𔓕 placebo, minchan.

O2

car sex
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debía ser jodidamente ilegal la forma en la que minho podía moverse encima.

jodidamente ilegal el que sus gemidos masculinos lo encendieran más que cualquier cosa.

jodidamente ilegal que el interior de minho lograra adaptarse a su pene como si fuera cosa de todos los días; los sonidos jugosos, obscenos que se creaban a partir del golpe de sus pieles, lubricante y semen.

estaba jodido.

no podría centrarse en otra cosa que no fuera al rubio saltando encima de él como descarado mientras enterraba sus crecientes uñas en su blanquecina piel. tampoco es como que quisiera darle atención a otra cosa que no fuera minho.

su piel perlada gracias al sudor lo hacía más resbaloso todo, los gruesos muslos de minho se movían mejor que antes gracias a esa "lubricación"; y ni hablemos de cómo eran sus malditas expresiones porque podría venirse con tan solo viéndolas. detallando.

tomó su cintura con una de sus manos, apretando y pellizcando la piel para dejar hematomas leves, casi inexistentes.

reaccionaba con su cadera golpeando a dirección contraria los movimientos de minho para poder llegar más dentro de él, joderlo hasta muy adentro, dejar su semilla en él y marcarlo para que solo sepan que lee minho es suyo.

sus instintos más primitivos y descarados los lograba sacar minho con una movida de cadera simple, pero mortal, tan perfecta y refinada con el paso del tiempo en que ellos empezaron a mantener relaciones sexuales. mucho más allá que algún trabajo de hermandad.

"oh, ¡christopher, ahí! chris... ¡christopher!"

—¡christopher, maldito! —miró a su lado, a un minho con una sonrisa de sorna—. ¿qué soñabas?

se pasó una mano por el rostro y luego suspiró, volteando hacia la ventana para evitar la conversación más vergonzosa del mundo.

había tenido un sueño húmedo con minho, su compañero de banda, y de todo, prácticamente.

no es que nunca hubiera pasado antes, de hecho, pasaba muy seguido; sin embargo, jamás había tenido una donde demás gente estuviera presente. 

pues tenía que aceptarlo, minho se había vuelto alguien muy cercano a él en todo el grupo, su grupo. a veces, siempre, compartían habitaciones de hoteles, duchar, armarios y camionetas de transporte privado; una que otra vez sí iban más acompañados de demás integrantes, pero en su mayoría solo eran ellos dos.

y, ¿cómo no crear una tensión entre ellos si desde que se conocieron hace seis años, se atrajeron mutuamente? aparte, cuerpo reprimidos en una edad adulta-joven de veinticinco y veinticuatro años respectivamente, no era una buena situación.

a veces están en algo más formal, a veces es solo sexo y ganas de sacar sus inquietudes de esa forma; la mayoría del tiempo era sentimental privada de ellos dos.

privada más no secreta. era más que obvio que chan era de minho y minho era de chan. nadie podía tocarlos, coquetearlos o tentarlos, ya estaban exclusivos, los demás lo sabían.

y aunque intentaron todo lo posible para que su 'relación' no afectase tanto al grupo, situaciones muy comprometedoras como esta no eran tan favorables.

—¿que quién qué? —jisung se giró hacia los asientos traseros, donde la pareja iba junta como de costumbre, achicando sus ojos juzgadores—. ¿qué ha pasado?

—al parecer alguien tiene hormonas de adolescente —hyunjin, quien fue el más rápido en captar, le sacó una foto al bulto notorio de christopher—. tengo que ponerle dos ojos y hacerlo un elefante.