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— ¡Munson! — saludó con un destello de alegría el castaño al entrar en la casa y ver al mencionado sentado en el sofá del salón

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¡Munson! — saludó con un destello de alegría el castaño al entrar en la casa y ver al mencionado sentado en el sofá del salón.

Era lunes, y después de dos días enteros sin ver al de larga melena, le hacía muchísima ilusión volver a verlo y poder hablar tranquilamente con él.

— ¡Harrington! — saludó el otro de vuelta volteando a verle con una sonrisa, emocionado.

Eddie al fin podía hacerse un maratón de Steve Harrington de otras dos semanas y estaba emocionado.

¡¡Steeeve!! — gritó el menor de pocos dientes avalanzándose al contrario para abrazarlo siendo gustosamente recibido mientras el de larga melena los miraba divertido.

¡Henderson! ¿Y esos ánimos? Nos vimos el viernes — comentó el castaño entre risas.

Es mucho tiempo para mí — hizo un puchero el menor.

El mayor y el niño fueron hacia el sofá donde se sentaron junto al de mirada oscura.

¿Que tal con la banda?

— Bien. Necesitábamos ensayar desde hacía unos días — explicó restándole importancia.

No le iba a decir lo que seguía después de esa frase. Que él era la causa de que no haya ido a ensayar por unas semanas porque quería pasar tiempo con él. No quería ni imaginarse tremenda golpiza que quizás se llevaría si dijera aquello.

¿Y tú que tal?

— Ya sabes... estudiando, bebiendo, cuidando a tu primo...lo normal.

Al principio, cuando Munson le preguntaba respecto a su estado en la vida, Steve hablaba mucho de Nancy. Pero hacía días en los que ya no hablaba de ella y ya casi no lo veía con aquel colgante si no estaba en el instituto y eso le alegraba en sobremanera al de larga melena.

Steve — llamó el menor y los dos mayores voltearon a verle esperando que continuara hablando — Hoy también me tendré que ir a dormir antes — dijo el de gorra mientras jugaba con sus dedos.

Tranquilo, Dustin. Hoy no me quedaré solo. Tengo a Eddie — comentó el castaño haciendo sonreír a los primos.

Luego de esa charla, los tres se pusieron a ver la televisión y a hacer bromas que hacían enfadar al menor hasta que este tuvo que irse a dormir. Los mayores fueron a arroparlo y este hizo un comentario que sonrojó de sobremanera al de larga melena.

Ojalá os casarais para que Steve también pueda ser mi primo.

El castaño se sobresaltó por tal comentario pero luego pensó en que es un deseo de un niño pequeño, que no debía darle importancia o tomárselo en serio.
Quiso mirar al otro pero este tenía el pelo en medio impidiéndole ver su rostro.

BABYSITTER [Steddie]Where stories live. Discover now