Capítulo 49 | Ethan

172 26 0
                                    


Me costó un poco encontrar la dirección, pero llegué puntual al hospital y mi nuevo jefe me recibió dándome una pequeña bienvenida, antes de volver con sus responsabilidades. Espero que con el tiempo me pueda acostumbrar mejor a ello, pero, por el momento, me basta con ingresar. Mi tiempo de prueba depende de mi desempeño, en el momento en que, miren eso que los líderes ven a sus subordinados, seré un empleado legítimo de la empresa. Sinceramente, quiero el trabajo, sé que no hay muchos empleados con discapacidades, pero hay los suficientes para saber que no será muy complicado adaptarme. Estoy haciendo mi mayor esfuerzo en concentrarme por completo y aprender cada detalle que debo memorizar, pero está siendo una tarea que toma toda mi concentración.

Estoy invadido de Tate, de su rostro, su sonrisa, sus labios. ¡Oh! Sus labios. Llevaba un tiempo queriendo besarla, pero no encontraba el momento adecuado o, simplemente, no quería dañar el momento. Pero, ahora que lo he hecho, no puedo dejar de pensar en ello o de cuánto deseo repetirlo. No sabía que no solamente lo malo podría ser una adicción, hasta que probé sus labios. Definitivamente quería volver a sentirlos contra los míos, sus hermosos, rosados, suaves...

- Lo siento, ¿qué me decías?

- Al menos hoy deberías prestar atención a las pautas, acaban de indicarte que te dirijas al área de consultas generales para que te enseñen tu lugar de trabajo.

Asiento, luego de dirigirle un agradecimiento y una palmada en la espalda. Steven es el encargado de explicar cómo funciona el hospital y que se debe tener en cuenta para una buena convivencia en el trabajo, se podría decir que es el trabajador social o posible psicólogo de aquí, además de mi tutor encargado. Debo tener uno, a pesar de solo ser posiblemente unos cuantos años, o incluso menos, mayor que yo. Aunque lo conozco desde las tres horas que llevo aquí, por su forma de ser, sé que se convertirá en un buen amigo.

Todo quedó claro, y la verdad, estoy a gusto con esto. El hospital es bastante amplio, y mi área de trabajo, igual. Tendré un horario de ocho a seis entre semana, aunque, la primera semana constará de una inducción en la que pueda comprender el mecanismo completo. Por suerte, el programa me da tiempo de seguir yendo a correr en las mañanas con Tate.

Tate.

Nunca me había sentido tan confundido en mi vida hasta ahora. Quiero más de ella, que seamos exclusivos, que pueda tomarla de la mano libremente, que pueda besarla siempre. Y ese sentimiento me asusta, no sé si podré lidiar con esto, pero realmente no puedo pensar en otra cosa.

Jordan cree que debo dejar de meditar tanto las cosas y pensar que cuando algo bueno ocurre, solo amerita que algo malo está pronto a llegar. Y ahora que, finalmente estoy mejorando y sonriendo, debo tomar la oportunidad, el riesgo. Debo demostrárselo a ella, hacérselo saber. Pero como él dice, tengo que hacerlo bien, no a medias. Si realmente quiero ser el novio de Tate, debo dar mi mayor esfuerzo para merecerla, y sé cuál es una manera de hacerlo.

- He estado pensando mucho en cuál es el motivo por el que quieres hablar conmigo a solas.

Hace mucho que no tenemos una conversación solamente los dos, pero cité a Ben para hablar hoy, sábado, es el día libre más cercano en la semana, y la única forma de no arrepentirme luego.

Por parte del trabajo, todo está bien. Oficialmente, el día anterior, había acabado mi inducción, y con Steven y otros compañeros, me llevo bien. Además, cada día en las mañanas intento tratar a Tate lo más normal posible, a pesar de no querer hacerlo. Quiero hacer lo mismo que Tate, lo que ella me había pedido antes, empezaré a tratarme. Buscar a alguien que esté dispuesto a escucharme y que tenga el conocimiento o experiencia para ayudarme a sanar, a perdonar y seguir adelante, sin tener que dejar de ser yo. Ha sido una decisión muy difícil de tomar y cada vez estaba a punto de arrepentirme, pero sé que está es la única manera, es el momento, no puedo seguir huyendo de esto por siempre. Lo haré por ella.

