Capítulo 30: La señal

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Pov Carlos

El entierro del padre de Gala había terminado. Habia sido más duro de lo que ya me había imaginado en el avión, Ana y Eric estaban desolados igual que Gala quien se abrazó a mi cuando llegamos al tanatorio. Por mucho distanciamiento que hubiéramos tomado en estás últimas semanas, yo no podía faltar en un momento así para ella y apoyarla lo máximo que pudiera. Verla tan frágil me hacia ponerme mal a mí, ya que no podía hacer nada para que estuviera bien, al fin y al cabo acababa de fallecer su padre.

Cuando el entierro terminó, ví con Charles y ella se despedían de su madre y Eric, y más tarde de nosotros. El monegasco sería el que mejor la iba a entender en estos momentos, al cual se le veía bastante afectado desde que se enteró de la noticia.

Los demás chicos; Lando, Max, Pierre, Checo y George, nos fuimos al apartamento donde yo vivía cuando estaba en Madrid. Lando y yo nos fuimos en mi coche y los demás en otro coche que le habían prestado a Max para estar aquí durante estos dos días.

- ¿Cómo estas? - me preguntó Lando mientras estábamos montando en el coche.
- Esto nos ha pillado a todos por sorpresa, Fernando era una persona muy importante tanto para mis padres, mis hermanas y para mí, y todo es muy extraño ahora.
- ¿Y Gala? - me preguntó el inglés ahora. No sabía que quería que le respondiera, por lo que seguí con el tema del que estábamos hablando.
- Me parte el alma verla así, pero es lo normal, no me quiero imaginar el día que mi padre o mi madre fallezca, tiene que ser terrible.
- Vale, y ahora ¿cómo está tu relación con Gala? Sé todo lo que pasó en Mónaco y pues quiero escuchar el por qué la dejaste allí sola, eres uno de mis mejor amigos Carlos y sé lo mucho que quieres a esa chica, que se ha  convertido en alguien muy importante para mi, por lo que no quiero que le hagas más daño, no se lo merece Carlos - me dijo este, y era verdad, la dejé allí tirada sin pensar en cómo se sentiría al despertar, simplemente pensé en mi, y eso ella no se lo merecía.
- Yo tuve miedo Lando, llevo toda mi vida enamorado de Gala y en estos años no he dejado de pensarla aunque me haya acostado con otras chicas pero no han sido nada más que una noche y ya, ha vuelto a mi vida y se ha puesto todo patas arribas y me gusta que esté en ella y ojalá me pudiera despertar cada mañana con ella al lado como aquel día, pero tuve miedo de arriesgar y preferí mi carrera antes que ella - dije mientras conducía sin quitar la vista de la carretera.
- Carlos, ambas cosas son compatibles, mira, Alex y yo se podria decir que estamos empezando algo. Claro que teníamos miedo de empezarlo y que nos afectará pero si no arriesgamos nunca vamos a ganar, así que piénsalo y haz algo intentando que nadie salga lastimado de esto - tenía que hablar con Gala, quien no arriesga no gana, y yo estaba dispuesto a jugar todas las cartas de la baraja si fuese posible.

3 horas más tarde

Charles entró por la puerta del apartamento,  este tenía los ojos algo hinchados y un poco rojos, sin duda había estado llorando.
- ¿Todo bien Charles? - preguntó George  a lo que este asintió.
- ¿Cómo esta Gala? - preguntó ahora Max, con él la relación había sido igual que hasta entonces.
- Está mal, pero aprenderá a vivir con ello, hay que ser fuerte - dijo este algo cabizbajo.
- ¿La llevastes a su piso? - Le preguntó Lando.
- No, dijo que tenía ganas de estar sola un rato - no terminó de decir la frase y yo estaba cogiendo las llaves del coche para poner rumbo a donde estaba Gala, sabía perfectamente donde estaba por la que no la iba a dejar sola.

Pov Gala

Estaba en mi mundo, mientras miraba como la noche caía poco a poco sobre Madrid y pensaba en todo lo que había pasado estos últimos días, cuando noté como alguien se sentaba al lado mía, pero no me asusté, porque ya sabía quien era. Se sentó al lado mía y dejé caer mi cabeza sobre su hombro. El único que sabía que iba a estar aquí era Carlos, y aquí estaba, otra noche más los dos juntos en silencio, mirando el atardecer en Madrid después de once años.

El tiempo pasaba y ambos seguíamos en silencio, aunque alguna vez se escuchaban algunos de mis sollozos.

