Negué divertida. No sabía definir si me hacía gracia su mueca de disgusto o el recuerdo de Nury frustrado al no llegar a besarme.

-Pero no me gusta Nury.

-Esa información no era necesaria...

-Avery.

-Avery, necesitas dormir.

Asentí lentamente mirando mis llaves. Le eché una última vista al chico frente a mí que parecía también enfocado en mis llaves. Quería decirle algo, no sé, no me agradaba finalizar la conversación ahí.

-¿Me odias?

Se quedó bloqueado por mi repentina pregunta. Se colocó las gafas mirando el final del pasillo.

-¿Te importa mucho si lo hago?

Estaba tratando de descubrir por qué lo preguntaba, estaba medio dormida pero no era estúpida. Suspiré, no iba a ser sincero ni en eso conmigo. Abrí la puerta y di un paso dentro de mi pequeño piso sin esperar respuesta.

-No me desagradas, Avery.

Posé mi mirada en sus oscuros ojos.

-Eres...rara, simplemente; ¿Yo te desagrado?

-¿Sinceramente?-suspiré con una sonrisa tonta-Es imposible que me desagrades.

Cerré la puerta antes de que se me escapara las ganas que le tenía. Escuché unos pasos, supongo que se fue tras mi iniciativa de cesar la conversación. Me quité la mochila tambaleándome por la casa hasta alcanzar mi cama. Me quité las botas nada más entrar, me deshice de los pantalones y me quité la camiseta dejándome caer en ropa interior sobre la cama. Cerré los ojos y me dormí casi al instante.

Al despertar sentí una sensación realmente extraña. Mi cuerpo había dejado de pesar ochenta kilos, me sentía ligera. Mis ojos no escocían y mi cabeza estaba en su sitio; sin mareos. Puse los pies en el suelo aún sentada en mi cama, bufé estirándome. Mi estómago era lo único que parecía tener alguna carencia. Observé mi habitación, estaba iluminada a duras penas por la luz que entraba por la terraza. Había anochecido mientras dormía como un oso. Sentí frío al levantarme, me puse la camiseta que había dejado tirada por el sueño y me hice una coleta alta. Me asomé a la terraza viendo frente a mí a Nury leyendo concentrado con una lámpara que alumbraba las páginas. No llamé su atención, estaba en bragas y por tanto: no presentable. Seguí estirando mis brazos mientras caminaba por el salón, miré la hora del reloj sobre la televisión, eran las nueve y media. Había dormido casi medio día. Busqué en mi mochila mi teléfono sorprendiéndome al ver tanto mensaje. Alice y Noah me habían petado a mensajes de preocupación tipo: "¿Te moriste?"" ¡Dime que no!"" ¿Voy a buscarte?"" ¿Estás en la biblioteca?", En cambio Nury sólo había puesto un: "Si duermes con la terraza abierta pillarás un resfriado". Taehyung había puesto varios stikers y después una simple pregunta: "¿Te encontraste a Jungkook? Vino sonrojado a la biblioteca según él, después de dejarte en tu apartamento". No respondí a ninguno por individual, preferí meterme en el grupo que habían hecho llamado: "Cool4School" y puse un simple: "estoy viva".

Dejé el móvil sobre la encimera de la cocina llamando a mi padre. Este no hacía mucho había dejado una llamada perdida a mi teléfono. Abrí la nevera, necesitaba comer con urgencia.

-¿Avery?

-Sí-respondí inspeccionando.

-¿Todo bien por allí?

-Estudiando como una degenerada-dije divertida, aunque poca gracia me hacía lo mal que me sentía hacía unas horas.

-Así me gusta. Me dijiste que tenías amigos nuevos.

Giants - JungkookWo Geschichten leben. Entdecke jetzt