XII

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—¡Hola, Sasha!—Marcy sonrió con alegría saludando a su vecina

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—¡Hola, Sasha!—Marcy sonrió con alegría saludando a su vecina. Sasha frotó sus párpados, entrecerrando los ojos gracias al sol. Se quejó. Esta muchacha no se cansaba de estar feliz. Ella estaba confundida. La taiwanesa sonaba herida la noche anterior, pero ¿ahora estaba muy feliz de nuevo? Quería preguntar acerca de sus cortes y también intentar disculparse de nuevo, o por lo menos su interior lo quería. Pero su exterior no se molestó.

—Buenos días—. La Waybright murmuró, asomándose a su balcón con una taza llena de té en su mano. Seguía sin tener café.

—¿Algún plan para hoy?—La pelinegra preguntó.

—Nop.

—¡Genial! ¿Quieres venir a desayunar conmigo? Por favor, di que sí. Nadie desayuna conmigo, siempre estoy sola.

—Sí, como sea—. Sasha aceptó, cediendo por completo. No quería enfrentarse con la Marcy persistente, además, prefería ver este lado de ella que el otro.

—¿En serio?—Marcy jadeó.

—Sí, considera este día como tu día de suerte—. La más alta rodó los ojos.

—Oh, bien, hm, wow, okey. ¡Te daré tiempo para que te cambies, puedes decirme a través de la pared cuando estés lista! ¡Luego nos vemos!—Sonrió.

—Ajá—. Sasha asintió contemplando a Marcy que estaba más roja que un tomate. Pensó que era tierna, así que decidió molestarla.

—¿Marcy?

—¿Sí, Sashy?

—Deja de mirarme. Sé que tengo mucho swag, pero en serio, relájate.

Eso hizo que la cara de la de menor altura se volviera más roja que su etapa anterior y, tímidamente, bajó la vista a sus pies—. Está bien—. Rio nerviosamente para acto seguido volver a su apartamento arrastrando torpemente sus pies.

 Rio nerviosamente para acto seguido volver a su apartamento arrastrando torpemente sus pies

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Sunny days | SasharcyWhere stories live. Discover now