9: Hogar

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 —¿Te ayudo?— le preguntó Jungwon.

— No, gracias—  respondió empezando a juntar los platos— mejor deberías ir a dormir, seguro estas muy cansado.

— si... un poco— respondió con vergüenza— pero tu tambien debes de estarlo.

— No lo estoy, no te preocupes. Mejor ve a dormir, mañana te toca salir solo con Niki y vas a necesitar mucha energía, creeme. 

— Está bien— dijo el pelinegro— aunque no creo que Niki quiera salir mañana.

Jungwon señaló a la habitación de Niki y ambos pelinegros rieron. Niki había disfrutado mucho ese día, y despues de tanto correr por el pueblo, jugar y reír, había caído completamente dormido luego de tocar la cama de su habitación. 

— Bueno, entonces me ire a dormir. ¡Que descanses Hyung!— dijo antes de desaparecer por la puerta de la que antes era su habitación.

Si, probablemente había sido un error dársela porque para ser sinceros detestaba  dormir en el sillón, pero quería hacer de todo para que se sintiera cómodo mientras estaba ahí.

También por eso le había mentido con que no estaba cansado. En realidad sus pies lo estaban matando por correr detrás de Niki en aquella tienda y le dolía la espalda por todas las cosas que había cargado en su mochila ese día. Pero no se arrepentía, pues ver la sonrisa que había mantenido en su cara Niki durante todo el dia le hacia creer que ese dolor valía la pena.

¿Desde cuando eres asi Park Jeongsong? Se preguntó a sí mismo. El Jay de hace años ni siquiera levantaba sus platos luego de comer y ahora estaba terminando de lavarlos para que Niki no los tuviera que hacerlos por que era su cumpleaños.

Pensar en lo egoísta que era antes, cuando aún estaba en el mundo real, le daba vergüenza.

 Había sido un niño mimado y caprichoso durante toda su vida. Prepotente y altanero, a quien raramente, todos amaban. O al menos eso pensaba ya que siempre había sido muy popular entre la gente, siempre rodeado de personas que se hacían llamar sus amigos pero que en realidad no lo eran pues al final  siempre habían estado junto a él solo por una cosa. Dinero.

 Y era irónico que jamás se hubiera dado cuenta de eso hasta aquella noche donde todo su mundo se le vino encima, la misma noche en la que había entrado en este extraño mundo.

Pero eso ya era el pasado.

Y aunque sabía y estaba consciente que ya no era más aquel chico engreído le seguía dando vergüenza aceptar que lo había sido. Por eso nadie de los que estaban ahí atrapados sabían quién era o cómo es que había quedado atrapado.

Y no pensaba decirles. 

Por fin terminó de guardar los adornos que había puesto en el comedor y suspiro aliviado, ya solo le faltaba preparar el sillón para por fin echarse a dormir. Probablemente Niki se pondría triste cuando se levantara y ya no viera más los adornos pero estaba seguro que si los dejaba puestos jamás los quitaria del comedor y se quedarían ahí hasta la próxima navidad.

Suspiró pues ya estaba cansado, pero aun así comenzó a acomodar las mantas y cobijas para asegurarse de dormir lo más cómodo posible.

Había veces en las que Jay se sentía culpable, de alguna manera creía que todos estaban ahí atrapados por él.

Él había sido el primero en entrar a este mundo, lo sabía. En secreto él había contado todos y cada uno de los días que llevaba ahí atrapado. Bueno, desde que había podido hacer funcionar un reloj. Y ya había pasado demasiado tiempo lo que le había hecho perder la esperanza de salir.

DIMENSION [산의 정령]Where stories live. Discover now