Catastrófico jueves. Parte 2

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Capítulo 5. Catastrófico jueves. Parte 2.

—Deku-kun, espera. —Ochako caminaba detrás de quien creía que era "Izuku". —Hoy estas un poco...

—¿Qué? —preguntó Katsuki bruscamente.

—Diferente. —murmuró intimidada.

Ambos caminaban en dirección a sus respectivos trabajos de medio tiempo, cuyos locales eran vecinos en una plaza concurrida.

Ochako laboraba en una cafetería de temática maid e Izuku trabajaba en un restaurante familiar con una temática latinoamericana. Acordaron encontrarse a la salida y tomar juntos el tren, o más bien, Ochako acordó aquello y Katsuki solo gruñó.

—Con permiso. —dijo Katsuki monótonamente, ingresando por la puerta del servicio del restaurante.

—¡Justo a tiempo, Midoriya! —vociferó una voz que él conocía. Era Hanta Sero.

—¿Trabajas aquí? —soltó aquello sin pensar.

Sero lo miro extrañado. —Creía que sabias que este local es de mis padres.

—Oh, claro... —desvió la mirada, recordando que Hanta era mitad latino.

—Por cierto —dijo el pelinegro—, te traje esto. —le tendió una pulsera artesanal. —Finalmente la he terminado, a pesar de doblar turnos y los estudios.

Katsuki contempló la artesanía, tratando de asimilar el hecho de que Deku era más cercano a Hanta de lo que parecía. ¿Cómo es que no estaba enterado de aquello? ¿Desde cuándo eran compañeros de trabajo? ¿Por qué le molestaba enterarse de todo así? ¿Por qué Hanta nunca mencionó que trabajaba después de clases? ¿Era ese el motivo por el cual no estaba en ningún club extracurricular?

Y algo hizo clic en Katsuki, empezando a entender porque su amigo no parecía tener tiempo para salidas con el resto de idiotas y como había obtenido la foto de él con Camie. La cafetería donde se reunió con ella y el resto para la cita triple estaba prácticamente al lado del local de la familia Sero. Seguramente tomó la foto en cuanto salió con dirección al concierto de esa noche.

—¿No te gustó? —preguntó preocupado al ver que "Izuku" contemplaba la pulsera.

—No es eso. —dijo, colocándosela al instante. —Seguramente la atesoraré. —murmuró, sabiendo que Izuku era la clase de chico que guardaba los detalles otorgados por amigos.

Hanta sonrió. —Ahora tú me devuelves el favor. —dijo. —Prometiste cambiarme el turno el martes que viene.

—¿Tienes una reunión con amigos? —preguntó, pero entonces recordó que ninguno de los idiotas había propuesto una salida. —Espera, no saldrás con ellos.

—¿Cómo sabes eso? —preguntó sorprendido.

Katsuki se encogió de hombros, tratando de tapar su imprudencia. —Lo supuse. —aparentó con despreocupación.

—A veces me asusta como logras darte cuenta de algunas cosas. —dijo Hanta divertido. —Como el hecho de que me gusta Mina.

—¡¿Qué?!

Hanta asintió. —Decidí seguir tu consejo y arriesgarme, finalmente le pediré salir. —confesó, haciendo que Katsuki abriera su boca con sorpresa.

—¿Tus amigos saben de eso? —frunció el ceño, aún molesto por la idea de prácticamente desconocer a uno de sus amigos.

Hanta llevó una mano a su nuca, parecía avergonzado. —No —admitió—, talvez sea raro que dos personas del grupo comiencen a salir. —dijo. —Además, siempre he pensado que me dejaran de lado si descubren que no soy del mismo nivel económico que ellos.

Si yo fuera túTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon