Capítulo 39

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Wong's Pov

Caminé a paso apresurado por el pasillo alargado, sujetando bajo mi brazo un par de libros que había sacado de la biblioteca. Cuando me planté delante de la puerta dudé por un segundo en llamar o no. No sabía si estaría de humor para recibirme.

No lo pensé mucho más cuando di dos golpes suaves en la madera. Esperé pacientemente a que se abriera o alguien contestara pero no hubo ni un solo movimiento. Volví a picar pero tampoco recibí respuesta.

Estaba empezando a preocuparme cuando golpeé por tercera vez y todo seguía igual. Harto de la situación decidí actuar creando un conjuro, con el que abrí la puerta de par en par. Después del estruendo causado por el golpe de la madera en la pared, todo volvió a quedarse en silencio.

Lo busqué con la mirada para encontrarlo mirando por la ventana sentado en su silla.

—¿No te han dicho que entrar sin ser invitado en una habitación es de mala educación? —su voz salió sin fuerza, sin ironía, como si estuviera apagada o no tuviera energía. 

—Cuando sabes que tu amigo está dentro y no contesta después de llamar un par de veces, en ese caso hay excepciones —me acerqué al escritorio y me senté en frente de su asiento, separados por la mesa—. Venía a darte estos libros, los vas a necesitar para la lección de esta tarde.

Tardó unos segundos en centrarse y volver de donde quiera que se encontraban sus pensamientos. Poco a poco se volvió para mirarme un poco confuso.

—¿Qué día es hoy? —tiró de los libros hacia él, examinando su contenido.  

—Miércoles. Hoy toca práctica en Kamar-Taj —hizo una mueca de disgusto ante su olvido y murmuró algo que no pude entender. 

Desde que Avril se fue había sido así. Todos los días. Era como si no estuviese allí y una parte de él se hubiera marchado con ella. Verlo de esa manera era desolador. 

—Strange —llamé su atención, consiguiendo captarla con un poco de esfuerzo—. ¿No crees que ya es hora de reponerse?

—¿Qué quieres decir? —no parecía entender a lo que me refería.

—Creo que ya es suficiente de autocompadecerte, y perdona que sea tan brusco. Sé que la echas de menos pero estoy seguro de que ella no quiere que estés así. ¡Por el amor de Dios, nadie ha muerto! 

Bajó la cabeza, procesando mis palabras.

—La echo de menos.

Nunca había visto a Strange tan trasparente y expuesto. Sin duda la partida de nuestra amiga no le había sentado bien.

—También yo. Pero cuanto antes salgamos de este problema, antes podrá volver a casa.

Eso pareció animarlo un poco y volvió a levantar la vista. 

—¿Crees que algún día volverá? ¿Después de tanto tiempo?

—Seguro que sí. Ella no parecía muy ansiosa por irse —tenía esperanzas de que fuera así. La casa ya no era la misma desde entonces—. Bueno, basta de charla. Haz el favor de levantarte de esa silla y ponerte a trabajar. Si le ponemos más empeño puede que consigamos algo pronto.

Con un sonido afirmativo de su parte, me fui del despacho. Parecía que el ánimo le había subido un poco con lo que le dije. No era tiempo de perder la esperanza. Estábamos haciendo hasta lo imposible por encontrar a Mordo, pero algo se nos estaba escapando de las manos... Daba la sensación de que lo tenía todo muy bien planeado.

Pero hasta los maestros en lo que a ocultarse se refiere han sido hallados. No todo puede durar eternamente. Y Karl Mordo no sería la excepción. 

𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐚𝐠𝐢𝐜 𝐈𝐧 𝐘𝐨𝐮 || 𝐃𝐫. 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞 𝐱 𝐎𝐜 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora