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Despertó de un brinco exaltado tras volver a soñar con aquella película infantil que ahora que podía analizar las cosas pues muy infantil no era, la maldita reina de corazones realmente era un caso único, en realidad hasta le sorprende que siendo una mujer casi sin magia haya logrado llegar tan lejos.

— ¿qué pasó? — preguntó con voz ronca Ace sin tomarse la molestia de levantarse por completo.

Kaira frotó sus ojos con cansancio recordando que a insistencia del pelirrojo se quedaron jugando en la sala hasta tarde en la noche y tal parece que se quedaron dormidos en el suelo de la sala.

— solo un mal sueño — respondió de la misma forma dando un par de palmadas en la cabeza del chico para que este le permitiera ponerse de pie ya que había tomado sus piernas como almohada. — mejor vamos a nuestras habitaciones, me duele el brazo.

A regañadientes su compañero se puso de pie mientras subían las escaleras con la velocidad de un hombre de ochenta años, Grim se quedó abajo ya que la pelirroja vio que estaba bastante cómodo durmiendo en el sofá y quien era ella para despertarlo de su sueño de belleza.

Ace apenas sintió que pego el ojo cuando ya estaban tocando la puerta como si la fueran a romper a golpes, estiró su mano para ver la hora en su celular y quiso gritar de frustración cuando vio las siete de la mañana marcados en su pantalla. Aún en pijama bajo las escaleras encontrando a Deuce esperando en la sala con una humeante taza de café en sus manos.

— ¿qué diablos haces aquí tan temprano? — preguntó con una cara nada amigable, siendo respondido con una igual pero más marcada.

— a llevarte a 'Labyul así sea a rastras— respondió Deuce agresivamente poniéndose de pie y acercándose a su compañero con una vena marcada en su frente— Cater nos trata como esclavos y necesitamos toda la mano de obra posible — explicó rápidamente agitando a Ace de los hombros tal como una maraca — así que ve a arreglarte sino quieres que te lleve así sea de las greñas al dormitorio.

Todo el mal humor de Ace se convirtió en sorpresa al ver a su correcto compañero de esa forma, sí, tenía una cara aterradora pero las ojeras que tenía demostraban que estaba cansado, definitivamente venir a refugiarse al dormitorio de su amiga fue la mejor decisión que pudo haber tomado.

— ¡ya va! ¡Maldición! — dijo ya mareado logrando soltarse del agarre de Deuce — uff, si que estas desesperado, déjame llamo a Kaira para irnos.

— hijole... Creo que eso no se va a poder — dijo la chica apareciendo desde las escaleras con la cabeza empapada y un secador de cabello en mano — tengo que arreglarme y la carta decía que alguien iba a venir a escoltarme a las diez en punto para llevarme a la fiesta.

— ¡vamos Kaira! Es la segunda vez que nos abandonas — se quejo con un puchero Ace mientras subía para poder arreglarse.

— ya nada, además no es mi dormitorio para poder entrar y salir como me plazca — se defendió la chica para después voltear a ver a Deuce con una expresión de pena — perdón por no poder atenderte bien, pero si tienes hambre puedes tomar alguna de las chucherías que tengo en la alacena o en el refrigerador, con confianza.

— no te preocupes, es mi culpa por haber llegado a esta hora sin avisar — le resto importancia el peliazul mientras volvía a tomar asiento. — además ya desayune y estoy bastante bien con esta taza de café.

— si tu lo dices... — dijo la chica con algo de duda, pero después recordó que dejó a Grim en la bañera y ya debía sacarlo — si necesitas cualquier cosa solo tómalo, yo me quedaré en mi cuarto un buen rato, nos vemos.

— seguro —

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Revisó la hora dándose cuenta de que solo faltaban un par de minutos para que llegaran por ella, de forma rápida dio los últimos toques a su maquillaje y delineó sus labios con ese labial rojo que su madre le había regalado no hace mucho, una vez terminó se puso de pie y se colocó frente a un espejo de cuerpo completo que estaba en la esquina de su habitación.

BELOVED LADY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora