su memoria lo sucedido el día anterior. Fué tan repentino pero aún así no hubo protestas de su parte, algo en ese hombre lo hacía sentir en calma, a salvo. Se dejó llevar por eso.
Entonces, una vez más todo su ser se llenó de dicha, porque nuevamente se convenció a sí mismo de que ya no estaba donde, según su memoria, vivió durante toda su vida.
Desde que logro escapar, en las mañanas era siempre la misma sensación; no creerlo posible, porque, durante años, la sóla idea de ser libre cada vez se volvía más lejana e imposible.
Luego de treinta y dos días fuera de ese lugar aún no podía creer que realmente logró librarse de las manos de esas personas tan crueles y desalmadas.
Y si, se encargó de contar cada día que hasta ahora habían sido los más tranquilos y conformes para él, por no decir que los únicos.
Quienes lo ayudaron aquella noche tan fría y lúgubre, realmente le dieron un buen trato, y tanto cariño que le costaba un poco aceptarlo, creerlo sincero y que no lo hacían esperando algo a cambio, no podía evitar pensar de esa manera, en aquel lugar aprendió que todo sucedía de ese modo y sus actitudes tan crueles y hostiles se lo demostraban.
No quería que aquel hombre que lo llevó a su hogar tuviera una idea errada de él o se molestara por su actitud tan floja por dormir demás. Así que se despojó de aquellas suaves y esponjosas nubes que lo acobijaban entre una calidez tan desconocida para él. Se sentía cansando, si. A pesar de haber escapado hace varios días, en ocasiones, su mente le hacía malas jugadas haciendole creer que solo era un sueño más, y aún estaba en una de las camas de ese enorme cuarto que compartía con otros chicos, por lo cuál se despertaba en medio de la noche cada cierto tiempo no logrando dormir del todo bien.
Aún no comprendía por completo lo que había pasado el día anterior, pero aún así tenía la sensación de haber hecho lo correcto.
Se sentía tan bien, tan tranquilo. No se sentía que estuviera en peligro o que bebía estar alerta, tomando en cuenta que se encontraba en una casa completamente extraña y con un hombre que no conoce en lo absoluto. Si lo pensaba de esa manera resultaba bastante irracional toda la situación.
BẠN ĐANG ĐỌC
Not So Little Omega •Taekook•
Fanfiction¿Qué pasa cuando le llevas casi nueve años de diferencia a tu pareja destinada? Ciertamente no es fácil cuando se es un Alfa con todas la necesidades básicas de uno, y multiplicadas por tres. Además, de que el interés en formalizar algo a ese nivel...
