✨Algo más que una noche✨

✨11✨

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Pov Momo :

Mentiría si dijera que no estaba nerviosa. No era la primera vez que iba a una cita de negocios, pero no sabía muy bien el por que me encontraba tan intranquila. Era algo que no recordaba haber sentido antes, una especie de inquietud.

Mientras yo pensaba todo eso, Yiu no dejaba de hablar sobre mis compromisos del día siguiente, era su trabajo, pero encerio ya no podía escucharla. Mi mente se sentía agobiada por tantas responsabilidades y por una vez quería lanzar todo a la basura y tener un día para mi, aunque eso fuera casi imposible.

- Y después de eso tiene una junta con los representantes del taller textil

Asentí un tanto cansada, solo escuchar todas las obligaciones que me aguardaban para el día siguiente me generaban un hastío tremendo y un leve bostezo se me escapo de los labios. Yiu noto eso al instante y soltó un leve suspiro, al parecer ella también se sentía muy cansada.

- Creo que eso sería todo por ahora, señora Yaoyorozu. Procedo a retirarme - Hizo una leve reverencia y se encaminó a la salida, pero justo antes de abrir la puerta se volvió a dirigir a mi - Su reunión con la, señorita Jirou es en diez minutos ¿la canceló?

En ese momento miré el reloj en mi muñeca y mis ojos adormilados se abrieron debido a la sorpresa, estaba llegando tarde. Me puse de pie de inmediato, tome mi cartera y mi celular para después dirigirme de forma apresurada hacia el ascensor siendo seguida por Yiu.

- Lo lamento mucho, señora. La vi tan tranquila y supuse que había cancelado su reunión. En serio discúlpeme.

- No te preocupes. Estoy segura que llegaré a tiempo.

Apenas llegamos a la plata baja le di a Yiu unas últimas indicaciones para después encaminarme hasta donde se encontraba mi auto. Subí y arranque casi de inmediato, me sentía un tanto culpable era más que obvio que llegaría con un notable retraso.

Pasaron aproximadamente veinte minutos hasta que pude llegar al sitio que había acordado con Jirou. Sentí un leve alivio al notar que no me había tomado tanto tiempo llegar. El tráfico no había sido una odisea total como en ocasiones anteriores , aún así me sentí sumamente mal conmigo mismo por ser tan descuidada.

En cuanto entre en el establecimiento la vi, llevaba un conjunto sumamente informal. Una playera negra con letras estampadas en blanco y dorado, unos jean rasgados, botines de color negro y una chaqueta bomber. En cuanto sus ojos se encontraron con los míos una sonrisa se apoderó de sus labios, movió su manos en señal de saludo y en sutil movimiento de cabeza apunto a la mesa.

Empecé a caminar hacia ella un tanto presurosa, no sabía cuánto tiempo me había estado esperando.

- Hola, lamento tanto el retraso........ tuve unos inconvenientes en el trabajo - Menti. Estaba más que claro que no le diría el verdadero motivo por el cual la había hecho esperar tanto tiempo.

- No te preocupes, no espere mucho, además aproveché el tiempo para beber algo - Tomo entre sus manos una taza cuyo contenido no pude identificar - Pero no se quede allí parada, siéntese.

Asentí de inmediato y me senté frente a ella, deje mi bolso a un lado y solté un leve suspiro - En serio lo lamento tanto, fue tan descortés de mi parte hacerte esperar.

- Tranquila, lo entiendo. No se preocupe por eso - Se acomodó mejor en su asiento y le dio un leve sorbo a su bebida - Debería ordenar algo ¿no?

- Si, tienes razón - Levanté mi mano llamando la atención de un mesero el cual se acercó de inmediato y me dio un menú. En realidad no tenía apetito así que solo ordene un té helado.

Una vez más estábamos solas, la situación resultaba un tanto incómoda. No sabía que decir, era la primera vez que no tenía un tema de conversación. Su presencia me intimidada un poco, quizás era su aspecto o la forma en la que comportaba, sus expresiones corporales eran muy distintas a lo que estaba acostumbrada.

- Este - Hablo ella - ¿Cómo está Kendo? - Sonrió nuevamente y espero pacientemente mi respuesta.

- Ella está muy bien, hoy es su día libre

- Oh, que bien por ella.

- Si, trabaja mucho

- Lo imagino

Le sonreí e intente pensar en algún tema del que pudiéramos hablar, ella había intentado iniciar una conversación conmigo, yo también tenía que hacer un esfuerzo.

- ¿Cómo están tus amigos?

- De maravilla - Sonrió - ¿Podrías creer que Denki insistió en acompañarme? - Pequeñas carcajadas escaparon de sus labios.

- ¿En serio? - Pregunté y de inmediato ella asintió fervientemente - ¿Y eso por qué? - Volvi a interrogarla, admitía que sentía mucha curiosidad. Pareció dudar por un segundo en sí responder o no.

- Él es un tanto sobre protector conmigo - Admitió encogiendo de hombros - No se por que, pero desde que es padre se volvió así.

- No sabía que fuera padre ¿No tienen la misma edad?

- Si tiene un pequeño llamado Remi y más o menos somos de la misma edad, es tres años mayor que yo.

- Se ve muy joven, hasta creí que era menor que tú. 

- Él estaría muy feliz de escucharle decir eso.

En ese momento llegó el mesero con mi orden y todo volvió a quedar en silencio. Bebí mi te lentamente, regresando mi mirada hacia ella después de eso. Parecía algo dudosa, como si quisiera decirme algo pero no encontrara las palabras adecuadas. Al final se armo de valor y me miró lista para hablar.

- ¿Puedo preguntarte algo? - Asentí - ¿Conoces a un tal Monoma? Creo que trabaja para ti.

No pude evitar reír, algo que ella obviamente no esperaba. Pareció sentirse apenada pues desvió la mirada, volvió a tomar su taza bebiendo el contenido de esta y aprovechando para oculatr su rostro.

- Creo que pregunté algo muy tonto ¿no? - Me pregunto dejando de lado su taza. 

- Disculpa, pero no pude evitar imaginar que clase de expresión hubiera hecho Neito si te hubiera escuchado decir algo así - Volvi a reír en cuanto esa imagen regreso a mi mente. Incluso podía escucharlo reclamar y maldecir a toda voz por aquella "falta de respeto"

- ¿Por qué? - Pregunto ella entre curiosa y angustiada.

- Él es alguien muy orgulloso, seguramente se hubiera sentido muy ofendido al ser confundido con un empleado - Hice una leve pausa para beber de mi té nuevamente y proseguí - Él es uno de nuestros inversionistas más importantes.

- Eso..... eso es increible - Su rostro en ese momento me resultó un enigma total, algo que simplemente no podía descifrar.

Y allí estaba de nuevo, ese maldito silencio. Que hubiera tan pocas personas en el establecimiento lo hacía aún mas incómodo. Estaba segura que alguno de mis comentarios era el causante del tan repentino cese de la conversación. Quizás mi risa había sido un tanto escandalosa o tal vez me había expresado de forma grosera, obviamente reírme en su cara había sido una falta tremenda de respeto, pero ya era muy tarde para arrepentirme y peor aún, no sabía como remediarlo.

- Casi lo olvidó - Volvió a sonreír como si estuviera un tanto apenada y me miró - ¿La trajo? - Pregunto mirándome expectante.

- ¿Qué cosa?

- La ropa, la razón por la que decidimos reunirnos aquí.

En ese precisó momento quería que la tierra se abriera a mis pies y me tragara otra nunca más mostrarme en público. Lo había olvidado por completo.

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