Cuando se dijo que Seokjin hizo de todo para saber algo más del chico que encontró bajo la lluvia aquella noche, es porque así fué.
Ser fundador y único dueño del orfanato Moon Child tuvo sus ventajas en algunos ámbitos de su vida, adquirió el conocimiento práctico a la hora de tratar con cachorros que no se adaptaban fácilmente a su entorno ya sea por el abandono de sus progenitores u otro caso. A parte, de que quiso especialista en esa rama desde de todo lo que aconteció años atrás.
Desde antes de su nacimiento, en los últimos meses de gestación, se crea un lazo muy fuerte entre padre/madre Omega e hijo , así que no es de extrañar que algunos no lleguen a los tres años de edad al romper ese lazo por la separación de estos.
Su casta, gracia y belleza estuvo de su lado. Por lo que los cachorros cedían ante su persona con mucha más facilidad. El joven castaño de verdad transmitía esa sensación de confianza que les hacía ceder.
Aunque su casta también hacía de las suyas, ya de por si, su omega interior amaba a los niños. Por esto, no fue tan complicado saber cómo liberar específicas feromonas que servían de tranquilizante para cachorros. Realmente empezó con eso en momentos que su hermano menor lloraba o no se encontraba bien, si bien lo hacía por instinto, una vez adulto se dió cuenta que contaba con lo que solo un 25% de la población podía lograr.
Lo común, sería que esas feromonas para cachorros solo fueran liberadas por omegas que ya habían consebido, pero Seokjin podía hacerlo desde que tenía memoria, y le fue confirmado una vez que se hizo ciertos análisis en su juventud debido a cierto descontrol con las hormonas.
Kim Seokjin tenía sus contactos. Ya fuera en hospitales, clínicas, estaciones de policía, laboratorios privados, otros centros de adopción, etc etc. Y por supuesto, a todos recurrió. Llamó a sus antiguos compañeros de universidad que hora trabajaban en lugares en los que podía obtener información segura. No resultó. Contactó a sus conocidos agentes en la estación de policía, y aún así no encontraron datos de niños desaparecidos con esas características.
No hubo absolutamente nada relacionado con ese chico. Un completo enigma. Y el que no hablara lo hacía aún más complicado.
Seokjin recurrió a su última esperanza, y no, no hablamos de Hoseok. Con él tampoco cedió.
Le habló lo más bonito y dulce que pudo. Nada.
Quiso sacarlo a jugar con los demás niños en el patio. Nada.
Tuvo un largo intento de entablar una amena conversación con en chico. Lo que resultó como todas las demás. Nada.
Dejó salir tantas de sus feromonas para el chico que de no estar sintiendo a su lobo interior tan indignado por no haber logrado nada, juraría que también se lo pasó.
No tuvo remedio más que hacer sus famosas galletas de coco y algo más que le había enseñado su abuela. Hacer esto lo ayudaba a relajarse y traer nuevas ideas. Y vaya que si ayudaron.
Las hizo, y como de costumbre las dejó en la mesa de centro donde ciertos alfas se las terminaban en un dos por tres. Pero en este caso, llamando la atención de cierto pequeño que no se despegaba de la televisión. Ciertamente las galletas olían de maravilla. Entonces, tuvo otra idea, quiso intentarlo una vez más.
"¿Quieres una?" preguntó el mayor.
El chico observó dudoso por unos segundos en si tomar o no lo que le estaban ofreciendo.
"¿Cómo sé que no tienen nada?" dijo sin tacto o titubeo alguno.
No eran las palabras que esperaba escuchar, pero algo es algo, se dijo Seokjin a sí mismo. Así que, al ver la desconfianza en la mirada del muchachito solo atinó a darle un mordisco a la galleta que anteriormente le había ofrecido, volviendo así, a ofrecerle otra, segundos después siendo aceptada por el otro, aún un poco renuente.
YOU ARE READING
Not So Little Omega •Taekook•
Fanfiction¿Qué pasa cuando le llevas casi nueve años de diferencia a tu pareja destinada? Ciertamente no es fácil cuando se es un Alfa con todas la necesidades básicas de uno, y multiplicadas por tres. Además, de que el interés en formalizar algo a ese nivel...
