Capítulo 52 | Tate

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Le conté que fue mi sujeto de prueba para comprobar que mi trabajo tuvo buenos resultados y que tampoco estoy acostumbrada a que me sorprendan con contacto. Él me regaló una mirada con orgullo y me dijo que, de ahora en adelante, debo acostumbrarme a su toque y saber reconocerlo, porque no desea que, cada vez que fuera a sorprenderme, él termine con un golpe. También, camino a mi casa. me halagó por lo fuerte que soy y que, a pesar de dañar un poco su orgullo, había sido un muy buen golpe.

Tomé la oportunidad, para darle las galletas a Ethan y decir que las compartiera con su vecina. Lo invité a pasar a dentro y ofrecerle un chocolate caliente para compensar el golpe, pero me dijo que debía volver a la casa. Claramente, no me quedé con la duda y le pregunté por qué vino, si no quería pasar o hacer algo. Su respuesta fue simple, pero logró sonrojarme al instante: Porque quería verte. El Ethan cursi y coqueto es un problema para mi salud, me cuesta mantenerme serena cuando suelta comentarios como ese de la nada. Después de cerrar la puerta, estuve con una sonrisa dibujada en mi rostro todo el tiempo. Me gusta mucho que sea así conmigo, yo no soy una chica de muchas palabras, menos si son románticas, pero me siento muy amada cada vez que me hace sonrojar, o simplemente la manera en cómo me mira. Nunca me habían dedicado miradas tan profundas y llenas de sentimiento. Deseo poder ser siempre vista de esa manera por él.

- ¿Qué opinan del nuevo arreglo que hice hoy?- pregunta Antony, al acercarse a Lisa para darle un beso en su coronilla. Lisa nos sacó a Bree y a mí, luego de la reunión, para confesarnos que el tema de la boda la tiene estresada, a pesar de que aún faltan más de cuatro meses. Entiendo que ella está así porque desea que todo salga perfecto, y se preocupa por cada detalle. El salón ya lo tienen separado, pero no sabe cómo poner las decoraciones, qué comida deben ofrecer y cuál vestido tendrá. Antony sabe que, para evitar posibles discusiones, es mejor no involucrarse, así que solo la apoya y le dice que no debe gastarse tanto.

- Estuvo genial, amigo. Tenemos que seguir así, ya saben, para el especial de navidad- dice Ty, sentándose junto a Antony.

- Lo harán genial chicos, estoy ansiosa por ver cómo será ese día- Será la primera vez que Bree esté para la tradición y, aunque no es un gran evento, lo hacemos lo más agradable posible. Hay una obra de teatro y este año, nosotros somos los encargados, Karla nos dio la idea y Antony ya se está encargando de cada cosa. No tengo muchas líneas en la presentación, y eso me alivia un poco. Una cosa es cantar, pero actuar y hablar frente a un público, requiere de mi concentración. Estaba levantándome para ir a buscar a Ethan, pero escucho la voz de Ty detrás de mí.

- Me gusta tu nuevo micrófono.

Ya lo había usado en mi casa, pero hoy es la primera vez que lo tengo con la banda, me siento cómoda y es muy bonito. Le di las gracias a Ty y me despedí, notando que Ben está conversando con Ethan. Hace mucho que no los veo a solas.

- ¿Puedo llevarme a este chico?- Puse mis manos en los hombros de Ethan y Ben me regaló un guiño con un: Por supuesto, todo tuyo.

Empezamos a caminar hacia la casa de Ethan. Hoy, la señora Bennet, nos invitó a su apartamento para almorzar, dijo que prepararía pavo asado relleno, acompañado de pigs in blankets (una especie de salchichas que me vuelven loca), por lo que no puedo evitar sentirme hambrienta solo por pensar en ello. La idea es que entre los tres lo preparemos, sé que él me dijo que no sabe cocinar y que no le parece bastante llamativa la idea de aprender por el tema de su madre, pero quiero que lo intente. Veré que tan lejos puede llegar hoy, no voy a obligarlo a nada, pero tengo el presentimiento de que podrá con esto. Pude notar la extraña mirada que me regaló mi novio cuando, después de ponerme un delantal, tomé otro para ponérselo a él, una vez mi tarea estuvo terminada, me alejé un poco. Se ve adorable, a pesar de que me está mirando como a una loca.

- ¿Qué rayos, Tate?

- ¿Recuerdas que eres mío? Pues necesitamos trabajar los tres para poder preparar este pavo. No te preocupes si no sabes cómo, yo estaré a tu lado para indicarte, lo haremos juntos ¿sí?

Puedo notar la duda en sus ojos, cómo su cabeza debe estar maquinando y mostrándole las posibilidades. Nunca es sencillo dar primeros pasos, pero una vez que los das, todo mejora. Abre y cierra la boca intentando decir algo, yo solo lo miro expectante. Quiero que, si hace esto, lo haga por él, no por mí.

- ¿Qué debemos hacer primero, estrellita?

Terminamos todo muy rápido, a pesar de que tuvimos unos contratiempos cuando por accidente Ethan confundió el recipiente de la sal con el del azúcar, pero la señora Bennet lo logró resolver y nos divertimos un rato. Al comienzo, noté que él estaba incómodo, pero a medida que pasó el tiempo y debíamos hacer más tareas, empezó a distraerse y verlo como algo divertido. Mientras esperábamos que el pavo se horneara, nos dispusimos a comer un poco del estofado que ella nos ofreció, diciéndonos que iría a tomar una siesta y que apenas escuchara la alarma, sacara la comida del horno, si ella aún no se despertaba.

Me senté en la alfombra que se encuentra en el centro de la sala y Ethan se acomodó en frente mío, de manera que quedó apoyado en el sillón. Hablamos sobre nuestros trabajos, cómo cada día amo más a los niños y cómo él está tan contento con su nuevo trabajo, y un compañero que le cae muy bien, pero, según Ethan, no tiene un botón de callar.

- Aún me duele el torso, mi novia debería hacer algo al respecto.

Vi su sonrisa coqueta y yo lo medito por unos segundos. Cuando era una pequeña niña y me golpeaba o raspaba, mi mamá me daba un beso en el lugar afectado, y esa era la manera más efectiva para que yo dejara de llorar, nunca comprendí si lo hice porque me sentía mimada por ella, o porque me contó que sus besos tenían un poder curativo que lograba quitar mi dolor. Puede que fueran ambas razones. Cuando dejé el recuerdo atrás, me propuse que haría lo mismo con Ethan. Sería genial si también pudiera hacer que, con un beso, el dolor en su corazón desapareciera totalmente. Me acerqué lentamente, pero nunca levanté la mirada, porque sé que, si lo observo directamente a los ojos, no podré moverme del lugar. Al estar lo suficientemente cerca, inhalé profundamente, bajé mi rostro a la altura de su torso y dejé un rápido y pequeño (y espero poderoso y curativo) beso en el lugar del golpe.

Cuando regresé a mi lugar, levanté mi rostro lentamente para poder observarlo. No había dicho nada, pero pude sentir a su cuerpo tensarse en el momento en que me acerqué a su torso. Sus ojos conectaron con los míos y sentí cómo mi temperatura se elevó al instante, quería poder apartar mi mirada, pero sus ojos me observaban de una manera tan profunda, tan mágica que, a pesar de estar muriendo de la vergüenza, no podía dejar de mirar. Después de unos segundos, pude ver que una sonrisa nació en su rostro, y su hoyuelo salió a la superficie para saludar.

- ¿Sabes, mi amor? Dicen que la belleza está en los ojos de la persona que mira. Y yo no te puedo ver más bonita.

La persona correcta en el momento perfectoWhere stories live. Discover now