Capítulo 14. En el Mundo Ninja

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Que sueñito, y había un aire frío a mi alrededor que lo hacía más placentero. Ruidos de lo más hermosos y extraños sonando en mis oídos, parecidos a los de esos típicos videos de música del espacio para dormirte en solo 10 minutos en Youtube... Mi cabeza esta tan sumerguida en la tranquilidad que me daban

También era como una llovizna en medio otoño, acompañada por ligeros truenos en el cielo que anunciaban la llegada de una tormenta. Supongo que podría llover así a pesar de ser verano...

Mi..to

¿Alguién me llamó? No quiero despertarme aún. Adoraba esta sensación de estar flotando en la nada

¡Mito!

Por un demonio ¿Acaso ya es lunes? Intenté moverme a otro lado para buscar comodidad y evitar volver a la conciencia... Solo para comenzar a darme cuenta de que no parecía tener superficie alguna debajo mía, especialmente el colchón de mi cama o el sofá de la sala de Yamada e Aizawa

¿Eh?

-¡Ay por todos los cielos, Cachorra! ¡Abre los ojos!- finalmente oí a Kurama llamandome con claridad, y abrí mis ojos de golpe para ver la situación en la que me encontraba

Definitivamente no era mi hogar o la arboleda, estaba todo oscuro y era casi diez veces más amplio que todo mi habitación, pero brillaba tanto que no tenía sentido alguno. Miles de matices diferentes de una materia azulada fluían y se movían con vida propia al mi todo alrededor, formando la forma de un gran tunel que no parecía hacer más que desender. Millones de partículas de luz como polvo estelar destalleban a todo mi alrededor como astros en el viento, y me causaban cosquilleos y leves descargas al hacer contacto con mi piel descubierta en algunos lugares. Ruidos extraños provenían de todas partes, a medida que esta sustancia entre líquida y gaseosa parecía partirse en dos en distintos lugares del enorme lugar. Y rayos blancos de electricidad emergían de esto y se esparcían por encíma de las fluyentes paredes sin forma

-¿Qué carajo?- pregunté con pánico en mi voz al notar que efectivamente, estaba flotando en la nada mientras caía hacía una oscuridad infinita ¿Qué es esto? ¿Una forma nueva de ir cayendo en la madriguera del conejo? ¿O en los backrooms? Aparte que, lejos de volar, solo parecía que la gravedad me jalara hacia abajo sin mucho fuerza, como si las leyes que conocíamos en la tierra fueran distintas en este lugar ¿Cómo rayos terminé aquí? -¡¿Izuku?! ¡¿Hitoshi?!-

La única respuesta familiar que tuve en el lugar fue el chillido de un animalito a un lado mío, y giré mi cabeza a la derecha para observar entre toda la oscuridad del lugar al pequeño y asustado Suma, quién continuaba cayendo un poco más arriba mío. Se veía tan aterrorizado como yo en ese momento, y al parecer también cansado gracias a las minúsculas descargas de las diminutas partículas de luz

-¡Suma!- exclamé al notar su prescencia que apenas era iluminada por los luces que emitían las extreñas brechas y agujeros en el espacio que parecía tener vida propia, e intenté extender mi mano para alcanzarlo, pero desgraciadamente no llegaba ni a tocarlo -Demonios ¡Resiste allí!- le pedí con desesperación mientras hacía emerger varias cantidades de mi chakra hacia mi espalda para convocar mis cadenas de diamantina, que emergieron con su característico sonido y brillo dorado desde ella hacia fuera

Cuatro de mis cadenas rapídamente envolvieron con gentileza al pequeño mamífero y lo acercaron cuidadosamente hacia mi persona, permitiendo que lo abrazara entre mis brazos para protegerlo de donde sea que estuvieramos

-Te tengo ¿Estás bien?- le pregunté al pequeño que más tranquilo ronroneó sobre mi pecho, pareciendo exaltado y aliviado. Debió haberse despertado primero que cualquiera de nosotros tres y haber entrado en pánico. Lo último que habría querido era exponerlo a algo tan estresante como eso -Kurama ¿Dónde estamos?-

Reencarnando en MHA: Mito UzumakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora