24. Miedos.

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CAPÍTULO 24
Miedos.

CAPÍTULO 24 Miedos

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ELOÍSE

──Limpio ──avisó la voz de Héctor en el pequeño audífono.

Víctor entrelazó sus dedos con los míos antes de salir al pasillo, lo seguí sin más opción que apegarnos al extraño plan de Héctor.

Estaba empezando a creer que quizás no era tan cuerdo como había supuesto, ni siquiera el más de los cinco, aunque eso significara poco.

Ver el desastre que Yamato y Gabriel dejaron en el pasillo sí cambió un poco la balanza a su favor.

Los cuatro tipos de seguridad no eran más que amputaciones sobre charcos de rojo.

──Hay una salida al techo en este piso ──avisó Yamato, sin dar explicación de lo más.

Gabriel, que hasta entonces nos había seguido en silencio, me lanzó una sonrisa, como si leyera la dirección de mis pensamientos.

Víctor tiró de mi brazo, dejando mi cuerpo detrás de su espalda.

──Sacaré a Eloíse por la escalera de servicio.

Yamato negó, su flequillo azabache enmarcando esa mirada que siempre parecía vacía.

──Su ascensor más cercano está averiado, así que los empleados están usando las escaleras.

Víctor rebuscó en el traje de uno de los tipos, tanteó hasta encontrar el cuchillo y el arma que le habían sido confiscadas.

El hombre, quien hasta entonces, y debido a su falta de un brazo y dos piernas había había sido presumido muerto, estiró su mano hasta Víctor, quien terminó con un charco de sangre y saliva en su cara.

Al menos tuvo la benevolencia de rematarlo con un cuchillo en el ojo.

Se limpió con el puño de su traje, observó la mancha de sangre como si fuera algo por completo nuevo para él, y una gran amenaza.

──Qué jodido asco.

Gabriel esbozó una leve sonrisa, que Yamato secundó al notar el estado de su compañero.

El rubio se quitó el saco negro, con un asco exagerado, luego aflojó el nudo de su corbata.

──¿Qué clase de asesino eres? ──acerté a decir.

Una interferencia nos distrajo, alzamos los rostros como un reflejo colectivo, buscando como si pudiéramos encontrar la voz de Héctor en el aire, cuando en realidad nos hablaba a través de los auriculares.

──En el mismo piso tienen la sala de control ──avisó──. Traigan las grabaciones, por los menos de las últimas cuarenta y ocho horas, lo último que queremos es que piensen que eliminamos a Bazel sin pruebas.

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