⠀BORDERHOPPER (en edición)

⠀⠀twelve

xii. survivors

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Todos discutían e Izzie, nuevamente, no quería ser parte de eso. Se alejó del grupo e intentó despegar su polera con sangre de su piel, esa sería su única preocupación hasta que alguien diera un avance de la situación o una solución.

Y exactamente como se lo propuso, volvió su vista al grupo cuando escucho a Nancy decir que la energía volvió.

Todos corrieron en grupo a la entrada, intentando nuevamente abrir la entrada de los autos. Jonathan fue el primero en entrar e intentarlo pero nada se movió una vez presionó el boton. Lo intentó varias veces, todas con el mismo resultado.

Dustin decidió intervenir y empujar a Jonathan con alguna esperanza de abrir él la puerta, pero todo salió igual. Maldijo para él mismo y volvió a intentar con persistencia hasta que la reja se movió.

Nancy y Jonathan se subieron al auto y se adentraron por la instalación mientras el otro grupo esperaba.

Steve no le dirija la mirada y eso la asustaba. No quería más problemas.

Max se acercó al portón y llamó la atención de todos, el auto de Jonathan volvía a toda velocidad, seguido por la camioneta de Hopper. Empezaron a tocar la bocina, haciendo que todos corrieran hacía un lado de la calle. El primer vehículo pasó de largo al estar lleno pero la camioneta se detuvo frente al grupo para que todos subieran. Steve se posicionó en la puerta y se aseguró de que todos subieran, no miró a Izzie una vez está pasó por su lado y eso la hacía querer llorar.
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Ya en la casa de los Byers todo el mundo se había dispersado. Jonathan cuidaba de un Will inconsciente junto a Nancy, Steve los miraba con tristeza y esa fue la señal de Izzie para destrozarse más. Hopper estaba al teléfono con gente que a la menor no le importaba, parado junto a la mesa en la que estaban sentados los niños. Izzie decidió que debía ir al baño a limpiarse las heridas una vez la llamada del policía había terminado.

Al momento en que estaba cerrando la puerta del baño, escuchó como los niños empezaban a discutir con Hopper. Izzie dudó sobre si era un buen momento para preocuparse de sus heridas pero se vió detenida cuando quiso salir por el tronco de Steve.

Había chocado contra su chaqueta, botando sus lentes al piso. La menor los recogió nerviosa y se los entregó. Steve aún tenía la misma expresión en el rostro.

—La señora Byers me dijo que te pasara esta polera para que pudieras cambiarte por una que no estuviera rota.

Dejó la blusa en los brazos de la menor y cerró la puerta dejandola adentro del baño.

Izzie tomo los bordes de su blusa y sin ningún sentimiento la arrancó de su cuerpo. No le importaba lo pegada que estuviera a su piel y heridas, o si la tela se rompería más. Estaba acostumbrada a limpiarse ella misma y podía asegurar a cualquiera de que esta no era su peor herida.

Una vez en sosten, se miró al espejo y notó como la barba de este se había salido por la mordida del demogorgon. El brasier ya no funcionaba y no iba a luchar para que lo hiciera. Botó el sujetador al basurero, rompió una tira de su polera y la mojó en el agua y jabón, dispuesta a limpiar la herida.

Puso presión directa en las aberturas que seguían sangrando, intentando detetenerlo. Una vez logró su cometido, desinfectó la herida con otro trozo de su polera y con el tercer pedazo restante vendó los cortes. Se puso la camiseta de Joyce y sin prestarle mucha atención salió del baño.