20. Address me properly

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Lo vio alejarse con pasos lentos. Escuchó los pasos sobre la madera de las escaleras. A pesar de estar en planta baja, pudo escuchar el agua correr. Su mente le ordenó meterse a la ducha con él, verlo desnudo, con la espuma del jabón recorriendo su exquisita piel, con el cabello pegado a su cuerpo... 𝑚𝑜𝑗𝑎𝑑𝑜. 
Una erección se hizo presente. Maldijo en voz baja.

Se acercó a los escalones, subió dos de ellos y automáticamente se devolvió a la sala, rojo como un tomate. El corazón le latía con fuerza. Respiraba agitadamente. Intentando calmarse, se dirigió a la enorme colección de películas resposando en el mueble. La gran mayoría, por no decir todas, eran películas porno. Mordió sus labios, tentado de tomar una y mirarla. Rozó el lomo de las misma con la yema del dedo. Oyó la puerta del baño abrirse, rápidamente se sentó en el sillón, con las palmas sobres sus rodillas. Sin saber por qué, sintió miedo. Los pasos de Jungkook se iban acercándose. Giró sobre sí mismo para verlo: tenía puesto un joggers gris, zapatillas y una camisa blanca que marcaba cada maldito músculo de su torso.

-Perdón la demora, Jimin. 

-No te preocupes. 

-Acompáñame a la cocina. ¿Hay alguna verdura en especial que no te guste? 

-No, no. 

-Perfecto. Voy a necesitar tu ayuda.

Sacó una olla, unos utensillos más y una tabla. De la pequeña despensa sacó arroz y del refrigerador sacó una cebolla, zanahorias, tomates, pimientos y algo de romero. Dejó todo sobre la mesada, le acercó un cuchillo y dio una orden. 

-Ve cortando ésto, yo prepararé el arroz y lo demás.

Tomó las cosas y prosiguió a realizar la tarea dada. No pudo evitar mirar de reojo al otro, en cómo sus músculos se tensaban delicadamente. Estuvo a punto de cortarse debido a esto. Necesitaba concentrarse, pero tenerlo tan cerca, sintiendo el calor desprendido de su piel lo estaba volviendo loco. Soltó un jadeo cuando pasó por detrás de él y le dio una nalgada. Se giró. Jungkook le guiña un ojo, sonriendo ladino.

Estaba preparando la cena, pero ¡por todos los infiernos!, quería dejar todo y lanzarse a él. Que hiciera con él lo que se le ocurra. Pero para su mala suerte, nada ocurrió. Siguieron con la cocina. Una vez que el arroz estuvo a punto, pusieron sobre éste las verduras previamente sazonadas con sal, pimienta y salsa de soja. El romero apenas tostado inundaba toda la cocina con un aroma exquisito. Sirvieron la cena, deleitándose con los sabores que ésta les daba. Se comunicaban con pocas palabras, más que nada eran sonrisas pícaras.

Finalizaron la cena, buscándose con la mirada. Luego de terminar con los platos, Jungkook tomó a Jimin de las manos. Lo guió hasta la segunda planta. Ambos llevaron la vista a la puerta de madera. El pelinegro abrió la puerta lentamente, y se adentró en la misma, encendiendo las luces. El menor lo siguió por detrás, con algo de temor y excitación . Jungkook se sentó en el diván e invitó al otro a hacer lo mismo, el cual se acercó de inmediato.

-¿Lo has pensado realmente, Jimin? -pregunta seriamente.

-Sí -dijo casi en un susurro-. Hasta busqué información. 

-¿Estás al tanto que tendremos una relación Dominante/sumiso, Jiminnie?

-Sí, lo estoy. Aunque no sé por qué tu tendrás más control. ¿O estoy equivocado? 

-Tú tienes más control que yo. Sí, yo daré las órdenes, los azotes, tus castigos y recompensas. Pero si tú dices la palabra de seguridad o me pides que me detenga, lo haré Jimin. No importa cuanto desesperado esté, ni las ganas que tenga de hacerlo, de seguir adelante. Simplemente se pasa al after care y listo. No te voy a obligar a seguir si no estas cómodo o no te gusta la práctica. Pero no te quedes callado ni lo aceptes por que soy tu Dominante. Ya te lo dije, no voy a ser la persona que te infringe dolor más allá de tus límites sólo por que pienses que así debe ser. Yo también tendré control, en caso que me pidas que te golpee más fuerte, ajuste las cuerdas al punto de cortarte la circulación o me pidas prácticas que no estoy dispuesto a hacer. Necesito saber tus límites, lo que puedes hacer, lo que puedes intentar y lo que definitivamente no, así como yo te diré los míos. 𝐄𝐥 𝐬𝐞𝐱𝐨 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞𝐫 𝐩𝐥𝐚𝐜𝐞𝐧𝐭𝐞𝐫𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐚𝐦𝐛𝐨𝐬, 𝐧𝐨 𝐬𝐨́𝐥𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐮𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐧𝐨𝐬𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬.

-Sí, hay algunas que no estoy dispuesto a realizar. Además, ¿cómo sería capaz de saber cuál será mi límite si no practico algunas de ellas? 

-En ese caso, vamos a ir de poco a poco. Con respecto a los golpes, deberás decirme, con números, hasta dónde aguantarías. Ya te lo dije antes, Jimin. Esto no es un juego. 

-Ya sé que no es un juego. Pero quiero intentarlo.

Se acercó a él. Le depositó un beso suave. Fue correspondido. Quiso más, pero el pelinegro se separó. Fue hacia uno de los muebles, observó con detenimiento lo que contenía; y sacó una fusta. Le miró inquisidoramente. Jimin no sabía qué hacer. Se sintió vulnerable ante la presencia que sudaba por sus poros.

-¿Acaso te gusta desafiarme, Jimin? -dijo al cerrar la vitrina.

-No sé de qué estás hab... 

-No te di permiso para excusas -dio unos pasos hasta quedar en el centro de la habitación-. Ven aquí. 𝐓𝐞 𝐚𝐫𝐫𝐨𝐝𝐢𝐥𝐥𝐚𝐫𝐚́𝐬 𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐦𝐢́.

La orden fue acotada al instante. 

-No me gusta que me desafíen. ¿Acaso creíste que no te escuché intentar subir las escaleras cuando claramente te ordené esperarme en la sala?.

Silencio. Recorrió alrededor de su cuello con el material suave, y notó cómo él tragó duro. Su rostro estaba completamente rojo. Sabía a la perfección que había roto una orden. Y había logrado hacerlo enojar. Esto no pintaba para nada bien. 

-Quítate toda la ropa. Ya -ordenó con fuerza-. Te pondrás sobre tus rodillas en la cama, mostrándome tu trasero. ¡Ahora!.

Jimin empezó a quitar lentamente sus prendas, hasta quedar completamente desnudo. Sintió vergüenza. Dándose media vuelta, se acercó a la cama y se colocó como le fue pedido. Escuchó los pasos acercándose. Tragó saliva, con el miedo de no saber qué haría después. Sintió la fusta acariciar sus muslos, preparándolo para lo siguiente. Contacto. Tiró su cuerpo hacia adelante, para inmediatamente volver a la posición original. Intentó acallar los sonidos que su garganta deseaba sacar.

Otro golpe.

-Contéstame, Jimin -dijo-. ¿Te gusta desafiarme? 

-No... No quise hacerlo, Jungkook. 

-No me lo creo. Te doy una orden y la rompes apenas tienes la oportunidad -volvió a rozar la piel apenas enrojecida, y dio otro golpe-. Ahora dime, ¿crees que éste es un buen castigo para tí?

-Sí. 

Tiró de sus cabellos, haciendo que lo mirara fijamente. 

-La respuesta correcta es "𝐒𝐢́, 𝐒𝐞𝐧̃𝐨𝐫" -tenía una mirada tan fría que sería capaz de congelar hasta las piedras-. Te lo preguntaré de nuevo, ¿éste es un castigo apropiado para tí?.

-Sí, Señor. 

-No, no lo es. Te pones boca arriba, abriendo tus piernas. Quiero que te expongas para mí. 

No pudo evitar sonreír ladinamente al verlo así. Se le hacía agua la boca de tan sólo tenerlo así para él solo. Era sólamente de su propiedad. Se sentó a su lado, dejó la fusta a un costado, mirando su miembro. Estaba totalmente duro, con pre-semen humedeciendo el glande. Y ni siquiera lo había tocado.

¿Acaso se excitaba sin siquiera ser tocado?

Ésto sería interesante.

Llevó su mano la zona V, acariciando con suma delicadeza. Lo desesperaría acercándose lentamente a su pene, para luego quitar la extremidad. Jimin, por instinto y por excitación, levantó sus caderas, mostrando su deseo por más. Jungkook, al ver ésto, volvió a repetir la acción varias veces, mirando fijo a su compañero, quien tenía los ojos cerrados, además de apretar sus labios para evitar gemir. Viendo la extrema desesperación de él, comenzó a masturbarlo. Sus dedos rodearon la base, comenzó a subir despacio, hasta llegar al glande. Acto seguido, rozó la rosada piel con el pulgar, lubricándolo con el pre-semen. El rubio arqueaba su espalda. Bajó con firmeza nuevamente a la base y aumentó la velocidad paulatinamente. No pudo aguantar más, y lanzó un grave y ronco gemido. El mayor rió, satisfecho con la reacción. Cuando el orgasmo estuvo a punto de golpearlo, se detuvo. Lo miró con curiosidad.

-No terminarás a menos que yo te permita hacerlo, Jimin. 

-Señor, por favor... 

-¿Qué es lo que quieres, mi pequeño?

-𝑄𝑢𝑖𝑒𝑟𝑜 𝑎𝑐𝑜𝑠𝑡𝑎𝑟𝑚𝑒 𝑐𝑜𝑛 𝑢𝑠𝑡𝑒𝑑, 𝑆𝑒𝑛̃𝑜𝑟....

BETWEEN CHAINS •KOOKMIN•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora