Una nube esconde una sonrisa

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Comenzó a oscurecer.

Ale tomo de la mano a Itzel y se dispusieron a caminar juntos para volver a casa...
Pero  había algo malo en todo esto.
Itzel recordó todo lo que acotencio esa noche anterior.

Ale la tranquilizó con un cálido abrazo.
Por primera ves en su vida Itzel se sintió segura.

Y mientras caminaban de camino a casa de ella; recordó como era su anterior novio , un tipo arrogante y celoso. Nunca la había escuchado realmente , siempre se la pasaba diciendo que ella lo engañaba( cosa que nunca sucedió)  pero¿ por que había estado con el?  Cosas de la vida.
Como muchas de sus amigas le decían a modo de burla : "Dios da las peores batallas a sus mejores guerreros" mientras saltaban una risa burlona.

Le había costado separarse de el porque este no aceptó que ella se fuera y se la pasaba molestandola. Pero un día llegó demasiado lejos cuando vino a su casa a insultarla.

Tuvo la gran suerte que sus padres no estuvieran en casa.

Era por ese motivo que también aceptó ser estudiante de intercambio.

Una cálida mano la hizo despertar de su sueño.

-¿Estas bien?  Pregunto Ale.
- Si tranquilo. Respondió Itzel.

- Que raro... dijo Itzel- las luces están apagadas. Talves paso algo fue lo que su mente le repetía.
- Talves mamá no se sentía muy bien y se fue dijo Itzel...
La noche se acercaba mucho más, Ale lentamente se sacó la chamarra que llevaba y abrigo a Itzel.
- Gracias Ale eres muy considerado. Y le mostró una bella sonrisa. Ale correspondió con otra sonrisa.
- Si quieres puedes descansar en casa yo igual estoy solo. Puedes dormir en el cuarto de visitas.
Itzel se sintió nerviosa.

Pero a fin de cuentas que podía hacer? Sus papas no estaban en casa.
No iba a esperarlos toda la noche.
Quien sabe a donde fueron después del pleito de la mañana.

Ale levanto la mano y tomaron un taxi con rumbo a casa de Alejandro.

En el camino Itzel estuvo bastante pensativa a donde pudieron ir todos?
Su padre se quedaba hasta muy tarde siempre por "trabajo".
Su madre se sentía muy mal por haberse enterado de las cosas que el hacia.  Samanta su hermana siempre se la pasaba con su novio , y ella sabía que se iba con el fuera de la ciudad.

Después de media hora llegaron a casa de Alejandro.
Abrió la puerta y la invito a pasar.

Al principio Itzel tuvo un poco de miedo nunca antes había estado en una casa ajena.

-tranquila no te sientas incomoda dijo Ale mientras dejaba su mochila. - voy a preparar algo ¿te gusta el café? Pregunto Ale

- Si. respondió Itzel.

- Okey esperame un momento.
Itzel miro con detalle los cuadros que la casa de Alejandro tenía.
Eran algo comunes pero bastante hermosas.
Itzel noto algo en un cuadro : era una pareja que miraba el horizonte pero unas nubes grises amenazaban el paisaje perfecto.

-Itzel toma le dijo Ale. - le alcanzó una tazita de café con unas galletas...¿acaso era casualidad? Eran las galletas que más le gustaban a ella.
- ¿También te gustan estas galletas? Pregunto Itzel con asombro.
- Si... me gustan pero nunca conocí a alguien que comparta mis gustos dijo.
-pues hoy es tu día de suerte Ale yo adoro estas galletas - ven siéntate conmigo vamos a compartirlas.
- Claro que si dijo Ale con un brillo en sus ojos. - mientras se acercaba para sentarse al lado de su dulce amiga.

La risa de ambos muchachos era como el canto de unos pájaros en un verano.

Entre risa y sonrisas la tristeza se había ido de vacaciones por unas horas...

Alejandro se sentía tan feliz tan alegre de lo que nunca estuvo en su vida. Itzel por su parte estaba muy alegre y divertida...

Y así pasaron las horas y ambos conversaban sobre cosas de la vida... intercambiando secretos que nadie más sabía.

Ale sintio lo hermoso que era tener a alguien especial en su vida.

Todas las lágrimas y tristezas habían agarrado sus maletas y se marcharon cuando Itzel llegó a su vida.

Y el sabía que después de esa noche las cosas no iban a ser iguales...

Boulevard de los sueños Perdidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora