XVIII

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Los vítoreos se hacen escuchar con la entrada de Caesar Flickerman haciendo su entrada.

- ¡Gracias! ¡Gracias a todos! ¡Gracias por estar aquí esta noche... en la víspera de los 75° Juegos del Hambre! - Dijo sonriendo a lo cual todo el mundo elogio. - Jamás hemos visto nada como esto. Y jamás volveremos a ver nada como esto. Porque esta noche, en este escenario... veinticuatro de las estrellas más brillantes de Panem competirán por la máxima distinción. Esta noche será su última oportunidad de expresar sus pensamientos. Nuestra última oportunidad de expresarles nuestro amor. Y, tristemente... de despedirnos de todos excepto uno. Qué nochecita. Aplausos... ¡Esto es sensacional!

- ¿Un vestido de novia? - le pregunte a Cinna al verlo del otro lado del cuarto.

- El presidente Snow insistió, pero le hice algunos ajustes. - Dijo el observándome fijamente a los ojos.

- Ustedes hicieron de los juegos un asunto de familia. - se escucho en la pantalla atrás de nosotros.

Acaricio un trozo de seda entre los dedos, intentando entender el razonamiento del presidente. Supongo que, dada la magnitud de mi delito, quiere que todos vean mi dolor, pérdida y humillación a la luz de los focos. Cree que así quedará claro. Es tan bárbaro que el presidente convierta mi vestido de novia en una mortaja que el golpe da en el blanco y me hace sentir un dolor sordo en el cuerpo.

- Bueno, sería una pena malgastar un vestido tan bonito -respondo.

Cinna me ayuda a ponérmelo. Al encajarlo en los hombros, no puedo evitar que me protesten.

- ¿Siempre ha sido tan pesado? - pregunto, porque recuerdo que varios vestidos eran ligeros, pero éste parece pesar una tonelada.

- He tenido que hacerle algunas modificaciones por la iluminación - dice Cinna. Asiento, aunque no veo qué tiene eso que ver con nada. Me sube a los tacones, y me coloca las joyas de perlas y el velo. Retoca el maquillaje. Me hace andar.

- Estás impresionante - afirma- . Y ahora, __, como este corpiño es muy ajustado, no quiero que levantes los brazos por encima de la cabeza. Bueno, al menos, no hasta que gires.

- ¿Voy a tener que girar de nuevo? -pregunto, pensando en el vestido del año pasado.

- Seguro que Caesar te lo pide y, si no lo hace, sugiérelo tú misma, pero no al principio. Resérvalo para el gran final.

- Hazme una señal para que sepa cuándo hacerlo.

- De acuerdo. ¿Algún plan para la entrevista? Sé que Haymitch lo ha dejado en nuestras manos.

- No, este año lo haré como salga. Lo gracioso es que no estoy nerviosa. - Y es verdad. Por mucho que me odie el presidente Snow, la audiencia del Capitolio es mía.

- Un minuto. ¿Ya esta lista? - pregunta Effie entrando, al verme se quedo sin palabras y sus ojos no tardaron en cristalizarse. - Ay, ___. - Dice acercándose a mí, tomando mis manos. - Habrías sido la novia más hermosa.

- Gracias.

- Tenemos que demostrarles cómo luce la belleza verdadera.

Los demás tributos, que ya están reunidos detrás del escenario y hablan en voz baja, guardan silencio cuando llego. Me doy cuenta de que todos miran con odio mi vestido de novia. ¿Están celosos por su belleza? ¿Porque pueda manipular a la multitud?

Finalmente, Johanna dice:

- ¿En serio? ¿Un vestido de novia?

-  Snow me obligó —respondo, a la defensiva.

- ¡Damas y caballeros, den la bienvenida a la chica en llamas!. - Se escucha a lo lejos.

- Pues haz que lo pague. 

- La vencedora de los juegos del hambre del año pasado. ¡___!

Al entrar noto a la audiencia destrozada. 

La gente ha llorado, se ha desmayado e incluso ha gritado pidiendo un cambio. Verme con mi vestido blanco de novia está a punto de provocar un motín. Ya no podrán verme más, ya no verán a los trágicos amantes viviendo felices para siempre jamás, ya no habrá boda. Incluso veo que la actitud profesional de Caesar se resquebraja un poco mientras intenta calmarlos y dejarme hablar; mis tres minutos se están esfumando rápidamente.

Al final hay una pausa y él puede decir:

- ¡___! ¡Te ves fabulosa! ¿No es cierto?. - Toda la audiciencia vitorea. - ¡Vaya, vaya! Bien ___ ... esta noche es ... muy importante y muy emotiva noche para todos nosotros. ¿No lo crees? 

- Ay, no te pongas a llorar, Caesar.

- No puedo prometerlo. Ya me conoces.

- Sabes que no te creería si lo hicieras. - Todos rieron.

- ¡Me encanta! La chica en llamas es muy insolente. - rie maliciosamente. -Pero, ___... hablando enserio. Creo que todos estamos muy decepcionado de que cierta boda no se llevo a cabo. ¿No es así? - Audiencia reacciona - ¡Ay! Pero ¿tengo razón al dar por hecho que este es el vestido que habrías usado ese día, si o no?

- Si. El Presidente Snow pensó que todo el mundo querría verlo. 

- El Presidente Snow, como siempre, tiene razón. - Rio y volteo a la audiencia. - ¿No es verdad, amigos? ¡Me encanta! ¡Me encanta! ¿No les encanta? ¡Es increíble! ¡Es hermoso! ¿Nos haces el honor? ¿Por favor? ¿Por favor?

No tengo que mirar a Cinna para ver la señal, sé que es el momento adecuado. Empiezo a girar lentamente, levantando las mangas del pesado vestido por encima de la cabeza.

Cuando oigo los gritos de la multitud creo que es porque estoy deslumbrante, hasta que me doy cuenta de que algo sube a mi alrededor: humo, de fuego. No son las luces parpadeantes del año pasado, en el carro, sino algo mucho más real que me devora el vestido. Empiezo a asustarme cuando el humo se espesa y trocitos de seda negra vuelan por los aires, acompañados del estrépito de las perlas al caer al suelo. Por algún motivo me da miedo parar, porque mi piel no parece estar ardiendo y sé que Cinna tiene que estar detrás de lo que sucede, así que sigo girando y girando. Durante una fracción de segundo ahogo un grito, completamente envuelta en las extrañas llamas. Entonces, de repente, el fuego desaparece y me detengo lentamente, preguntándome si estaré desnuda y por qué Cinna habrá querido que ardiese mi vestido de novia.

Pero no estoy desnuda, llevo un vestido con el mismo diseño que el traje de novia, salvo que es del color del carbón y está hecho de plumas diminutas. Asombrada, levanto mis largas mangas vaporosas y me veo en la pantalla de televisión. Voy entera de negro, salvo por unos parches blancos en las mangas... o debería decir en las alas.

Porque Cinna me ha convertido en un sinsajo.

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Hola!!

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H&F

¿Quién eres? - En Llamas - Los Juegos del HambreTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon