033. Ejército de un solo hombre.

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     Existen romances que no fueron escritos para estar juntos y héroes que no nacieron para ser elogiado por las masas, tristemente, Midoriya Izuku y Bakugōu Katsuki serán los siguientes en cumplir esta irónica promesa del destino. La felicidad de uno es la pena de otro. No importa cuánto luchen por el amor que hace latir su corazón cada vez que sus miradas se conectan, la Reina de las Maldiciones —como Kaminari decidió llamar a Uzaki en ausencia de Izuku— marcó un antes y después en sus vidas. ¿Cómo podía estar agradecido con la persona que rompió el único lazo que lo mantenía en control? El rubio no quería admitirlo, pero, justo ahora, la primogénita de los Midoriya se volvió su peor enemiga.

La cosa se pone realmente turbia cuando recuerdas que su némesis murió hace más de cuatro años.

—Los profesionales revisarán los dormitorios esta noche. De tener artículos no permitidos dentro del colegio, deberán mostrar sus permisos especiales —anuncia el presidente de la clase 2 – A mientras agita los brazos con desespero. Para su mala suerte, ningún aspirante a héroe muestra interés por aquellas instrucciones. Solo toman sus pertenencias y salen en pequeños grupos del salón.

—¿Otra vez harán inspección? Me tiene harto que los profesores muevan mis cómics y ropa interior como les venga en gana —se queja Denki al mismo tiempo que agita su jugo de cartón, mirando suavemente por el rabillo del ojo y encontrándose al hijo pródigo caminando dos metros atrás de él.

La Liga de Villanos le pidió actuar como idiota para ganarse un lugar entre los estudiantes, pero, muy en el fondo, no tiene un pelo de tonto; sabe que implementar inspecciones semanales en todos los edificios de U.A. fue un plan de Midoriya Izuku para verlos enredarse en su propia mentira. Por alguna razón, desconocida para los impostores, Deku no los ha delatado con All Might, Aizawa Sensei o los demás héroes que vigilan las instalaciones cada segundo del día —y eso le pone la piel de gallina, porque sabe que está ideando algo más cuando nadie le observa—.

—Opino lo mismo, bro. ¡No te imaginas la cantidad de veces que Cementoss Sensei ha colocado mis pesas en el lado incorrecto del piso! —solo para molestar al rizado, Kaminari, quien lideraba el Bakusquad hasta la cafetería por el pasillo principal, baja la velocidad de sus pasos. El efecto dominó finalmente golpeó al Dios de las Explosiones Asesinas, obligándolo a parar en seco y retroceder medio metro.

En su intento por no estrellarse contra Kirishima, Denki y Sero, Bakugōu recibió el impacto de un cuerpo más grande, voluminoso y bronceado, deleitándose por el aroma a melocotones que desprendió el uniforme de su ex novio. Y sí, Katsuki lo reconoció únicamente por su detergente favorito. Trató de girarse para dar la cara, sin embargo, un par de manos cicatrizadas lo tomaron por la cintura, obligándole a mantener compostura. Su corazón aceleró inmediatamente. No puede recordar la última vez que estuvieron tan cerca el uno del otro; por lo general, Izuku pasaba por alto su presencia dentro de los pasillos y se oponía rotundamente a pelear juntos, a menos que All Might se lo ordenara.

—Mira por dónde caminas —fue lo único que salió de su boca. Y sin perder tiempo, Kacchan se giró para verlo.

Ése no era Deku; y por más que trataba buscarlo a través del semblante serio, no había ningún rastro del muchacho alegre que robó su corazón.

¿A dónde se fue el chico que prometió adorarle cada noche? Parecía un títere privado de sentimientos, gallardía y esencia. Las cosas que lo caracterizaban fueron arrebatadas por Midoriya Uzaki; y no le interesaba la clase de hazaña heroica que haya realizado en el pasado para proteger Ciudad Musutafu de los villanos. Hirió a Izuku de mil formas y eso era suficiente para escribir su nombre en la lista negra. Bakugōu la odio, incluso sin conocerla.

𝐈𝐋𝐄𝐆𝐈́𝐓𝐈𝐌𝐎 𝐇𝐄𝐑𝐄𝐃𝐄𝐑𝐎 ───── DEKUKATSUМесто, где живут истории. Откройте их для себя