Sunny days | Sasharcy

XV

En cualquier otro día, Sasha nunca hubiera aceptado ir a la casa de Marcy. Cuando ellas desayunaron hubiera sido probablemente la única vez que saldría con la taiwanesa y fue por un corto tiempo. Pero ese día era diferente. Sasha estaba feliz de conseguir café gratis, de eso estaba segura.

Intentó no mirar a Marcy mientras hacía café para las dos, vertiendo el agua caliente en las tazas. Lucía tan... hermosa. ¿Esa era la palabra correcta? No estaba acostumbrada a verla tan tranquila, tan relajada, tan hermosa que lucía simplemente haciendo café.

La rubia miró por la ventana una vez que vio a la menor acercándose al centro de la cocina con dos tazas de café en las manos, le entregó unos paquetes de azúcar y crema. Ella se sentó frente a Sasha.

—Por cierto, puedes tener ese café. Tengo como un millón de bolsas y ni siquiera tomo mucho—. Ofreció, tomando el primer sorbo.

—Cool—. Respondió Sasha, agitando el azúcar y la crema.

Marcy jadeó bajando su taza.

—¿Qué sucede?

—Olvidé ponerme una camisa. Esto me pasa todo el tiempo, ya decía yo que algo había olvidado antes de que saliera a esperar para saludarte. Aguarda, volveré en un momento.

Sasha la frenó en mitad del camino hacia su habitación—. No tienes que hacerlo, quiero decir...

—¿Qué?—La más pequeña cuestionó, dando la vuelta. Sasha giró hacia un lado de la silla, tratando de lucir lo más normal posible. No podía recordar cuándo fue la última vez que se sintió tan rara alrededor de alguien.

—Quiero decir, o sea, no si no quieres. No tienes por qué ponerte una camisa, quiero decir, es tu apartamento. No es que quiera verte sin camisa, sólo... si estás cómoda con una puesta, entonces está muy bien, ¿sabes? Voy a estar cómoda de cualquier manera, quiero decir, las dos somos mujeres, ¿verdad?—Dejó salir una risa nerviosa mientras se aclaraba la garganta de nuevo y bebía café.

Marcy contempló a Sasha por lo que parecía mucho tiempo, pero finalmente formó una sonrisa.

—Eres tan graciosa, Sash.