🍅🌻 → [𝑺𝒂𝒔𝒖𝑯𝒊𝒏𝒂 𝑴𝒐𝒏𝒕𝒉 2022]

➸... 𝑽𝒊𝒏̃𝒆𝒕𝒂「 🍅☀ ... 𝑫𝒊́𝒂 13 」

↷𝑫𝒊́𝒂 𝑿𝑰𝑰𝑰
「 𝐌𝐚𝐦𝐢𝐡𝐥𝐚𝐩𝐢𝐧𝐚𝐭𝐚𝐩𝐞𝐢: la significativa mirada sin palabras compartida por dos personas que desean iniciar algo, pero que se muestran renuentes a hacerlo 」

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[ 𝑎𝑙𝑡𝑒𝑟𝑛𝑎𝑡𝑖𝑣𝑒 𝑢𝑛𝑖𝑣𝑒𝑟𝑠𝑒; 𝑚𝑎𝑙𝑒 𝒉𝑖𝑛𝑎𝑡𝑎; 𝑦𝑎𝑜𝑖 ]

Su padre había sido bastante claro: no te distraigas; no desvíes la atención de tus objetivos; no te juntes con personas que solo pierdan el tiempo; no te atrevas a abandonar todo por una estupidez.

No falles.

Hinata era el hijo prodigio de Hiashi Hyūga, el director de la única Academia prestigiosa de Numazu: una ciudad demasiado pequeña y prácticamente abandonada a la suerte de Dios. Todos se conocían entre sí; sabían quién estaba soltero o quién acababa de divorciarse; conocían al que había decidido irse a la ostentosa ciudad de Tokyo y al que tuvo mejor suerte para salir por completo de Japón. Entre otras cosas, la privacidad era prácticamente difícil de mantener y la fama que uno se formaba en base a sus acciones era notable; cada logro, cada fallo, cada suceso sin importancia lo iba a saber hasta el hijo menor del vecino que casi ni salía de su casa.

Cuando aquel chico, Sasuke Uchiha, vino desde la poblada Saitama y se acercó a la joven promesa del lugar, todos en la escuela empezaron a chismorrear sin parar acerca de sus intenciones (fueran buenas o malas) y las razones del por qué pasaba todo el tiempo pegado a él. Algunos asumían que era por puro interés de obtener beneficios a través del hijo del director; otros decían que Sasuke en realidad era un buen tipo y solo quería tener amigos (aunque al final acababa rechazando a las otras personas).

Sea como fuere, a Hiashi Hyūga no le había caído en gracia que su primogénito pasare tanto tiempo con con un completo desconocido; temía que el tal Sasuke lo distrajera de sus deberes familiares y académicos, y que lo hiciera fracasar. Por ello, prohibió que Hinata tuviera algún tipo de contacto con alguien que no aprobaba en su círculo social.

«Lo siento, padre, pero no quiero alejarme de Sasuke-kun. Él es mi amigo.»

Sin embargo, se había enterado demasiado tarde que su hijo y ése problemático habían desarrollado una especie de rara amistad en la que Uchiha no parecía querer despegarse nunca de Hinata, quien se sentía muy cómodo al lado de ese vago don nadie.

Sasuke Uchiha era una muy mala influencia para su hijo.

O quizás no. Muy a su pesar, Hinata estaba diferente, aunque no podía decir específicamente cuál era ése cambio en realidad. Seguía siendo el alumno inteligente con incontables logros; el chico amable y empático que sus compañeros apreciaban; el comelibros que prefería pasar la tarde entera encerrado en una biblioteca; el orgullo de cualquier padre que ponía todas sus esperanzas y sueños frustrados sobre los hombros de sus hijos para verlos cumplirse a través de ellos.

Y, sin embargo, ahí estaba ese sutil pero preocupante cambio.

Si tan solo dejara de pasar tanto tiempo renegando por la presencia del mocoso Uchiha, Hiashi se habría dado cuenta a tiempo de las furtivas miradas entre ambos; de las ligeras sonrisas que se daban en medio de pláticas sinsentido; de los roces accidentales entre ambos cuando la pubertad comenzó a afectarles y la confusión de muchos sentimientos en juego se dio de manera inevitable.

Ni el padre de Hinata ni ellos mismos se atrevían a darle un nombre aún a todo aquello.