XIII

705 97 15
                                    

—Nunca nadie quiso venir a desayunar conmigo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Nunca nadie quiso venir a desayunar conmigo. Gracias por acompañarme, y antes de que digas algo, sé que soy una maldita molesta. Creo que ya aclaramos eso, pero quiero realmente agradecerte por soportarme todo este tiempo. Nunca nadie me toleró tanto como tú—. La taiwanesa sonrió cálidamente, aclaró su garganta y en su rostro apareció un ligero rubor. Estaba sonrojada de nuevo. Por alguna razón, a Sasha le pareció algo adorable y en su mente la idea de querer pellizcarle las mejillas se mostró.

—Sí, seguro, como sea. Creo que puedo decir lo mismo. Me soportaste a mí y mis formas abusivas también.

—Eres tan graciosa—. Marcy comenzó a reír mientras Sasha la observaba con las cejas levantadas.

—No te rías para esconder el dolor, Wu. Eso solo lo empeora—. Dijo con indiferencia mientras abría el menú, la risa de la más bajita cesó inmediatamente, haciendo que la contraria se arrepintiese por sus palabras, porque la risa de Marcy era tan malditamente adorable.

—Estoy bien, lo prometo. Esos cortes no importan más, así que, ¿podemos olvidarnos de ellos y las cosas del suicidio?—Marcy preguntó. Sus ojos prácticamente suplicaban que Sasha aceptara.

Así pues, la rubia asintió.

—¡Genial!

—No entiendo por qué antes no desayunaste con nadie más que contigo misma. ¿No tienes ninguna otra amiga?—Le cuestionó seriamente.

—No en realidad. Pero no necesito amigos—. Ella sonrió.

—¿Por qué? Todos necesitan amigos o algún otro tipo de compañía.

—Te tengo a ti. No necesito amigos cuando tengo a la mejor del mundo sentada justo en frente de mí—. Marcy respondió.

—Soy una idiota contigo.

—Y esa es la diferencia entre tú y yo, la principal diferencia. Sasha, tú puedes gritarme por siempre y yo seguiría queriendo saber cómo estuvo tu día. Puedes quemar toda mi ropa y yo querría seguir hablándote. Puedes llamarme una maldita molesta todos los días y yo seguiré hablándote todos los días sobre el clima. Más allá de las cosas dañinas que puedes decir o hacer, ya sea para enojarme o entristecerme, yo seguiría asegurándome de que tú estés bien, antes de cualquier cosa o alguien, en un brillante y soleado día.

Y entonces fue Sasha quien se sonrojó.

Y entonces fue Sasha quien se sonrojó

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Sunny days | SasharcyWhere stories live. Discover now