𝐱𝐢𝐢. young love

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─ 𖦆 𝐃𝐎𝐂𝐄 | amor joven 🏹

Al rededor de las cuatro de la mañana, Astrid despertó, con Wilhelm recargado sobre su pecho

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Al rededor de las cuatro de la mañana, Astrid despertó, con Wilhelm recargado sobre su pecho.

Charlize y Deborah le habían mandado miles de mensajes preguntándole donde estaba. A la rubia no le contestó, pero a Charlize le dijo que no se preocupe, estaba con Wilhelm y todo estaba bien, que un momento.

-Wilhelm. -habló no muy fuerte. -Debo irme.

-No te vayas. -la abrazó aún más. astrid podía sentir la respiración de él sobre su pecho. -Perdón por lo de anoche.

-No te preocupes.

-¿Me abrazas?

Astrid lo abrazó también y dejó besos sobre en su frente.

-¿Estás mejor?

-Estoy mejor... ¿Te quedarías hasta que me duerma?

-Sí.

Wilhelm se apegó aún más al cuerpo de Astrid y ella al suyo.

-¿Recuerdas lo que me dijiste anoche? -preguntó ella y wilhelm se levantó de golpe y miró con un poco de pena, tenía miedo de haberle dicho una estupidez sin darse cuenta. -Wilhelm, está bien. -se sonrieron.

-Sí me acuerdo.

-También me gustas.

Él la miró, sus ojos dijeron mucho y su silencio y tranquilidad, acompañados de una sonrisa llena de sinceridad, le hicieron saber lo mucho que lo amaba.

Sin pensarlo mucho, Wilhelm la besó, pero de una manera diferente esta vez; poniendo su cuerpo encima del de ella, con suavidad y cuidado de no lastimarla. Astrid pasó la llema de sus dedo índice por todo el rostro de Wilhelm, despejando el cabello que caía a su frente.

Astrid se sentía en demasiada confianza con él, tanto para dejar que Wilhelm le quitara su ropa y continuara besándola y tocándola.

Se besaron con tanta intensidad, amor, que ya ni siquiera les importaba que todo estuviera mal ahí afuera. Porque sólo querían hacerse saber lo mucho que se querían física y sentimentalmente.

─¿Estás bien? ─wilhelm le preguntaba casi cada cinco minutos, asegurándose de que no estuviera lastimandola de algún modo, hacerle daño era lo menos que quería para ella.

─Sí. ─alcanzó a responder en voz baja.

Todo eso era algo nuevo para Astrid, nunca se había relacionado así con alguien, y Wilhelm tampoco lo había hecho.

𝐞𝐯𝐞𝐫𝐲𝐛𝐨𝐝𝐲 𝐰𝐚𝐧𝐭𝐬 𝐭𝐨 𝐫𝐮𝐥𝐞 𝐭𝐡𝐞 𝐰𝐨𝐫𝐥𝐝 ; young royalsWhere stories live. Discover now