Después de los septuagésimos cuartos Juegos del Hambre, ___ y Peeta tienen que convencer al Capitolio sobre su "romance", pero las cosas pueden salirse un poco de control.
- La transmisión se corto ahí - dice Plutarch - Antes de que ocurriera lo interesante.
- ¿Cuántas personas lo vieron?
- Es difícil saberlo. Había un retraso de cinco segundos pero sucedió muy rápido.
- Si no puedes contener a _____ tendré que acabar con ella.
- Lo entiendo.
- Y no solo a ella. - Snow tomo el control - Toda su especie tendrá que ser eliminada.
- ¿Su especie, señor?
- Los demás Vencedores. Ahora, por su culpa, todos son una amenaza. Por su culpa, todos se creen invencibles. No sé que juego creas que estás jugando pero ellos no están jugándolo contigo.
- Aún tenemos una forma de ganar. Es lo que los Vigilantes llamamos un "cambio de reglas".
Me encontraba en la sala con las Everdeen, Snow daría un comunicado importante como cada año acerca de los juegos. Verlo aunque sea por un holograma me daba asco y me llegaba su aroma de rosas y sangre.
- Damas y caballeros este es el año 75 de los Juegos del Hambre. - todos vitoreaban - Y está escrito en el acta de los Juegos que cada 25 años habrá un Vasallaje de los Veinticinco para mantener fresco para cada nueva generación el recuerdo de aquellos que murieron en el levantamiento contra el Capitolio. Cada Vasallaje de los Veinticinco se distingue porque sus Juegos son especialmente significativos. Y en esta ocasión en el aniversario 75 de nuestra rebelión celebramos el tercer Vasallaje de los Veinticinco como un recordatorio de que ni siquiera los mas fuertes pueden vencer al poder del Capitolio. En estos Juegos del tercer Vasallajes de los Veinticinco los Tributos hombres y mujeres serán elegidos de entre el grupo de Vencedores de cada distrito.
El aire empezó a faltarme, con la poca fuerza que tengo me levanto y salgo corriendo de la casa. Llevaba mucho tiempo corriendo cuando sentí el dolor de mis pulmones. La cabeza todo me daba vueltas, corriendo muy lejos porque esta parte del bosque no la reconocía.
<< Tal vez eso solucionara todo. Lo hace para que yo muera. Pero algo no está bien, algo me dice que no puedo hacerlo>>
- Peeta.
Al entrar recordé la razón por la cual detestaba este lugar, pero a pesar de eso, preferiría este aroma y este lugar desordenado que cualquier otro mas.
- Ahí estas - dice al verme, estaba borracho. Como siempre. - ¿Al fin sacaste tus conclusiones? ¿Y a qué viniste? ¿A pedirme que... muera?
- Vengo a beber. - dije tomando la botella que traía en la mano.
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- Al fin, algo en lo que puedo ayudarte. ¿Qué dice sobre ti el hecho de que Peeta vino hace 45 minutos rogando que te salve la vida y tu acabas de llegar?
- Significa que tenemos que salvarlo.
- Podrías vivir cien vidas y jamás merecerías a ese muchacho.
