Me quedé boquiabierta ante lo que me acababa de contar. Di un sorbo a mi taza tratando de entender lo mejor posible lo que sentiría mi amiga. Había cortado toda relación posible con su crush por lo sucedido conmigo...

—Alice—susurré.

—No, hice bien—sonrió agarrando otro bombón— Eres mi amiga, Avery—me señaló con este— Él no tenía derecho a hacer lo que hizo, y soy incapaz de verlo como antes ahora—señaló el cuenco— Así que me deprimí y me fui a comprar chocolate—me ofreció uno—¿Quieres?

Asentí aceptando el bombón. Alice se quitó las gafas y puso ciertos mechones de su rostro tras sus orejas.

—Ahora debo distraerme, no pensar en él, supongo.

—Pues yo no soy de mucha ayuda—dije bebiendo de mi taza.

Yo en las mañanas no era persona, no hablaba mucho. Simplemente era buena escuchando.

—Será como hablar con una tabla de planchar, Alice.

—No creo que Jungkook piense lo mismo—dijo señalándome con otro bombón.

Tocaron la puerta justo cuando Alice iba a tirarme un bombón a la cara tras yo tirarle uno. Abrí sonriendo al ver quién estaba allí. Jungkook con el cabello húmedo. Se acabaría de duchar después del gimnasio. Tenía una pequeña mueca en el rostro, algo le había ocurrido de camino; y para saberlo sólo tuve que esperar unos segundos.

—Nury—dijo antes de entrar.

Cerré negando con la cabeza, esos dos eran insoportables. Todos los días se peleaban, se buscaban constantemente como si todos los días tuvieran un motivo para pelear cuando en verdad siempre era el mismo.

—¿Allanadora de morada?—dijo al ver a la rubia en la cocina.

Agarró un bombón y se lo comió sin pedir permiso de la dueña de los mismos. Ni siquiera dejó a la rubia a hablar, me señaló indicando que estaba hablando conmigo específicamente.

—Ha denunciado al concesionario. Estaré días sin dinero.

Alice estaba confusa con la conversación. Ella no sabía de las carreras y menos del corredor frente a ella, por tanto eso del concesionario le sonaría a chino.

—¿Hablaste con tu padre?

Negué. No estaba preparada para proponer la cena aquí. Jungkook estiró la mano, dejé mi móvil sobre ella desbloqueado mostrando la foto con él en el espejo y suspiré. Él mismo escribió el mensaje, se veía que no lo escribí yo pero se entendía la propuesta. Mi padre tardó un minuto en responder y decir que le parecía bien.

—Estaré ahí, así que relájate.

—Que estés ahí seguramente es lo que la tiene así —dijo Alice con una sonrisa.

Jungkook miró serio a mi amiga. Esta tragó el bombón en seco y desvío la mirada.

—¿Qué haces por aquí?—pregunté tumbándome en mi sofá.

—Ahora no puedo venir a ver a mi novia, fascinante—se sentó en el otro sofá bufando.

Me gustaba molestarlo, pero no me había avisado de que vendría. Bueno, Alice tampoco.

Estuvimos a nuestra bola los tres. Yo miraba vídeos mientras tomaba mi chocolate, Jungkook se durmió en mi sofá encogido, Alice jugaba a algo en su móvil. Llegada la hora, posee la mirada en el pacífico Jungkook durmiendo. Sus brazos estaban bajo la cabeza, se había encogido en una bolita ocupando la mitad del sofá. Su cabellera caía por su rostro tapándolo casi al completo. Dejé mi móvil a un lado y me acuclillé frente a él. Sonreí antes de apartar su pelo del rostro. Besé su frente y negué con una sonrisa estúpida. Estaba coladita por él y no sabía exactamente desde cuando.  En algún momento comencé a ver a Jungkook como una familia, la que me faltaba.

Giants - JungkookWhere stories live. Discover now