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Era la hora del almuerzo y Eddie caminaba tranquilo por los pasillos del instituto en dirección a la cafetería

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Era la hora del almuerzo y Eddie caminaba tranquilo por los pasillos del instituto en dirección a la cafetería. Sus amigos no podían acompañarlo porque estaban terminando un examen.
Munson estaba sumergido en sus pensamientos.
Llevaba dándole "clases particulares" de guitarra a Steve desde hacía pocos días. Tenía muchas ganas de que el chico aprendiera a tocar ¿y qué mejor que comenzar con una canción dedicada al castaño? El de ojos oscuros no podía parar de fantasear que el chico, cuando aprendiera completamente, le escribiría una canción para él. Era algo que estaba seguro de que no pasaría, pero soñar era gratis.

- ¡Hey, rarito! - saludó alguien a sus espaldas sacándolo de su trance de colegial enamorado.

Al otro lado del pasillo estaba Jason Carver, y atrás de él, Nancy, Tommy, Carol y Steve. Los cuales habían sido llamados por el rubio menor para, supuestamente, algo "importante".

El de larga melena solo ignoró el "saludo" del chico mientras seguía con su camino hasta sentir un fuerte impacto en la cabeza que le hizo reaccionar sobándose la zona afectada con una mano. Se giró y vió un libro de química en el suelo. Se lo había lanzado el menor. Frunció el ceño.

- ¿Que te pasa rarito? ¿Te duele tu cabecita? - preguntó burlón haciendo reír a Tommy y Carol quienes estaban atrás de todos.

- ¿No se te ocurre nada mejor? - preguntó con una ceja alzada el de oscuros ojos.

Harrington formó una sonrisa en su rostro por la pregunta de su amigo pues opinaba igual que él. Todos le decían siempre lo mismo. No eran originales. Carver pareció percatarse de la sonrisa orgullosa del mayor y su enfado aumentó.

Sonrió con malicia - ¿Tu pelo de marica te ha protegido del golpe? ¿Quieres otro más fuerte, marica?

Eddie miró aterrado a Steve. Lo último que le faltaba era que Jason cantara a los cuarto vientos aquello. No tenía forma de saber si era verdad, después de todo, se estaba burlando. Pero la mirada que le dió directamente al castaño ensanchó la perversa sonrisa de Carver.

- ¡Te gusta Harrington! ¡Marica de mierda! - exclamó señalándolo con el dedo y llamando la atención de muchos alumnos que comenzaron a acercarse y rodear la escena - ¡¿Me habéis oído?! ¡¡A Eddie el bicho raro le gusta el rey Steve Harrington!!

Todos comenzaron a reírse señalando al de larga melena, quien sentía que se hacía pequeño en su sitio. Se sentía como una presa, un pequeño conejo rodeado de cazadores. Su mirada volvió a clavarse en Harrington, quien le miraba fijamente. Este tenía a Nancy colgando de su brazo, asustada y preocupada. La mirada del castaño solo denotaba preocupación. No parecían afectarle los comentarios que todos estaban haciendo, solo le importaba la estabilidad del chico en el centro de todo aquel montón de gente. La mirada de Munson fue hacia el brazo preso del de ojos marrones. Este lo notó, miró a Nancy, pensativo, como si estuviera discutiendo consigo mismo. Cerró con fuerza los ojos, la chica le dijo algo y Steve frunció el ceño para después deshacer el agarre bruscamente y caminar hacia Carver, quien a su vez se acercaba a Eddie, dispuesto a darle un puñetazo.

Munson cerró los ojos, esperando el golpe que nunca llegó. La multitud quedó en silencio, y al abrir los ojos, pudo ver a dos perros rabiosos pelear. Nancy miraba a lo lejos aterrada y enfurecida con las manos tapándose la boca. Eddie solo podía ver cómo los nudillos de Harrington comenzaron a mancharse de sangre que no era suya y como comenzaba a llenarse de morados por los golpes de Jason hasta que un profesor interrumpió separándolos y llevándoselos a dirección.

Los alumnos comenzaron a dispersarse Eddie sintió unos brazos ayudándolo a ponerse en pie. No se había percatado de que en algún punto había caído de rodillas. Estaba en shock. Sus amigos de la banda lo llevaron a la enfermería mientras le hacían miles de preguntas respecto a su estado y este solo se dignaba a asentir o negar con la cabeza.

Había sido expuesto frente a toda la escuela, frente a Steve Harrington. Y este acudió a socorrerlo sin importar lo que dirían los demás dejando atrás a su novia. Steve había salido de su papel de rey en frente de toda la maldita secundaria para convertirse en aquel chico agradable pero excesivamente protector con el que hablaba todas las tardes.

Sus amigos le dejaron una vez la enfermera llegó y comenzó a revisarlo. Una vez vió que el chico estaba bien, lo dejó salir de allí.
No quería ir a clase después de lo que había pasado así que recogió sus cosas de su taquilla y salió de allí cabizbajo.

Cuando llegó a su casa, su tía ya le esperaba en la entrada, y al verle, corrió a abrazarlo — Cielo santo, ¿Qué ha pasado, Eddie? El director me ha llamado — dijo con un tono preocupado.

El de larga melena pensó. Pensó si decirle a su única figura materna la verdad. Cerró los ojos con fuerza. Si toda la secundaria ya lo sabía, ¿por qué mentirle?

Soy gay. Jason se ha burlado se eso en frente de todo el instituto — explicó en un hijo de voz.
Prefirió dejar de lado la parte en la que Steve era involucrado en tal acto.

La mujer de rulos jamás había oído tan temeroso al de larga melena. Se quedó en silencio, procesando las palabras de su sobrino.

¿Te...te has enfadado? — preguntó entrecortado.

No... — respondió en un tono suave la mayor mientras se separaba del abrazo y colocaba sus manos en la cara del chico, acunándola con cariño mientras acariciaba una de sus mejillas — No me he enfadado, cielo — dijo con una sonrisa y lágrimas cayendo por su rostro.

¿No? — preguntó confuso el joven.

La mujer negó con la cabeza — Me alegro mucho de que me lo hayas contado.

— ¿De verdad?

— Por supuesto — respondió con una leve risa mirando obvia a su sobrino — Me da igual. Yo siempre te querré hagas lo que hagas y seas como seas.

El de ojos oscuros comenzó a llorar. A llorar de felicidad. Se acababa de quitar un gran peso de encima y había sido bien recibido ante su confesión. Se abalanzó a la mayor, abrazándola con fuerza.

Gracias — susurró.

Esa tarde, Steve no fue a cuidar a Dustin

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Esa tarde, Steve no fue a cuidar a Dustin.

Esa tarde, Steve no fue a cuidar a Dustin

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BABYSITTER [Steddie]Where stories live. Discover now