El origen de Gone

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- Existen diferentes teorías y especulaciones de cómo apareciste en este mundillo... 

- La historia ya la sabéis, Sehun me encontró tocando un día y me ofreció contratarme. Eso es todo.

- Sí, pero nunca nos has contado exactamente cómo fue... Dicen que estabas cantando "Gone" en mitad de Seúl.

- ¿Eso dicen?

- ¿Es así? - sonreí.

Dirigí mi atención hacia la ventana más cercana. Fuera, los copos de nieve caían sin cesar y París se teñía de un blanco espectacular. No había podido verlo hace tiempo cuando llegué aquí y sin duda, era una de las cosas más bonitas que jamás había visto.

El invierno se ceñía sobre la ciudad dándole unos toques claros, blancos, casi celestiales. Parecía como si una gran nube hubiera decidido asentarse sobre el suelo, con la diferencia que ésta era una nube fría y terriblemente húmeda. Acaricié a Hank y volví mi mirada hacia aquella chica que estaba haciéndome una entrevista en mi apartamento. Observé las cámaras a mi alrededor, a Sehun y Hyeri a un lado, esperando por una respuesta que no fuera sarcástica o maleducada... solté aire como si algo pesado se atravesara en mi pecho.

- ¿De verdad quieres saber cómo fue? ¿Quieres saber el origen de Gone? - ella asintió y observé cómo su cuerpo se inclinaba más hacia a mí mostrando interés en lo que yo iba a narrar. - De acuerdo...

Flashback

- Roseanne, Roseanne, por favor, ¡despierta Roseanne! Oh Dios mío... Padre... ayúdame. - una voz ligeramente aguda sonaba distante, lejana... - Por favor Roseanne, despierta. - algo o alguien sujetaba mi cuerpo y por más esfuerzos que hacía por abrir los ojos era imposible... simplemente la vida no llegaba a mí, se me esfumaba entre los dedos. - Vamos Roseanne, no me hagas esto. 

- ¿Qué ha pasado? - otra voz... conocía estas voces. ¿Por qué sonaban tan preocupados?.

- Lleva desmayada horas, no sé que hacer. Intenté detenerla pero...

- ¡Santos arcángeles! ¡Roseanne!.

- ¿Qué sucede?

- Menos mal que llegaste. ¡Ayúdanos!, no despierta.

Sentí mi cuerpo ser levantado por los aires... Oh... esa sensación.... qué placer volver a volar y surcar los aires como si la vida fuera infinita, como si no existiera el tiempo.

- Roseanne... - su voz sonaba más grave de lo que la recordaba. Sentí sus fuertes y grandes manos sobre mi rostro, tratando de conseguir que abriera los ojos... ¿Debía hacerlo Padre? ¿Qué pasa si ya no tengo ninguna gana de hacerlo? ¿Qué pasa si solo quiero dormir eternamente? ¿Estaría mal? ¿Seguirías enfadado conmigo? ¿Puedo aún seguir diciéndote Padre?. - Por el amor de Padre Roseanne, despierta. - una sacudida... Oh... odio sentirlos así.

Mis ojos se abrieron lentamente, como si hubieran reaccionado ante la preocupación y la tristeza de aquellos tres ángeles que me observaban atentamente. Pude ver, aunque de forma borrosa, sus hermosos rostros, sus auras luminosas, sus ojos llenos de lágrimas...

- ¡Gracias al Cielo! - Chanyeol me abrazó y acto seguido sentí los brazos de Joy y Jimin, tan cálidos y reconfortantes como dormir sobre la nube más cercana al sol.

- ¿Qué... qué hacéis aquí? - pregunté notando cómo mi voz estaba totalmente ronca y débil.

- ¿Que qué hacemos aquí? - Jimin sonó enfadado pero vi como Joy apretaba su brazo en señal de calma. Él soltó un suspiro - Casi nos matas del susto... - bajó la cabeza - Pensé que te perdía.

Reminding you the taste of HeavenWhere stories live. Discover now