- Entonces, ¿estás seguro de esto? Porque requerirá que nos reunamos aquí, al menos, tres veces a la semana. Necesito todo tu compromiso y sinceridad.

Tragué duro. Si piensa que así voy a arrepentirme, pues lo está logrando. Pero no puedo darme la vuelta ahora, ella lo merece- Lo sé, no se preocupe, estoy en esto.

- ¿Puedo saber por qué tomaste la decisión ahora?

¡Joder! Acabo de decirle que sería sincero, ¡¿pero debe ser tan directo con las preguntas?! Solo espero que no sea así siempre, sino, me costará mucho, llegar a acostumbrarme.

- Lo hago por Tate- Espero que mi voz haya sonado más fuerte y segura de lo que sentí.

Con una mirada incrédula me pregunta- ¿Lo haces por ella?- Eso fue lo que dije, ¿verdad? ¿Tan imposible es de creer? ¿O acaso es malo haberme decidido por ello? No lo creo, sin ella no estaría aquí, no sería así.

Mi silencio parece hablar por sí mismo, así que continúa- Bien, tomaré eso por ahora. Nos vemos el martes.

      ****************

Uno, dos, tres, cuatro, cinco... Uno, dos, tres...

¡Carajo! ¿Desde cuándo me convertí en un hombre nervioso? Toda la noche estuve imaginando el momento. El primer paso es tocar su puerta, pero ni eso puedo lograr. A pesar de saber que ella seguramente es una chica a la que le gustan las cosas románticas, no soy ese tipo de persona, no puedo plantear una sola situación que tenga un éxito seguro. Jordan me dio un par de ideas, como llevarla a un restaurante romántico, comprarle unas rosas con chocolates, hacerle algún tipo de serenata y otros tipos de cursilerías de las que no me puedo imaginar ser parte. No es porque esté completamente en contra de eso, solo que para mí debe surgir en el momento, no plantearlo o, al menos no así. No estaría cómodo y ella no lo disfrutaría.

Después de pensarlo mucho, me decidí por hacerle un regalo, para luego preguntarle si quiere ser mi novia. Puede sonar un poco simple o aburrido, pero vi cómo, desde hace unas semanas, Tate lucha con su micrófono que se ve a punto de llegar a su último día de vida. Es de un color violeta brillante y con un pequeño corazón, al cual se aferra con su vida. Siempre noté el cuidado con el que lo trata y, seguramente, lo especial que es para ella, sin saber cuál puede ser la historia tras de él. Lamentablemente, ya se ve muy desgastado y que, probablemente, ha sufrido una fuerte caída. Incluso, en una de las últimas veces que habían tocado, su micrófono no quería funcionar e intentaron ofrecerle otro, pero se negó a presentarse sin él, por suerte, terminó encendiendo y todo salió bien.

Le compré un lindo micrófono, es brillante pero no tanto como el suyo, solo lo hace al moverse y en la parte inferior. Es del color verde más parecido al tono de sus ojos, que encontré y tiene una pequeña estrella grabada en la base. No sé si le gustará, pero espero que sea lo suficientemente digno como para reemplazar el anterior. Para mí, la refleja totalmente.

- ¿Qué haces frente a mi puerta, a estas horas de la noche?

Puedo notar lo que dijo Tate gracias a la iluminación de su casa, al abrir la puerta. Agradezco haber traído una maleta para guardar el regalo, ya no puedo retirarme de allí. Es ahora o nunca.

Tragué duro.

- Yo... quiero darte un regalo y también pedirte algo.

Debió sonar como un balbuceo, y solo espero que no piense que soy patético. Tanto yo, como el regalo. Un intento de sonrisa se cruza por sus labios- Entonces, ¿estás sugiriendo un intercambio?

- Algo así.

La persona correcta en el momento perfectoWhere stories live. Discover now