037 | Chuck

710 83 5
                                    

Por alguna razón me ponía nervioso ir al instituto porque eso involucraba ver al rubio...al que le dediqué una canción.

No me he arrepentido en estos días pero sí me he dado uno que otro golpe mental. Fui el primero en pedir tiempo, calma para que no apresuremos las cosas y ¡boom, le dije todo en una canción!

Aiden se había quedado sin palabras al terminar la canción así que solo dije un "fuiste la primera persona que vino a mi mente cuando sonó esta canción" y colgué. Claro que hemos intercambiado uno que otro mensaje, pero... hay algo distinto entre nosotros y temo haberlo arruinado.

No sería la primera vez.
Aunque él no es como Logan ¿verdad?

He tenido algunos arranques ansiosos que pude calmar comiendo helado, y nuevamente no me entiendo. Quiero sentirme cómodo con mi cuerpo y suelo dejar de comer para bajar de peso, pero luego... algo pasa, siempre algo me pone de cabeza y es todo lo contrario a lo primero. No dejo de comer en exceso y este vaivén tóxico me tiene desanimado. No sé cómo salir.

Pero sí que sé cómo empecé.

Recuerdo mi anterior instituto, tenía entre 12 o 13 años cuando empezaron las burlas por mi apariencia. ¿No se suponía que todos atravesamos cambios a esa edad? Yo tuve acné y subí de peso porque mamá solía llevar a casa lo que quedaba de su trabajo y yo lo comía. Pero nunca me había autocriticado tanto cómo cuando Chuck llegó.

El era hijo de un militar, un estudiante que intentaba ser ejemplar pero realmente era pésimo en algunas materias. Si me pongo a pensar hoy en día, justifico su actitud y todo el mal que me hizo porque se sentía frustrado y quería desquitarse con alguien. Lastimosamente... ese tuve que ser yo.

Cuando recién llegó pensé que podíamos ser amigos, pero él tenía un estatus diferente desde que pisó el instituto solo porque su padre pertenecía al ejército. Por alguna razón todos querían ser su amigo y Chuck poco a poco se alejó de mí.

Supe que, un día llegó con un moretón cerca del pómulo y desde ese momento empezó su ira contra mí.

Me molestaba todo el tiempo, chocaba conmigo siempre que estábamos cerca, se mofaba de mi ropa con sus nuevos amigos y llegó a tirar mi comida al suelo diciendo que estaba demasiado gordo para ser una persona normal.

¿Cómo le explicabas a un niño de 12 años que eso no era cierto? Y más aún...¿cómo le hacías entender que dejar de comer o vomitar no era la mejor salida?

No quiero guardarle rencor a nadie, porque si hubiese sido más fuerte no me hubiera creído nada de esa mierda. Pero aquí estaba, con ese trauma con mi peso que me ha llevado a sufrir tanto.

Cuando mis padres notaron que algo andaba mal conmigo no solo porque pasaba encerrado en mi habitación, o porque todo el tiempo tenía los ojos hinchados de tanto llorar...fue por mi apariencia. Había logrado adelgazar un poco con malos hábitos.

Aclaro que...ya no lo hago, pero aún me lastimo con mis prejuicios y me obligo a permanecer de cierta manera.

El punto es que, odié a mis padres por un tiempo por haber hecho un escándalo en el instituto, porque eso no disminuyó el bullying, Chuck y todo aquel que había presenciado cuando me molestaban...de alguna manera se habían ingeniado para no dejarme en paz sin que nadie se enterara.

Trato de no recordar esos años pero me es imposible sacar de mi cabeza las palabras y el asco que me tenía.

Camino por mi habitación con un ligero temblor en mis manos y sin haberlo notado ya estaba llorando. Me pongo frente al espejo y solo miro.

No soy alto, mis ojos son avellana, tengo el cabello castaño oscuro, unos kilos de más para el estándar de belleza inútil de la sociedad y un arito en el labio.

De repente siento ganas de abrazarme, elogiarme o valorarme un poco, no lo sé porque he pasado por tanta mierda en estos años y estoy agotado.

Abrazo mi cuerpo con mis brazos y lloro más fuerte.

-Soy fuerte y podré salir adelante. Jayden eres fuerte y saldrás adelante.

Jayden y Aiden | ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora