Revelaciones y disculpas

1.6K 209 86
                                    

Capítulo 13. Revelaciones y disculpas.

­—Bien —dijo Izuku, mostrando una fotografía de una pintura digitalizada, donde se observaba la imagen de All Migth en pose heroica—, ¿qué te parece?

Katsuki miró la pintura de la foto. —Eh...

—Lo sé, es desastroso. —dijo Izuku con ansiedad, quitándola del portafolio. Era la tercera vez que ocurría eso.

—Oye, oye... —lo detuvo. —¿Qué carajos te pasa? Me llamaste para ayudarte a armar tu portafolio y ni siquiera escuchas lo que tengo que decir.

—¿Qué que me ocurre? —preguntó Izuku a punto de estallar en un ataque de nervios. —En dos días tendremos la convocatoria. —comenzó a murmurar a modo de explicación. —Los trabajos de estudiantes de institutos tendrán la oportunidad de ser analizados por un famoso agente y caza talentos que podría considerarme para una futura beca universitaria, y yo tengo que escoger cuales podrían ayudarme a ganar o hundirme en la maldita miseria. —Izuku tomó aire para continuar hablando. —Y ni siquiera podré estar presente, porque estaré en tu cuerpo jugando un partido que es importante para ti. —dijo aquello último al borde de las lágrimas. —Y tengo miedo de arruinarlo todo —su voz sonó temblorosa—, las dos cosas son importantes y...

—Detente. —pidió Katsuki al verlo llorar. —Mírame. —pidió. —Saldrá bien. —dijo a modo de consuelo.

—Eso no ayuda. —dijo Izuku entre gimoteos. —Uraraka-san me abrazaría en este momento.

—Bien. —gruñó Katsuki, sujetándolo abruptamente y abrazándolo. —¿Qué tal ahora?

Izuku cerró los ojos y se dejó abrazar. —Mejor. —murmuró.

—¿Mejor que cuando ella te abraza? —preguntó con recelo.

Izuku soltó una risilla. —Mucho mejor. —dijo, pero inmediatamente su expresión cambió a una de tristeza.

—Extrañas a la jodida cara redonda. —aseguró Katsuki.

Izuku suspiró. —Es mi mejor amiga.

—Tan solo búscala y arregla el estúpido problema.

—No es tan simple.

—¿Por qué?

—Es que... —Izuku mordió su labio inferior, no quería decirle a Bakugo que el motivo de su pelea fue precisamente por él y los sentimientos que empezaba a tener.

Pero entonces, se escuchó el estómago del cuerpo de Katsuki rugir.

—¿Acaso no has alimentado mi cuerpo? —preguntó Katsuki con expresión severa.

—Los nervios me quitan el apetito. —se excusó el nerd con timidez.

Bakugo bufó. —Quédate aquí, iré por algo de comer de las máquinas expendedoras. —dijo, abandonando el salón de artes, caminando por el pasillo y dirigiéndose a las escaleras. Fue entonces, que al final de las dichosas escaleras escuchó a alguien más lloriquear. —Por amor a All Migth, ¿es que hoy es el día de los llorones? —refunfuñó con intenciones de ignorar a ese extra y pasar de largo, solo aguantaría a Deku y sus lloriqueos.

Pero para su sorpresa, era cara redonda quien lloraba desconsolada.

"Vaya suerte de mierda...", pensó Katsuki con incomodidad, pues ahora no podría pasar junto a ella e ignorarla.

—Oye... ¿Estás bien? —preguntó sin tacto.

Ella lo miró y... —No... —respondió en un lamento, lloriqueando aún más.

Si yo fuera túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora