UNHOLY ✞ Thomas Shelby [Peaky Blinders]

✞ Capítulo 32.

—¿Por qué haces eso? —preguntó Daisy con curiosidad unos minutos después de que terminaran de tener sexo, mientras Thomas le limpiaba el abdomen con una toalla húmeda—. ¿Por qué te apartas justo antes de... ya sabes?

—Porque no creo que este sea el mejor momento para que quedes embarazada.

—Creí que tener... ya sabes...

—Sexo.

—Relaciones íntimas —continuó ella, negando ligeramente ante la palabra sugerida por el contrario— era suficiente para quedar embarazada.

—Lo es, pero... Olvídalo, ¿sí? Te lo explicaré otro día.

—No —negó, sin dudarlo—. Quiero que me lo expliques ahora.

Thomas soltó un suspiro; eran las tres y media de la madrugada, y lo último que le apetecía era ponerse a explicarle a su esposa el coitus interruptus, y, aún así, eso era exactamente lo que iba a hacer.

—Acabar afuera no es un método infalible, y puede fallar, pero, por lo general, funciona bastante bien, al menos por un tiempo.

Daisy se sentó, cubriéndose el pecho con las sábanas, y observó a su marido levantarse de la cama, ponerse la ropa interior y dirigirse a los sillones con la intención de servirse un trago. —Esme me dijo que, si no quería quedar embarazada, debía insertar una esponja remojada en vinagre allí abajo.

—Eso no suena muy seguro para ti, y tampoco creo que sea demasiado confiable, teniendo en cuenta que ella misma está embarazada.

—Tal vez así lo quiso. Es cierto que suena un poco extraño, pero...

—Te agarrarás una infección que te dejará infértil, y entonces no tendrás que preocuparte por embarazarte en lo absoluto.

—¿Es eso lo que quieres? —dudó.

—¿Qué diablos dices? ¿Por qué querría eso?

—No lo sé, es que... Nunca hablamos al respecto, pero creo que deberíamos, ¿no? —Se puso de pie, envolviéndose en su salto de cama para vestir su cuerpo desnudo y acercándose a su marido—. ¿Quieres tener niños, Tom? —le preguntó, dejándose caer en el espacio vacío en el sillón, junto a él.

—Eso no es algo que podamos decidir.

—Lo sé, pero si así lo fuera, ¿lo harías? ¿decidirías ser padre?

—Sí —respondió, tras darle un sorbo al vaso de whiskey en su mano—. Pero este no es el mejor momento para traer un niño al mundo. ¿Qué hay de ti?

Daisy tardó un momento en responder; sabía muy bien qué debía decir, pero no lograba hacerlo, por lo que, una vez que lo hizo, Thomas supo que estaba mintiendo. —Los niños son una bendición.

—No me vengas con eso.

—¿Qué? Es cierto.

—Eres una pésima mentirosa.