El alma de Bellatrix [Abandonada]

Capítulo 1

CAPITULO UNO. "Este cuerpo no es mío"

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Que dolor de cabeza tenía, era insoportable.

Su madre le dijo que no se acostara tan tarde.

Pero era sábado y la joda que fue con sus amigos estuvo genial; la verdad que valió la pena la resaca.

Pero de todas maneras tenía que levantarse porque debía ir al colegio.

Así que abriendo sus ojos la joven miro a su alrededor.

Era todo tan distinto... su habitación no era verde con plateado, su habitación era color crema....su cama no era tan grande y esponjosa...levantándose de golpe la chica miro a su alrededor.

Definitivamente esa no era su habitación.

Porque el lugar donde estaba era enorme y lujoso, típico de toda una reina.

La cama donde ella estaba sentada estaba en el medio de la pared q estaba al final de la lujosa habitación, una puerta de doble hoja estaba a unos metros por delante de ella.

En su costado había un enorme ropero del piso hasta el techo.

En los lados de la cabecera de la cama había unos grandes ventanales, con unas suaves cortinas blancas.

Reaccionando la joven se levanto de un salto de la espaciosa cama; pero enredándose con las sabanas cayó al suelo en un revoltijo de mantas y piernas.

Cuando se puso de pie su mirada quedo clavada en el reflejo que había en un enorme espejo de pie que estaba al costado de la cama.

En el reflejo había una chica increíblemente hermosa; cabello negro con bucles, ojos grises, pómulos marcados pero finos, labios carnosos.

El cuerpo de la chica del reflejo se veía increíble dentro del piyama que portaba; las piernas eran largas, su cintura y caderas definida, y sus pechos no eran ni grandes ni pequeños, eran perfectos.

La joven extendió un brazo y la chica del reflejo la imito.

Sorprendida volvió a intentarlo y devuelta el reflejo la imito.

Acercándose al espejo toco su reflejo y se dio cuenta de que ella era el reflejo; en shock toco su rostro y el reflejo la volvió a imitar.

No podía creerlo.

Ella no era pelinegra, ella era castaña.

Ella no tenía ojos grises, los tenia marrones.

Ella no era hermosa, era del montón ni hermosa ni fea.

Y encima la habitación en donde estaba no era la suya.

Antes de que pudiera entrar en pánico una voz aguda hablo a su espalda.

-Joven ama-dándose la vuelta se encontró con la cosa más rara de su vida; si no se equivocaba eso era una cosa que solo era descripta en sus libros.

La criaturita en frente suyo era un elfo o un enano.

Era bajita, con orejas grandes, y ojos saltones; se parecía a uno de sus libros.

-Le he traído su ropa, sus hermanas y padres la esperan en el comedor, joven ama-la cosita hiso una reverencia pero antes de que pudiera decir algo o irse, la chica petrificada encontró su voz.

-¿Cómo me llamaste? -su voz era preciosa, musical.

Pero fría, distante...y al parecer a la cosita su voz la hiso temblar de miedo.

-La-La llame joven ama señorita Bella-

¿señorita Bella? pensó la chica.

Mientras la cosita temblaba a unos centímetros a la altura de sus rodillas, la chica sintió pena por haberla asustado.