Capítulo 28

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Finalmente lejos de la cabaña incendiandose se encontraba Alan, ya no tuvo reparos en entrar a otra casa y robar.

Cuando el granjero lo vio salió huyendo creyendo que se trataba de una especie de demonio. Los apodos ya no le importaban y debía reconocer que su aspecto no era agradable al estar transformado.

Mordió un pedazo del pastel que había en el refrigerador mientras levantaba una cerveza.

Apenas tenía quince años pero le daba igual.

Ya no tenia familia, no tenía hogar y ahora perdió la poca inocencia que le quedaba. Ser alcohólico no podría ser peor. Le sorprendio el asqueroso sabor al principio ppero una vez te acostumbras comienza a tener su encanto.

Tal vez por eso el anciano que mató bebía tanto.

La tristeza...

La soledad...

El dolor...

Se agarro el pecho sintiendo como si una estaca fuera clavada en su corazón. Arrojó la botella contra la ventana haciendo pedazos tanto el cristal como la botella.

Se puso de pie dispuesto a abandonar el lugar cuando dos personas aparecieron frente a él.

Uno llevaba una gabardina gris que cubría casi todo su cuerpo y un sombrero que ocultaba su rostro. Era alto y lo poco que pudo captar de su rostro fue una expresión estoica sin emociones.

A su lado había un joven con una chaqueta de cuero, camisa negra y jeans. Este no ocultaba su rostro y sonría como si observara un animal interesante.

Esto enojo mucho a Alan pues las palabras del anciano de hace unos momentos aún estaban frescas en su mente.

-¿Quienes son ustedes?-Puso su mano derecha algo levantada en caso de que traten algo.

Si lo intentaban, serían cenizas.

El hombre vestido con la gabardina miró al joven a su lado comiendo este asintió. El hombre de gabardina levantó su mano pero Alan no les daría la oportunidad de lastimarlo.

Extendió su mano derecha mientras un torrente de fuego salía disparado.

Alan quería ver sus rostros de desesperación una vez fueran cenizas, estaba harto de la gente y quería estar solo. Si querian venir contra él, no abandonarían este lugar.

De repente una cúpula de color rosa los cubrió.

Alan pese a estar sorprendido solo aumentó la intensidad de su llama, sin notarlo su brazo se había transformado en uno de aspecto rocoso con llamas saliendo de entre las grietas.

Al notarlo bajó su mano y una vez el fuego se disipó quedó impactado por lo que vio.

El hombre de antes había desaparecido pues ahora frente a él se encontraba una especie de monstruo con branquias y dientes afilados. Llevaba lo que parecia ser un arma y le estaba apuntando.

El joven a su lado miró hacia arriba donde Alan no podía mirar, pero podía sentir una fuente calor...

Había una persona en el techo.

Levantó ambas manos y notó algo similar a la preocupación en el rostro alienígena.

Pero fue todo lo que vio pues en lo que bajó la mirada el joven de cabello castaño se había acercado.

*Thud*

Recibió un puñetazo en el ojo derecho que lo empujó contra el suelo. Su rostro dolía estando en el suelo y por reflejo giró a un lado esquivando un pie que se dirigía a su abdomen.

El Omnitrix tal vez no sea suficiente...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora