𝐞𝐯𝐞𝐫𝐲𝐛𝐨𝐝𝐲 𝐰𝐚𝐧𝐭𝐬 𝐭𝐨 𝐫𝐮𝐥𝐞 𝐭𝐡𝐞 𝐰𝐨𝐫𝐥𝐝 ; young royals

𝐯𝐢𝐢𝐢. remember

─ 𖦆 𝐎𝐂𝐇𝐎 | recuerdo... 🏹

Simplemente no había palabras para describir lo que pasaba en el corazón del príncipe Wilhelm. Y ni las más emotivas condolencias lo harían dejar de sufrir.

Suecia había perdidos a su príncipe heredero, pero Wilhelm había perdido a su hermano, su único hermano. A su mejor amigo.

No le importaba que hubiera miles de cámaras y personas en el funeral, él sólo se acercó al ataúd donde ahora se encontraba el cuerpo de Erik. Teniendo las inmensas ganas de poder abrazarlo de nuevo, al menos por última vez. Y la última llamada que tuvieron, la última vez que rieron, eso Wilhelm no lo olvidaría jamás.

Sepultaron a Erik, y todo lo transmitieron en vivo. Astrid estaba con sus amigas viéndolo todo, le mandó mil mensajes a Wilhelm diciéndole lo mucho que lo sentía y que estaba tan preocupada por él, con la esperanza de que él respondiera, pero nunca lo hizo.

Después del sepelio, Wilhelm estaba cenando con sus padres.

─Estaba pensando que mañana, si es que te sientes con ganas, ─decía la reina kristina. ─Podrías asistir a la reunión matutina para aprender el proceso.

─Claro. ─simplemente respondió wilhelm.

─Y luego hablaremos sobre tus estudios. ─continúo su padre. ─Estaba pensado que tal vez sería bueno Wilhelm regresara a Hillerska, a un ambiente familiar ¿que te parece?

─Desde el día que yo nací siempre supe que yo heredaría la corona de mi padre, pero yo tuve tiempo para poder adaptarme, Erik también lo tuvo. Pero ahora tú vas a ser su sucesor, tú y tus futuros hijos. Así que es importante que seas un modelo a seguir, y que no cometas más errores... Y todos siempre van a compararte con Erik, en cada paso que des.

─Ya lo hacen. ─dijo wilhelm. ─Siempre lo hicieron.

Después de una larga y tensa cena en silencio, el padre de Wilhelm habló.

─Wilhelm, el viernes faltarás a clases.

─¿Por qué?

─Olvidé mencionarlo. ─la madre habló. ─Almorzaremos con el Rey y la Reina de Noruega.

─¿Hay un motivo especial o qué?

─Es para presentarte con su hija, la princesa Eloise de Noruega.

─¿Qué? ¿Presentarmela de que modo, mamá?

─Creemos que ella es una buena opción para ti, hijo. ─su padre dijo. ─Y sus padres también lo creen.

─Mamá, Erik murió hace menos de veinticuatro horas y ustedes ya están organizando una cena con los reyes de Noruega ¿a caso se sienten bien?