Empecemos a vivir

13. Así era ella

Holaaaa!!! Dos cosas: Primero, ya no les vuelvo a decir que me voy a tardar o no porque la inspiración me llega cuando quiere y aquí andamos dos días después con capítulo nuevo 🫣. Segundo: gracias por todos sus bonitos comentarios, me emociono demasiado. No las conozco pero siento que las quiero mucho. Simplemente GRACIAS!💗
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"Desde el cielo a mí llegó
Una especie de amor
Que te juro que no conocía
Que partió en dos mi vida
Poco a poco iluminó
El más oscuro rincón
Me abrazaba cada noche fría
De su mano se iba la agonía
Yo no supe entregarle
Ni la mitad del corazón
No sabía lo que yo tenía
No sabía hasta que lo perdía"

Sus asientos estaban situados en un palco del lado derecho, se acomodaron en sus lugares y no pudieron pasar por desapercibido que estaban solos en el cubículo. Manuel no dudó un milisegundo y pasó su brazo alrededor de los hombros de su acompañante dejando un beso en su cien.  El concierto, como todos los de música clásica, estaba compuesto por dos partes y un descanso. Durante la primera parte, Mayte no pudo evitar emocionarse con un solo de violonchelo secando sus lágrimas rápidamente mientras Manuel la observaba con ternura, no había prestado atención ni un solo segundo a los músicos, se había dedicado a tallar en su memoria ese momento, descubriendo cada gesto dibujado en su rostro. Se reprochaba lo tonto que había sido pero sobretodo la cobarde. Y es que Manuel no había mentido cuando le dijo que era lo que siempre había querido. Así había sido. Desde el minuto que la vio supo que era para él, pero la fama y el miedo de hacerle daño, ganaron y nunca fue capaz de confesar su amor. ¡Qué irónico!¿Verdad? Al final, lo que más había temido se cumplió, le rompió el corazón a Mayte, no una, sino incontables y dolorosas veces. Y es que uno de sus defectos era que también el egoísmo se apoderaba de su ser y la buscaba, porque la necesitaba, porque a final de cuentas la quería. Pero la perdió, la perdió a manos de un hombre que pensó que sería capaz de darle lo que él nunca pudo y la dejó ir porque supo que era lo mejor para su felicidad, pero reponerse a aquello le costó toda su estabilidad tanto emocional como física.

"Era una ángel, era un sol
Era un sitio en mi canción
Un milagro que no merecía
La verdad de todas mis mentiras
Era blanca y yo era gris
Era luna sin un fin
Una estrella y de todas
La más bella
Así era ella"

El timbre de su departamento llevaba sonando 5 minutos sin descanso, él que no había sido capaz de salir de su sofá durante los últimos cuatro días, refunfuñó mientras se rascaba la cabeza y arrastró sus pies hasta la puerta. La abrió y apareció una Yuri totalmente desconcertada y que al verlo, le tiró una mirada de incredulidad.

- ¿Qué haces aquí?- Consultó fastidiado mientras daba media vuelta dejándola en la puerta y regresaba a su tan preciado sofá.

- Emmanuel me llamó y me pidió que viniera a buscarte porque él está de viaje y tú no te dignas a contestar el teléfono de tu casa. Pensó que te habías muerto o algo y por el olor que sale de aquí podría ser- Manifestó con cara de disgusto al ver la sala de su amigo llena de botellas de alcohol vacías y empaques de comida dispersados por la alfombra. Lo miró y se dio cuenta que no había visitado la ducha ni afeitado tampoco en varios días.

- ¿Ahora le interesa cómo estoy?

- Deja de ser niño Manuel claro que se preocupa. - Regañó mientras inevitablemente empezaba a recoger su desastre.

- Yuri, ya viste que estoy bien, por favor déjame solo. - Pidió cansado mientras se volvía a recostar.

- Estás lejos de estar bien- Replicó abriendo las cortinas para que entraran luz.