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i. make a friend for the pain

Izzie nunca en su vida se había sentido tan decidida, ella quería encontrar a su madre a toda costa y sabía que para eso, necesitaba ayuda. Hablando sinceramente, Isobel no iba a fingir que la desaparición de su madre no le afectaba, lloró toda la noche y no se preocupó mucho en alistarse a la hora de salir de su casa.

Aun que la escuela le había ofrecido una licencia y los oficiales le habían pedido que descansara, ella no podía. No podía quedarse encerrada en su casa, tomando té y viendo televisión mientras su madre podía estar muerta.

Ella quería justicia, eso es lo que haría Itzel Martínez si sus lugares se intercambiaran.

Por lo que pensó que apoyarse en gente con una situación similar a la suya no era una mala idea.

Pero se arrepintió cuando escuchó los gritos de Joyce Byers a través de la puerta

—¡Por favor! —se escucharon pasos acercándose a la puerta e Izzie se puso más lejos de esta para que pareciera casualidad su llegada —Estás perdiendo el tiempo.

Cuando la puerta se abrió, la menor frunció el ceño, esperaba ver a Jonathan o a Joyce, no al jefe de policía.

—Hopper.

—Niña.

El mayor iba a seguir su camino a la camioneta pero Izzie le detuvo el paso poniéndose al frente de su camino. Jim Hopper parecía confundido ante su presencia y eso hizo que la menor levantará una ceja.

—Debería poner más atención a su trabajo —la adolescente miró con desprecio al oficial —Supuestamente está investigando el caso de mi madre pero aún así no recuerda mi cara ¿Acaso recuerda la de ella?

Hopper pareció reaccionar en un instante.

—Isabel... si me acuerdo de tí y de tu madre ¿Podríamos hablar más tarde? Ahora estoy atendiendo el caso de los Byers.

Apartó a la niña de su camino y esta grito para sus adentros, no iba a dejar que ese estupido policía con bigote de pederasta le pasara por encima.

—Es Isobel Martínez —le gritó y el hombre ni siquiera se inmutó, ante la frustración, corrió hacía el auto del policía y le exclamó en la cara —¡Lucky sin filtro!

Hopper frunció el ceño confundido ante la mención de la marca de cigarros

—¿Qué?

—Usted iba todos los días a la tienda de mi madre y compraba una cajetilla de Lucky Strike sin filtro —la menor miró al cielo frustrada antes de continuar —. Ella solía decir que el tipo de cigarro que compras podía revelar mucho de cada persona. Siempre mencionaba que la gente que compraba Lucky sin filtro era gente que aparentaba ser dura o que ya había caído en la adicción. Nunca dijo eso de usted. Mi madre decía que un tal Hopper no cabe en ningún arquetipo. Él supuestamente era un hombre con las cosas claras que tiene un simple gusto por lo fuerte, es una persona de fiar. ¡Me dijo que confiaba en él para cuidar del pueblo! Mire la decepción que me ha dado.

El hombre se quedó en silencio por unos segundos, pero cuando decidió hablar, Jonathan Byers salió corriendo de la puerta para acercarse a conversar con él.

⠀BORDERHOPPER (en edición)Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα