chapter LIV

971 112 80
                                    

— Nada cambiará eso

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

— Nada cambiará eso. Nada. —Rick se acercó a él con expresión desencajada— Todos estáis muertos ya. —completó en un susurro áspero.

Negan se mantuvo a centímetros, manteniendo una seriedad gélida hasta que sus labios no pudieron retener más la sonrisa y contestó:

— Qué tío... Vaya, Rick. —sus ojos observaron al hombre frente a él con genuino interés— De acuerdo. —se puso en pie y sus pisadas se detuvieron a mi espalda— Voy a disfrutar esto más de lo que creía.

El bate se elevó, y me di cuenta en aquel instante, y solo en aquel, que verdaderamente no quería morir. Supe darme cuenta, tan cerca de la muerte, que jamás había disfrutado de la vida. No estaba preparada, no lo veía justo después de todo lo que me había ocurrido, sin embargo, no existía nadie que impusiera justicia realmente. Era azar, y aquel día me había tocado a mí.

Oí varios gritos distantes, y cerré los ojos esperando el impacto del bate que nunca llegó.

Un rugido salvaje, animal, pasó muy cerca de nuestro y todo se sumió en la locura en un parpadeo. Cuando abrí los ojos, logré ver una expresión aterrada en Negan, una que jamás había tenido la suerte de contemplar y, al mirar a mi espalda, encontré un jodido tigre devorando a uno de sus hombres.

— ¡Acabad con los Salvadores y sus cómplices! —gritó un hombre de piel negra que no reconocí— ¡Alejandría no caerá en sus manos, hoy no será el día!

Daryl y a mi hermano dispararon contra todos aquellos soldados de Negan que nos rodeaban, y Rick, a diferencia de mí que aún seguía con los ojos pegados a aquel tigre que desfiguraba brutalmente a un hombre, se alzó adueñándose de un rifle abandonado.

— Mi lady. —el mismo hombre que antes había gritado aquellas palabras llenas de furia y esperanza, se encontró frente a mí, extendiendo la mano— No debería ir desarmada. —me alzó de un solo tirón, tendiéndome una de sus pistolas en el proceso.

— Gracias. —conseguí soltar sin saber cómo.

Lo vi perderse junto al resto, junto a Gleen y Maggie que no tardaron en aparecer con la gente de Hilltop. No entendía como demonios las cosas se habían tornado a nuestro favor, pero era evidente que no era el momento de hacer preguntas, sino de actuar. Así que alcé mi arma, al igual que mis compañeros, y disparé contra todo aquel que no fuera un aliado. Todo se cubrió de humo demasiado rápido, de balas perdidas y de un fuego cruzado que sin duda estaba dejando muchas bajas en ambos bandos.

— ¡Eh! —Abraham me detuvo del hombro, y cuando cruzamos miradas, una sonrisa apareció en nuestras caras al instante— Creo que esto es tuyo. —enfundó el cuchillo de Thomas en mi cintura y, colocándose a mi lado, soltó eufórico:— ¡Vamos a por esos capullos!

Me mantuve pegada a él, cubriendo su espalda, al igual que él hacía con la mía. Avanzamos, calle a calle, hasta que nos encontramos rodeados de aliados y nadie más. Entonces, un nombre parpadeó en mi cabeza y toda la cordura que me había llegado ante la idea de la muerte, simplemente, se esfumó.

✓DEMON'S FEARS ⎯⎯  ᴛᴡᴅWhere stories live. Discover now