KINTSUKUROI

911 74 75
                                    

Kintsukuroi
   

Una pieza es mas bella por haberse roto.

Pov Armando

Me quedo mirando hacia la puerta de embarque congelado, han pasado tantas cosas en las últimas horas que necesito tomarme un minuto, respirar para volver a la realidad.

A pesar de todo el amor que Betty me ha demostrado, sé que todavía sufre, aunque intente ocultar el dolor, sigue ahí, lo que dijo sin pensar en el restaurante me partió el corazón, ella estuvo a mi lado durante mucho tiempo, conoce mis defectos, mi oscuridad, estaba en primera fila viendo como elegía a las mujeres por sus atributos físicos, y ahora estoy aquí diciéndole que la amo, diciéndole que la deseaba aunque su aspecto no era el más seductor, supongo que decidió creer en mí pero muy dentro suyo todavía sigue pensando que no puede ser verdad, tenemos un largo camino por recorrer, quiero sanar una a una las heridas que yo mismo le causé.

Regreso a mi apartamento a recoger a mi mamá y volvemos a la clínica, el médico nos informa que mi papá ha despertado y que lo están trasladando a una habitación donde podremos permanecer con él por más tiempo.

Después de unos treinta minutos una enfermera nos guía a una habitación del cuarto piso, por suerte mi papá está libre de aparatos, solo se le ven algunos electrodos colocados en su pecho, supongo que para controlar que su corazón funcione de la manera que se espera.

-Roberto, gracias a Dios que estas bien- mi mamá se sienta junto a él en una pequeña butaca y toma su mano.

-Papá nos diste un susto grande- digo acercándome al otro lado de la cama.

- ¿Qué me pasó?- todavía sigue bastante aturdido por los efectos de los calmantes.

-Tuviste un aneurisma aórtico, te realizaron una cirugía compleja, pero el medico nos dijo que todo salió bien, vas a poder hacer tu vida con normalidad.

-¿Cuando podré irme a casa? no quiero estar aquí.

-El médico nos dijo que por unos días más deberás permanecer aquí, deben observar tu evolución de cerca.

-¿No puedo hacerlo desde casa?

-Roberto, harás todo lo que el médico diga, no quiero tener que pasar por lo mismo otra vez.

-Está bien Margarita, no te preocupes que me portaré bien.

Por suerte podemos permanecer con mi papá sin limitaciones de tiempo, de alguna manera podemos disfrutar de unos momentos los tres juntos, aunque sea hablando de temas sin importancia.


Mi teléfono comienza a sonar, me retiro de la habitación para contestar, es Betty.

-Hola mi amor, ¿cómo estuvo el vuelo?

-Tranquilo, acabo de llegar a casa, ¿su papá?

-Ya lo sacaron de terapia, estamos en una habitación con él, podemos quedarnos a hacerle compañía, se lo ve bien.

-Me alegro mucho Armando, yo durante todo el vuelo no pude dejar de pensar en lo mal que me porte con usted en el restaurante, me siento terrible por haberlo tratado así.

-Yo también estuve pensando en eso mi amor, sé que hay cosas que aún le duelen Betty, yo la entiendo, hemos pasado, por tanto, creo que no es bueno que tratemos de dejarlas atrás sin antes haberlas aclarado.

-No es necesario Armando, yo confío en usted.

-Pero yo no quiero que confíe en mí a ciegas, solo porque sabe que la amo, quiero que confíe en mí cuando sepa toda la verdad, cuando pueda explicarle cada cosa que necesite saber.

InefableWhere stories live. Discover now