| 𝐖𝐄𝐋𝐂𝐎𝐌𝐄 𝐓𝐎... 𝐓𝐇𝐄 𝐔𝐍𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 𝐎𝐅 𝐁𝐀𝐊𝐔𝐆𝐎 𝐊𝐀𝐓𝐒𝐔𝐊𝐈 |
‧₊˚✧| Diferentes mundos, escenarios, momentos, experiencias y sentimientos junto al mejor de los personajes: Katsuki Bakugõ. Conviértete en la protagonista y vive mi...
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Un resoplido salió previo a sus palabras que muy lejanas eran a querer alentarme.
—De verdad que eres un desastre.
Bakugõ me miraba desaprobador, con un gesto que demostraba desilusión y asco, pero el contexto hizo que me riera de su expresión que más bien demostraba que había chupado limón. Tenía los brazos cruzados, la pose de su cuerpo lo hacía verse como una madre que se cuestiona el coeficiente de su hijo luego de hacer algo estúpido, y eso lo potenció al llevar puesto mi delantal rosa y recargar todo el peso en uno de sus pies, pero en ese entonces la diferencia era que él no era mi madre, sino mi pareja, y más que estar cuestionando mi coeficiente, se preguntaba la razón de mis malas habilidades motrices.
Sobre toda la mesada de la cocina yo había dejado patente mi mala relación con la batidora, pero sucede que siempre me llevé mal con las habilidades culinarias, además de que no se me había dado la tarea indicada considerando mi brazo flacucho que tenía que sostener la batidora sobre la mezcla del budín. Yo no manejaba la batidora, ella me manejaba a mí. Por eso salpiqué la mesada de esa mezcla, manchando la pared, la batidora en sí y mis propios brazos. Me hubiese gustado llevar mi delantal también, pero ya mencioné previamente quién me lo había robado.
Ese día estaba siendo realmente precioso. En realidad, llevaba muchos meses en los que la vida se había acomodado a mi favor y todo lo que en un pasado había sido un problema, se había solucionado. Los pesares habían quedado atrás. Los males se habían disipado. De verdad, era todo precioso.
Bakugõ había venido a mi departamento a almorzar. Ya dije antes que mis habilidades culinarias no eran las mejores, así que claro fue que cocinó él. Y como teníamos la tarde sin planes, decidí buscar la receta de un budín para entretenernos preparándolo juntos. Bakugõ estaba sin trabajo en la agencia debido a que unos días atrás se había descompensado en su oficina. Padeció mareos, vista borrosa, sangrados en la nariz y casi se desmayó cuando le subió la presión. Su médico le dio tres días de descanso obligado porque todos esos síntomas eran por demasiado estrés en el trabajo. Así que le prohibió cualquier cosa que tuviera relación con los héroes, la agencia o los villanos. Para acompañarlo, yo también me tomé mis días y he notado el cambió que le hizo tomarse un descanso.
