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- ¿Qué estás buscando, Robin? - preguntó divertido pero confuso el castaño una vez aparcaron el auto

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- ¿Qué estás buscando, Robin? - preguntó divertido pero confuso el castaño una vez aparcaron el auto.

Steve había sido invitado por su amiga a la feria del pueblo. Le pilló por sorpresa pues se había presentado en su casa sin aviso y le había presionado para alistarse rápidamente. Durante el camino por carretera había estado hiperactiva, buscando algo a través de las ventanas del vehículo.
Pareció encontrar lo que buscaba y comenzó a golpear repetidas veces el brazo del mayor para llamar su atención.

- ¿Qué pasa?

- Abre las puertas - dijo la chica para luego morderse el labio inferior, emocionada. El chico no reaccionaba, solo la miraba con una ceja alzada sin comprender la situación - ¡Que las abras, joder, Steve! - exigió y el joven acató la orden.

La rubia por poco se cae del coche al intentar salir corriendo de allí. Harrington rodó los ojos divertido por lo patosa que era su amiga y también salió del vehículo. Se estaba guardando las llaves cuando un grito a lo lejos de su amiga llamó su atención.

- ¡Steve! ¡Mira a quién he encontrado! - gritó.

El nombrado alzó la mirada y encontró a su amiga unos metros alejada mientras agarraba el brazo de cierto joven de larga melena que intentaba escapar de la situación mientras maldecía a la rubia. Hasta que llegaron frente al castaño, quien estaba en shock.

Eddie. Su Eddie estaba frente a él luego de casi dos meses sin verle ni un pelo. Hacía unas pocas semanas que se atrevió a volver a trabajar de niñero para Dustin, pero Munson jamás estaba presente cuando eso sucedía. Le evitaba. O eso pensaba él y en ese momento lo estaba confirmando al ver el ceño fruncido del chico mientras intentaba escapar de Robin.

Dirigió la mirada a su amiga, quien mostraba una expresión llena de emoción y alegría pero con un ligero toque de perversidad.
Steve no reaccionaba y Eddie ya había parado de retorcerse.

- Steve, saluda.

- No soy tu perro - respondió algo ofendido saliéndose de su estado de parálisis.

- Al menos has hablado. Ahora, saluda - repitió mientras aún sostenía el brazo del de larga melena por si acaso.

- ...Hola Eddie... - saludó con algo de dificultad mientras jugaba con la tela del interior de los bolsillos de su chaqueta.

La rubia asintió orgullosa y luego miró al otro, quien no decía nada y solo miraba atrás, viendo las atracciones. Robin de dió un zape que le hizo reaccionar.

- Steve - dijo su nombre como saludo, cabizbajo.

Eddie había sido traicionado por su vieja amiga. Conoció a Robin cuando esta entró dos años después de él al instituto. No tenía amigos pero siempre sonreía feliz hasta que un día la escuchó llorar en el baño. Se había declarado a Tammy Thompson y había sido rechazada. Eddie sintió compasión por su situación y se hicieron amigos. Su amistad no duró mucho pues casi no tenían tiempo de estar juntos por las bandas de ambos y terminaron distanciándose.
Esa tarde, Robin llamó por teléfono al de ojos oscuros proponiéndole ir a la feria. Llevaban mucho tiempo sin hablar y aceptó encantado.

No sabía que aquello iba a ser una trampa hasta que a lo lejos vió el auto del castaño, queriendo huir al instante.
No quería verle para nada después de que Jason hubiera gritado a los cuatro vientos que estaba enamorado de Steve Harrington. ¡Seguramente el chico le odiaba! ¡Que le parecería alguien asqueroso! Pero Munson no sabía que Steve aquel día pensó que las palabras de Carver fueron solo de burla. No se cuestionó si era cierto o no, solo quería defender a su amigo.

- Bueno - dijo Robin después de un largo silencio - Quiero algodón de azúcar así que y si vamos tirando para la feria, ¿he? - propuso algo incómoda.

Los chicos asintieron y siguieron a su amiga quien se adelantó dejándolos atrás mientras los tres entraban al recinto repleto de atracciones y puestos. La rubia se adelantó emocionada como una niña pequeña al puesto de algodón de azúcar, donde compró uno de color azul para después acercarse a los chicos con una amplia sonrisa haciéndolos reír levemente.
Decidieron caminar y mirar todo lo que había antes de subirse o jugar a cualquier cosa.
En esa caminata, Robin vió algo que la hizo parar en seco causando que por poco sus amigos impactaran contra su espalda.

- Joder - susurró para después morderse el labio inferior. Sus amigos miraron hacía donde ella y sonrieron.

- ¿Esa no es Vickie? - preguntó el castaño en un tono divertido.

Robin le había contado respecto a su enamoramiento hacia Vickie hacía un tiempo. En un principio le asombró tal noticia respecto a que a su amiga le gustaran las mujeres pero enseguida la aceptó. Era su mejor amiga, no iba a dejar de serlo solo porque la sociedad en general no vea algo normal sus gustos. Si se lo hubiera dicho años atrás se habría burlado de ella solo para seguir en la cima del estatus social. Pero ahora, era un nuevo Steve quería a sus amigos tal y como eran.

El de larga melena miró al de ojos marrones con las cejas alzadas como si le dijera "Es lo que creo que es, ¿verdad?" y el otro asintió entre risas.

- Dios mío, ¿estoy bien? - preguntó la chica refiriéndose a su pelo el cual se "peinaba" desesperadamente hasta hacerlo parecer una melena de león.

- ¿Irás a hablar con ella? - preguntó Harrington con una ceja alzada. La chica asintió frenéticamente, decidida. La pelirroja estaba sola y no podía desaprovechar esa oportunidad - Pues espera un momento - dijo divertido mientras sacaba un pequeño cepillo plano de su bolsillo trasero para comenzar a peinar a la chica hasta dejarla aceptable.

Robin corrió hacía la chica, la cual se sorprendió con el encuentro repentino. Se notaban desde lejos los nervios de su amiga pero ambos chicos estaban orgullosos.
Como si se leyeran la mente, se giraron y comenzaron a caminar en contradicción dejando atrás a aquel par.

- ¿Siempre llevas un cepillo encima, Harrington? - a Munson ya se le había ido un poco el nerviosismo.

A Steve le dió un leve escalofrío de gusto al volver a oír aquel tono juguetón salir del de larga melena.

- Nunca se sabe cuándo voy a necesitar uno - se defendió haciendo reír al otro - ¿Robin te ha citado sin decir nada, verdad?

- Noooo - dijo con ironía - ¿A ti tampoco te lo había dicho, no? - el otro negó - A veces es una cabezota.

- Así se le quiere.

Siguieron caminando y observando los puestos y atracciones a su alrededor.

Munson pensó un poco en lo siguiente que iba a decir. La curiosidad le mataba - ¿Por qué...no viniste? Sé que últimamente no he estado mucho por casa pero antes si lo estaba y tú no...no venías.

no venías

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BABYSITTER [Steddie]Where stories live. Discover now