- ¿Estás más tranquila? - fue Carlos el que decidió dar el paso para hablar, a lo que yo asentí y le abracé.
- Gracias - le susurré al oído.
- ¿Por qué? - este se separó de mí y nuestros ojos se conectaron haciendo que ese nerviosismo dentro de mi volviera a aparecer.
- Por estar aquí conmigo...
- Siempre estaré para ti Gala - dijo y nos volvimos a abrazar. Después de un rato abrazado, este volvió a hablar - He traído algo para cenar - dijo mientras se levantaba e iba hacia el maletero del coche y sacaba dos bolsas que se me hacían algo familiares hasta que caí en cuenta.
- ¿Pizza? - siempre que veníamos aquí cuando éramos pequeños comprábamos pizza, siempre cuatro quesos, de una pizzeria que había cerca de nuestras casas.
- Cuatro quesos como siempre - a lo que yo aplaudí como una niña pequeña, y me dí cuenta de lo mucho que había estado sin sonreír durante estos últimos días.

...

La cena terminó hace ya un rato, pero nosotros seguíamos allí. Habíamos decidido tumbarnos y ver las estrellas, e intentar ver alguna estrella fugaz lo cual nunca conseguíamos ya que eran muy difíciles de ver.

- Echaba de menos estar aquí.
- ¿No vinistes ninguna vez desde que me fui? - me preguntó Carlos.
- Vine muchas veces durante los dos primeros meses, por si te encontraba, pero un día perdí la esperanza de verte y dejé de venir - dije algo triste.
- Lo siento mucho Gala.
- No te preocupes, al principio dolió mucho pero al final te tengo de vuelta y eso es lo que importa - dije mientras ambos nos mirábamos con ternura.
- Pensé que después de lo que pasó en Mónaco no querrías hablar conmigo - sacó el tema Carlos y todos los pelos de mi cuerpo se erizaron de un momento a otro.
- Carlos, yo ...
- Quiero explicarte - me cortó antes de que terminara la frase, a lo que asentí para darle paso a que se explicara - había sido la noche de vida, y solo quería despertar y seguir a tu lado, que hubiéramos cogido el vuelo a Madrid juntos y nada hubiera pasado, pero mi padre me llamó y empecé a pensar que no podría darte lo que tú merecías porque yo tenía que estar centrado en las carreras y demás, y creía que tú ibas a ser una distracción e iba a tirar todos estos años por la borda - no sabía que decir, ¿había pensado en intentar algo conmigo? - y lo admito fui un cobardía, el mayor cobarde e imbe
imbécil que hubo encima de la tierra en ese momento, y me arrepiento mucho, y quiero pedirte perdón Gala porque no te mereces todo el daño que te hice.
- Carlos, yo no sé que decir ... - dije mientras este me cogía de las manos y las acariciaba poco a poco.
- Gala, quiero ser valiente y arriesgar todo lo que tengo; no he parado de pensar en ti en estos once años, he estado con más chicas pero no podía tener una relación más formal con ellas, porque yo solo quería estar con alguien de esa manera.
- ¿Y con quien era, Carlos? - le pregunté con la esperanza que dijera lo que yo esperaba.
- Contigo Gala - dijo esto y de nuevo apareció una corriente eléctrica que recorrió todo mi cuerpo cuando Carlos puso se mano sobre mi cintura mientras me atraía hacia él. De nuevo, nuestros labios se volvieron a juntar después de dos semanas, ahora no iba a tener miedo a nada, como él había dicho había que ser valiente y jugar todo lo que tenía, y eso iba a hacer.

Estuvimos un rato más disfrutando de nosotros mismos, mis labios tenían un imán que hacía que no me pudiera separar de los suyos, y ahora mismo era lo que me hacía olvidarme de todo lo que había pasado, ahora solo quería disfrutar de él y de mi. Cuando de repente, una luz iluminó el cielo de Madrid haciendo que nos separásemos  y miraremos hacia este. Después de muchos años, habíamos visto una estrella fugaz y antes de que yo pudiera decir algo, Carlos habló.

- La estrella más bonita acaba de llegar al cielo - dijo este mientras me acariciaba la espalda con cariño haciendo que derramara algunas lágrimas.
- Te quiero mucho, papá- dije como pude y lancé un beso al cielo. Sabía que iba a estar siempre cuidándome desde ahí arriba y era la señal de que así sería.

IrremediableWhere stories live. Discover now