''Sé que has pensado lo del psicópata y no es eso. ¿Para eso leíste Cincuenta Sombras? Con precaución, tortolitos.

Aurora''

Me quedo en shock y miro a todas partes. La tengo que echar ya de mi casa que esta me conoce demasiado ya. Me voy a mi sofá, el cuál necesita un cambio urgente, me tiro en él y me pongo a ver el Zapeando de esa tarde que había pedido a Aurora que me grabase. Cuando llegó el intermedio, alguien llamó a la puerta. Me acerco hasta allí y abro, encontrándome con la perfecta sonrisa de Marc.

Yo: ¿Qué haces aquí?

Marc: Un pajarito me ha dicho que estás sola esta noche y he decidido hacerte compañía.

Yo: Ya... ¿ese pajarito no será por casualidad Alex, verdad?

Marc: ¡Anda, tu también le conoces! Que suerte la mía.

Nos reímos y le hago pasar. Él va al sofá y se sienta.

Marc: ¿Ves Zapeando?

Yo: Sí, es más fácil y divertido que zapear tú. ¿Quieres algo?

Marc: Una Coca Cola, gracias.

Me voy a la cocina a por la bebida y me acuerdo del Post-it de Aurora. Estos dos cabrones lo han planeado todo para que la casa se quede vacía para cuando yo volviese y se han ido de pingoneo para que, seguramente, Marc y yo nos liemos. ¡Qué mal están las cabezas, por dios! Aunque ahora que lo pienso, debería seguir el consejo de Aurora, o su advertencia. Aunque lo de liarme con Marc no era a lo que Emilio se refería con ''dejarme llevar''.

Marc: ¿Qué piensas?

Me doy un susto de muerte y me doy la vuelta. Le miro un poco descolocada y parpadeo mientras miro a todos los lados menos a él.

Yo: En nada.

En ti. Siempre en ti. Me doy la vuelta y abro la nevera para sacar la Coca Cola para Marc pero estoy cogiéndola cuando siento los labios de Marc en mi cuello. Ladeo la cabeza mientras él coge la botella y la coloca en la encimera. Me doy la vuelta y le miro a los ojos. Él me mira con deseo y me besa en los labios. Subo mis manos a su cuello, le acaricio el pelo y le tiro un poco de él. Él gruñe en mis labios y me coge de las piernas y me sube a la encimera de la cocina.

Yo: Marc... tengo miedo.

Él para de besarme y me mira preocupado. ¿Por qué he tenido que abrir la boca?

Marc: No tienes porqué tenerlo, Laura. No voy a hacerte daño. No soy un bestia.

Yo: No es eso lo que me preocupa.

Me acaricia la cara y empieza a besarme el cuello. Después pasa al mentón, la mejilla y por último, me muerde el lóbulo de la oreja, lo que provoca un gemido de mi parte.

Yo: Marc... no quiero que salgas corriendo.

Él sigue besándome por el cuello y la clavícula.

Marc: ¿Por qué iba a hacer yo eso?

Yo: Porque no te guste y me dejes.

Marc: No va a pasar.

Ataca mis labios y yo enredo mis manos en su pelo. Le beso más salvajemente y suelta un gruñido que me incita a hacer más.

Yo: Arriba. Sabes donde es.

le digo entre beso y beso. Él me coge de los muslos y yo enredo mis piernas alrededor de su cintura y mis brazos alrededor de su cuello mientras me sube por las escaleras sin parar de besarme. Cuando llegamos arriba de la escalera me baja y me coge la cabeza y me empieza a guiar a mi habitación. Está pasando. Está pasando con él, ni más ni menos. Juro que como aparezca alguien en mi casa ahora, no me hago responsable de posibles traumas causados. Vamos por el pasillo sin parar de besarnos y bajo mis manos a su camiseta, la cojo del bajo y se la quito, lo que hace que Marc quite sus manos de mi cuerpo. Él hace lo mismo con mi camiseta y pasa a mis pantalones, dejándome en ropa interior.

Por ti (Marc Márquez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora