Verdades mentirosas.

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El sonido de un disparo se escuchó a lo lejos. Mis pulsaciones estaban aceleradas y mis sentidos trabajando al máximo. La noche se vestía de gala, brillando con las estrellas. Y, la luna iluminaba el callejón donde me encontraba escondida.


Miré hacia la derecha, luego al otro lado y no logré visualizar a nadie, por lo que salí a la claridad de la noche. Era una calle de España solitaria donde se encontraban un par de automóviles solamente. El viento hacia revolotear mi cabellera azabache que se confundía con la noche y mi piel pálida contrastaba en el ambiente.


-¡Ahí está! ¡Matadla! -Volví la mirada encontrándome con un trio de matones que corrían en mi dirección.


Mis pies cobraron vida propia y recorrieron el rústico suelo grisáceo que abría camino hacia el centro de Madrid. Las gotas de sudor viajaban desde lo más alto de mi cuerpo hasta perderse entre el escote de mi vestido. Mis manos tomaban la falda escarlata y la mantenían arriba para facilitar mi huida. Mientras la adrenalina ataca mi cuerpo, mi mente solo pensaba: voy a morir.


Con una rápida mirada hacia atrás logré ver como los hombres corrían casi a un bloque de distancia, pero cuando voltee la vista hacia adelante para continuar huyendo...

Caí.


Me golpeé de bruces contra el suelo y cerré los ojos al sentir el insoportable dolor que me producían mis piernas heridas. Los pasos de los tíos se escuchan mas cerca, venían a la mitad de un bloque. Voy a morir, pensé.


Reuní todas mis fuerzas para levantarme y seguir corriendo. Con cada paso que daba sentía como la carne ardía de lo lindo. Pero no me importaba. No quería morir, joder. No podía morir. El destino de Madrid dependía de mi, tenía que sobrevivir por ellos.


Mi respiración eran acelerada, irregular y forzada. No creía poder correr más rápido, de hecho, mi velocidad disminuía con cada segundo que me esforzaba huyendo. Los agitados pisoteos que sonaban sobre la calle se estaban acercando, a cada momento los sentía más cerca de mi.

Otro disparo.


Me sobresalté al sentir como mis nervios vibraban con tal estruendo. Mi corazón galopaba como miles de caballos. Mi cuerpo corría hasta mas no poder. Mi ropa estaba hecha jirones y mi mente luchaba por busca una vía de escape.


Al momento de llegar a un cruce, la forma de un automóvil llegó rápidamente chirriando sus ruedas al frenar. Posicionándose justo frente a mi. Tuve que frenar en seco, me resigne a morir. Me habían atrapado. La puerta se abrió y logré visualizar a uno de mis guardaespaldas.


-¡Princesa, suba al auto! ¡Ahora! -me gritó desesperado. Sin dudarlo corrí hasta el interior lanzándome dentro, literalmente, y cerrando la puerta justo cuando el automóvil arrancaba.

Otro disparo.


El vidrio de atrás se astilló en millones de esquirlas produciendo un impacto exagerado. Grité. Mis manos se posicionaros sobre los laterales del auto, sosteniéndome al momento en que este giraba hacia el este, directo al palacio.


Cuando volví la mirada logré visualizar las tres figuras musculosas que atentaban contra mi. No se en que estaba pensando cuando...

Antes de dormirWhere stories live. Discover now