🔸️☀️capítulo XXXIII☀️🔸️

Start from the beginning
                                    

La mire con agradecimiento para luego darle un gran abrazo, el cual, fue correspondido al instante

—gracias. En serio. gracias—

—siempre estaré para ti. Eres mi mejor amigo—su suave sonrisa me dio un poco de calma

Caminamos por las calles concurridas de Japón hasta llegar a lo que es la entrada a el palacio imperial de Japón

Cuando llegamos a la puerta kikyō-mon la cual que estaba en la parte oeste del complejo, le pregunté a un transeúnte si había que pagar. El hombre nos explicó que la entrada era gratis todos los días pero a excepción de los lunes, los viernes y el día del año nuevo

Eso nos gustó. No había que pagar. Le agradecemos al señor

Los tres Caminamos hacia el interior de los jardines imperiales

Mientras caminábamos admirábamos la belleza de tan espléndidos jardines y las estructuras que se encontraban presentes a la vez que ideábamos un plan para poder ingresar sin que la seguridad del lugar nos atrapen en el acto

Muchos de los lugares se sentían normales, sin nada especial, quizás había algún que otro espíritu de la naturaleza rondando por ahí Hasta que llegamos a el palacio donde vive la familia imperial de Japón

El lugar desprendía un sutil aroma a magia y también a otra cosa que no podía identificar

—¿y? ¿Que podemos hacer?—pregunto Clarisse mientras agarraba un folleto, pero enseguida se frustraba por no poder leerlo. Le toque la frente. Ella pestañeo y me miró asombrada—¿como lo hiciste?—

—¿hacer que?—Me pregunto Lena mientras alternaba la vista entre sus amiga y yo

—bueno.. Le modifique su cerebro—su cara fue de espanto—ósea, no la Convertiré en mi títere personal solo ayude a su mente para que leer el inglés sin que se sus neuronas exploten al intentar hacerlo—

Silena puso una cara de feliz cumpleaños. Me pregunto si podía hacer lo mismo con ella

—Ven—golpee su mente con dos dedos al estilo Dios Itachi

—es lo mejor que me ha pasado en la vida!. Al fin puedo leer sin sonar como tonta—dijo la hija de Afrodita a la vez se tocaba su cabeza

—si, es grandioso, pero no dura mucho. El efecto me duró 2 meses. Quizás si practico más podría  Aumentarlo—

—Al menos podremos leer bien por dos meses—nos reímos y así los tres seguimos recorriendo los lindos lugares de los alrededores

El tiempo paso y el lugar estaba por cerrar así que nos ocultamos en los jardines hasta que la noche cayó

En el tiempo que estuvimos escondidos pudimos notar que aquí había una guardia que se intercambiaba de lugar cada hora a la vez que otros inspeccionaban el área. Teníamos que ser cautelosos y no llamar la atención de los mortales si no queríamos ser atrapados

—bien, tenemos que infiltrarnos en palacio, además, debemos tener cuidado con lo que sea que podamos encontrarnos—

Los tres salimos de una cúpula invisible que había echo en el momento que nos habíamos asentado en una parte de los jardines cercanos al palacio

Cuando salimos de allí corrimos con velocidad y sigilo hasta llegar a una intersección con una gran sombra. Nos ocultamos en ella en el momento justo cuando un guardia camino delante de nosotros

En el segundo que no había moros en la costa volvimos a salir de allí hasta estar en una pared donde podíamos escalar

—Bien, vengan que las lanzó hacia arriba, las estarse esperando un clon mío para atraparlas—

La primera en subirse fue Clarisse la cual se tapo la boca para no gritar. El clon la atrapó en sus brazo antes de desaparecer en humo

—bien Lena, vamos—le dije. Ella se puso en mis brazos con delicadeza

—no te peso nada ¿no?—

—no, es lo mismo que tener una pequeña bolsa con caramelos en las manos—comente—bueno, ahí vamos—me acuclille un poco así impulsarme hasta llegar en perfectas condiciones al techo

—Bien, puedo sentir el aroma a magia desde aquí. Tiene que estar debajo del palacio—

—¿y como sabes que esta debajo del palacio?—

—bueno, en las películas cuando tienen que robar algo o está en un museo o en una bóveda debajo de un banco o algo parecido—comente

—es una buena lógica—dijo la hija de la guerra mientras asentía

Los tres bajamos de la misma manera que subimos

—vamos, el hechizo de invisibilidad nos protege de las miradas ajenas—les dije mientras mis dedos se encendían en luces celestinas

Corrimos por lo que sería un patio interno del palacio, pero, de un momento a otro algo hizo aparición. Sentí como mi magia se apago. Eso no podía ser posible

Un espíritu se había aparecido delante de nosotros. Gire la cabeza y otro también apareció.

En segundos estábamos rodeados de lo que parecían ser samuráis, todos con una katana en mano, afilada y lista para atacarnos. Sus miradas eran serias parecían querer 

Los tres en segundos hicimos aparecer nuestras armas.

Clarisse desplegó su lanza que rezumbo con poder chispeante, en mis manos hice que mis abanicos aparecieran a la vez sus cuchillas se revelaban al igual que Silena agitaba su látigo como toda una guerrera

Los espadachines se pusieron en guardia. nosotros también

—¿tienes alguna forma de deshacerte de ellos?—me pregunto esperanzada la hija del amor

—no, todavía no me adentre en el tema de la nigromancia. Además, no siento mi magia, es como si la bloquearan—Sabía que no tenía que confiarme y posponerlo

Todos nos hubiésemos enfrascado en una gran batalla campal de no haber sido por que un hombre apareció de la nada con un pequeño gong, que al tocarlo, nos infundió un terrible dolor capaz de tirarnos al suelo. Sentí mis oídos sangrar al igual que mi nariz.

Mis amigas no debieron estar mejor que eso

No podía verlo bien, mis ojos no me permitían verlo, pero si oírlo

Pude escuchar su firme andar hasta que se posiciono delante de nosotros

—¿Creyeron que podían entrar al hogar del emperador, a mi hogar, sin siquiera ser descubiertos?—nos pregunto en ingles. Su risa nasal se escucho perfectamente. Quise decir que todo esto era un error pero no podía hablar—Ustedes no entraron en ningún momento a estos jardines, se les dio el acceso completo a todo el lugar—nos dijo esta vez mucho más cerca. Supongo que se había inclinado

Se levantó para luego hablarles a sus oficiales

—Soldados, atenlos, quítenles sus armas y enciérrenlos en la prisión especial.—ordenó mientras se retiraba del lugar dejándonos a manos de los espectros no sin antes volver a tocar el gong poniéndonos en agonía hasta casi desmayarnos

Los fantasmas hicieron lo que su amo les ordenó mientras que tres de ellos nos cargaban hasta dejarnos en una celda en algún lugar

Habíamos entrado pero no como lo habíamos imaginado
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
¡Listo! Aquí esta el capítulo

Espero que les guste

renacer en un mundo semidivino Where stories live. Discover now